VOLKOV
Llevaba llegando tarde 2 semanas seguidas y haciendo que el Superintendente rabiara cada vez que lo veía pasar por su oficina como si no ocurriera nada, se lo había advertido el ultimo fin de semana pero el ruso no daba su brazo a torcer y 15 minutos o mas comenzaban a manchar su efectivo de cada cheque que cobraba los domingos.
Ese día era fin de semana y parecía que en la comisaría todo estaba tranquilo pues no había mas que las patrullas en el parking, se quedo un momento en su auto como llevaba haciendo desde que cierto crestas comenzó a trabajar, un día por suerte escucho en su hora de comida que uno de los nuevos alumnos se estaba quejando de su turno y sin preguntar nombre ni rango corrió por unos papeles a su oficina, lo hizo firmar el acuerdo de cambio de horario que el chico le agradeció mas veces de las que eran necesarias, pues Volkov se encontró presente el día en que Conway, Greco y Gustabo hablaban del regreso de Horacio y este les hizo saber que habrían algunos cambios en la comisaría en cuanto al horario del oficial pronto a regresar, quedando de acuerdo con los otros dos policías que el horario del joven estaría bien comenzando por las mañanas y retirándose antes de que se pusiera el sol, por todo aquello Volkov no lo pensó y cuando tuvo la oportunidad de cambiar el suyo, lo hizo, sin consultar con nadie ni dar explicaciones, pues estaba harto de que Greco lo interrogara preguntándole el por que de su ausencia en la fiesta de Horacio y peor aún cuando trataba de esquivar aquellas preguntas bajo la mirada envenenada del rubio, pues Gustabo sabía que si había llegado al recinto, pero no le iba a dar la satisfacción de que se burlara de el una vez mas.El comisario salió de su auto pasando sus 15 minutos que se había puesto como reglamentarios para llegar tarde y no toparse con los hermanos esperando no romper el récord de sus ultimas casi dos semanas, camino con lentitud por las escaleras laterales de la comisaría viendo como un auto amarillo se alejaba de ahí mientras el sentía un alivio en su pecho mesclado con desesperanza.
Soltó un bufido al entrar en el recinto y saludo al compañero que se encontraba atendiendo a un par de señoras, lo saludo con un ademan y se dirigió a la computadora para darse de alta en su trabajo.
Volkov se encamino hacia los vestidores para sacar su pistolera del casillero y comenzar con su turno.
- Es una lastima que no haya alcanzado a cubrir el código 3 del que tanto hablan. - Escucho salir una voz desde las regaderas mientras cerraba la puerta tras de el.
- Te lo digo tío, tenía tiempo de no sentir tanta motivación por crecer en el cuerpo. - Volkov caminaba lento a su casillero escuchando la platica de algunos de sus compañeros.
- Debí de no quedarme con Mousa en la comisaría ayudando con papeleo, debí de salir corriendo en cuanto vi la notificación. - Volkov abrió con lentitud su casillero no tenia ninguna prisa y a pesar de no ser un cotilla aquella platica le deba algo de curiosidad.
- Ya te digo tío, cuando tengas oportunidad de asistir a un código 3 con el oficial Horacio ve... fue flipante como entró en cuanto la cuenta regresiva se les acabo a los atracadores, y ¡blam, uno!, ¡blam, dos!, ¡blam, tres!, los tres atracadores tristes en el suelo y lo rehenes a salvo...-
Volkov dejo de escucharlos guardando solo en su mente el éxito del oficial y recordando para sí un abrazo, uno de los primeros que habían compartido, y sin más sintió el agarre y olfateo el aroma del joven haciendo que una corriente se extendiera en todo su cuerpo dejándole un calor muy agradable en el pecho, pero las risas de los compañeros entrando a los vestidores lo hizo salir de sí, negó con fuerza tratando de apaciguar el recuerdo en su mente, apretó los puños y salió de ahí sin saludar a nadie con el entrecejo fruncido, quería salir a patrullar y que el viento le golpeara la cara para despejar aquella sensación que no quería dejar salir, aquella que lo hacia sentir confundido, frustrado, pero últimamente triste.
☼
Los días para Horacio corrieron con rapidez, casi un mes se cumplía desde que había regresado al cuerpo de policía, todos estaban contentos con su regreso, y mas de uno se preocupaba por saber su bienestar, Gustabo o Conway se las arreglaban para que tomara descanso de 10 minutos de vez en cuando mientras ellos hacían el "papeleo" correspondiente a multas o "llamadas" urgentes que salían de repente, en ocasiones haciéndolo sentir algo mal pero Ángela le había insistido en que todo estaba bien, solo que ese par de hombres a veces se les hacia difícil expresar sus emociones y ella pudo clasificar sus acciones como un "descansa, no te sobre exijas, nos preocupas" haciendo ruborizar al joven oficial.
- Yuu, que gusto. - Salía el crestas de uno de las regaderas secando su cresta mientras miraba al joven rubio abrocharse los botones de la camisa.
- Pero Horacio!, lo mismo digo, tenía unos días de no verte desde que mi turno cambio. - Contesto el joven regalándole una sonrisa.
- Y que lo digas, a mi aun me tienen confinado en este turno. - Soltó una pequeña risa contagiando al contrario.
-¿Como has estado? - Le pregunto el chico alisando el cuello de su camisa.
- Bien, muy bien gracias, ¿y tú que tal?- Quiso saber el crestas, comenzando una charla muy amena que fue interrumpida cuando mas compañeros comenzaban a entrar para salir de servicio o comenzar el mismo.