042 😎 & 🏍️

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GUSTABO.

En cuanto Ángela cortó la plática tras la puerta de su habitación el rubio dió media vuelta sobre sus talones y con muchas dudas en su cabeza recorriendo la casa hasta la puerta de entrada con el móvil en la mano buscando el contacto de Conway, pero al llegar fuera y tocar la cera con la punta de su pie observó como su hermano subía por la escalera que cruzaba la calle hacia la playa, metió su móvil en el bolsillo de su vaquero y cruzo las manos en su pecho mientras veía fijamente al peliazul.

Quizá Gustabo no era tan abierto en temas sentimentales por que para el las historias de su hermano enamorado del cabeza de hormiga o ser abiertamente cariñoso con la gente que se lo merecía y con la que no simplemente a su pensar era perdida de tiempo, desde su infancia no sintió el deseo de tener contacto con alguien más y si bien Horacio le abrazaba o le decía que lo quería el se limitaba a planear la espalda ajena y a decir un "yo también perro" muy seco, pero... Desde que Conway los acogió a su modo pudo ablandarse un poco y si bien aún tenía dudas por parte de el mayor poco a poco las cosas cambiaron como  cuando Horacio se atrevió de decirle papá y este no le molio la cabeza a golpes haciendole sentir parte de algo.
Tampoco podía dejar atrás la amabilidad y calidez que Ángela desprendía desde el día uno, al principio la sentía terriblemente falsa pero después de escucharla mientras el se desmoronaba en la banca del hospital por su hermano no pudo dejarla pasar por alto, la castaña se hizo parte de su día y sin darse cuenta el mismo le sonreía con alegría y se preocupaba por ella, Ángela lo hacía sentir en casa y aún que no lo quisiera exteriorizar había aprendido y sentido por fin como era tener una familia completa.

Gustabo suspiro en su sitio pensando en todo lo bueno que tanto Conway como Ángela habían echo por ambos que sintió como sus puños apretados ardían mientras observaba al menor cruzar la calle con lentitud.
- ¿Que le hiciste a la Doctora? -
Fue lo primero que salió de sus labios al tener a Horacio frente a el.
Horacio no contesto.
- He dicho... ¿Que coño le hiciste a la doctora? - Gustabo engrosó su tono de voz y acortó la distancia entra ambos hasta el punto de rozarse la nariz.
Horacio conecto la mirada con la de su hermano y por un minuto pudo observar la preocupación y enojo con el que lo miraba.
- Son cosas que no te interesarían. - dijo el ex crestas bajando la mirada.
Gustabo se fastidio y lo agarro por los hombros tomando al menor por sorpresa.
- ¿¡Pero que coño te pasa!?, ¡Me interesa por que eres mi hermano... Y me interesa por que ella es como la madre que jamás tuvimos! - le gritó el rubio zangoloteandole un poco.
- ¿¡Que coño te pasa!?, ¿¡Desde cuándo te volviste Volkov 2.0!? - Le grito en la cara.
Horacio lo observaba con los ojos abiertos como platos pero dentro de el sabía que si él se sinceraba Gustabo solo le diría que olvidará a Volkov como si eso fuera fácil y como si el no tratará de intentarlo.
- Respóndeme... Responde cara huevo...- le dijo el rubio dejando de levantar la voz pero sosteniendolo aun de los hombros.
- No quiero que nadie se meta más en mis decisiones y... Solo le dije lo que ya es obvio. - Gustavo soltó al peliazul y lo observó confundido.
- ¿Tu eres idiota?... Nadie... Nunca nadie se ha metido en tus decisiones la gente que tú aprecias te trata de ayudar... Se preocupa por ti... ¿No lo ves?.- Gustabo hablo aparentado los dientes, no podría creer lo que sus oídos escuchaban.
- Y... ¿Que se supone que es lo obvio?- Dijo levantándome el mentón al joven frente a el para obligarlo a mirarlo a los ojos.
- Le dije lo obvio, ¿si?... Ella no es mi madre ni la tuya... - Gustabo soltó el mentón de Horacio con fuerza haciendo que el contrario se tambaleara.
- ¿Dijiste que?... - Gustabo se paró a la defensiva, Ángela lloraba por las estúpidas palabras de su hermano.
- Esa mujer, esa pobre mujer que entró llorando a su casa te salvó de tu accidente, se quedo contigo cuando la necesitabas, te ha tratado mejor que yo o que incluso tu propia madre, te dió techo, te abrió su corazón y tú... - Gustabo hizo una pausa y miro a su hermano a los ojos desconociendole.
- ¡Tu le pagas de esa manera! - le gritó alzando un puño directo a la cara del menor.
- ¡Para! - una tercera voz hizo que el rubio reaccionara dejando a centímetros su puño a centímetros de la cara de el peliazul, Bruno se bajaba de su motocicleta corriendo hacia ellos dos.
Ambos voltearon a verle y este llegó para ponerse frente del rubio y tratar de apartarlos.
Gustabo retrocedió guardándose las manos en los bolsillos de los vaqueros y mirando con hostilidad al recién llegado y al chico tras el.
- Lárgate de mi vista. - Dijo Gustavo dando dos pasos hacia atrás.
Horacio lo observó sintiendo como algo dentro de el se apachurraba.
- No quiero verte hoy aquí... Ya casaste mucho dolor aquí. - El rubio escupió al suelo y comenzó a caminar hacia la casa amarilla dejando a los jóvenes en silencio.

☀️ ☀️ ☀️

BRUNO.

La jornada en el restaurante había terminado y el pelinegro se encontraba ya montado en su motocicleta mientras se preparaba el casco y así comenzar a manejar hasta su casa.

El aire de la noche le acariciaba las mejillas mientras recorría el asfalto, una vez que llegó a la esquina de su vecindario el joven bajo la velocidad.
Su día había sido de lo más tranquilo hasta que observó al par de hermanos en la acera con indicios de comenzar una pelea a golpes, Bruno se apresuro a bajar el pedal de la motocicleta y sin apagarla bajo mientras desabrochaba el casco y lo tiraba al pasto de su propiedad.
- ¡Para! - Grito acercándose corriendo  a los jóvenes poniéndose frente al rubio para evitar el conflicto que se avecinaba.
Observo como Gustabo meneaba la cabeza como si estuviera tratando de ordenar sus pensamientos y retrocedia guardándose las manos en los bolsillos de los vaqueros y mirandoles con algo de hostilidad.
- Lárgate de mi vista. - Escucho decir a Gustavo dando otros dos  pasos hacia atrás.
- No quiero verte hoy aquí... Ya causaste mucho dolor. - Gustabo volvió a hablar para después escupir al suelo y comenzar a caminar hacia la casa amarilla.

Bruno se quedó parado ahí observando a Gustabo cerrar las puertas de la casa y reaccióno cuando Horacio emprendió la caminata por la acera.
- Horacio, espera... - dijo el Barman confundido siguiéndole el paso al joven.
- ¿Que ha pasado aquí?, ¿estás bien? - dijo el pelinegro con preocupación.
Horacio sonrió ladinamente con amargura cuando escucho la última pregunta pero sin responderle al chico.
- Horacio... - Dijo Bruno tomándole del brazo para parar su trayectoria.
El joven se detuvo y volteo a ver al pelinegro con los ojos cristalizados pero con la cara sin ninguna expresión.
- ¿Que es lo que quieres Bruno? - Hablo con fastidio mientras movía su brazo tratando de soltarse de el agarre del contrario.
- Quiero saber que es lo que pasa. - Bruno soltó al chico para ponerse frente a el y no dejar que este huyera.
- ¿Y por que tendría que responder a tu pregunta?... - Dijo Horacio clavando sus ojos en los del chico.
- Por que somos amigos. - Bruno seguía firme en tratar de entender aquella situación tan extraña.
Horacio aparto la mirada del pelinegro pero no dijo nada.
- Al menos yo te considero uno... - Un silencio se extendió entre ambos y Bruno decidió romperlo.
- Está bien... No tienes que decirme que pasa, solo... Déjame ayudarte y quédate está noche en mi casa. -
El Barman optó por darle espacio al ex crestas.
- Bien. - Fue lo único que salió de su boca y juntos caminaron hacia la casa del Barman.

Una vez dentro el pelinegro le ofreció algo de comer, Horacio se negó así que mientras el pelinegro acomodaba su antigua habitación Horacio se quedó sentado en la sala escuchando solo el tic tac de el reloj antiguo de la casa del pelinegro y las olas distantes que chocaban entre si, la noche era bastante tranquila.

- He terminado, quizá no sea mucho pero podrás dormir ahí, si no te agrada puedes dormir en mi habitación y yo en esta. - Dijo el pelinegro recargado en la orilla de la puerta viendo al oficial caminar hacia la habitación.
- No, esto está bien. - Hablo Horacio.
- Bueno, estoy en la habitación del final por si necesitas algo o... Quieres que hablemos. - El pelinegro no perdía la esperanza de que el se abriera y le contará lo que estaba pasando.
Horacio se limito a asentir y entro en la habitación, Bruno lo siguió y le tomo el hombro haciendo que este parece de caminar.
- ¿Esto es por el, verdad? - Bruno sintió como un calor le brotaba del estómago hasta las palmas de las manos.
Horacio suspiro con fastidio y se deshizo del agarre con muy poco tacto.
- Dijiste que si quería hablarlo. No quiero, ahora, buenas noches. -
Horacio hablo con la voz en un hilo apuntando hacia la puerta de entrada de la habitación.
Bruno lo observó y sin más se fue cerrando la puerta tras de él.

⭐ ⭐ ⭐

Horacio se quedó solo en aquella habitación ajena, se sentó en la orilla de la cama y comenzó a recordar la plática con Conway, los ojos cristalizados de la castaña y las palabras de Gustabo que se repetían una y otra vez en su cabeza.
Se sentía mal, su cabeza le daba vueltas, se sentía flotar y su corazón latía con fuerza, las ganas de llorar lo atacaban pero el se rehusaba a llorar una ves más.
- Todo está mal y es mi culpa...- Dijo por lo bajo desconociendo su voz.
- Los lastime a todos... ¿Que me pasa?... Soy un imbécil, me cegué y lo arruine... Todo este dolor me ahogo... - Se dejó caer en la cama y ahí en soledad sus lágrimas comenzaron a brotar.

⭐ ⭐ ⭐ ⭐ ⭐

Hola!❤️
Ya se! Me tarde 😢 pero no me llegaba la inspiración!!
Discúlpenme ❤️✨

En fin, que les mando un beso y un abrazo virtual ❤️

GRACIAS por seguir aquí❤️

Nos leemos pronto!✨

Le toca a él...  VOLKACIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora