UNA LOCURA

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Se habían puesto en marcha al día siguiente, muy temprano. Iban a ir hacia el polideportivo a intentar tomarlo, pero sin ninguna muerte. El plan estaba claro, ella debía hacerles creer a sus amigos que esa otra gente era de fiar, y, una vez dentro, expulsarlos a punta de pistola.
-Podemos vivir todos juntos-dijo Sol, mientras caminaban.
-No lo creo, y venga, date prisa-la apremió Álvaro.
Álvaro era el hombre corpulento, el que dirigía ese grupo. Continuaron avanzando, mientras mataban a los pocos zombis que les salían al paso. Estaban muy cerca del polideportivo, y Sol debía hacer algo, pero estaba desarmada. En ese momento se acordó de algo. Era una locura, pero estaba segura de que no la dispararían. Echó a correr como pudo, hacia una de las calles, y dobló una esquina, mientras veía su salvación a unos pocos metros. La pistola que perdió cuando la atropellaron seguía en su sitio, al lado de un charco de sangre, así que la agarró velozmente y se la guardó en el pantalón. Acto seguido se dió la vuelta y levantó las manos.
-¡Lo siento, ha sido una locura, no intentaré escapar otra vez!-dijo.
Los demás la habían seguido y la apuntaban.
-Mejor-dijo Álvaro-. Andando.
Sol obedeció, y en apenas unos minutos, estaban delante del polideportivo. No había nadie de guardia, y les extraňó.
-¡Venga, entra y presentanos!-dijo una de las mujeres.
Sol suspiró, y cuando iba a llamar a sus compañeros, los disparos sonaron.

Coral había salido a buscar a Sol, a pesar de que los demás ya habían abandonado la búsqueda, ella no. Lo hacía siempre muy de maňana, mientras los demás dormían, ya que no la dejarían hacerlo. Fue entonces cuando encontró a Sol siendo acosada y apuntada por unos bandidos. Decidió seguirlos sigilosamente, pero cuando los vió frente al polideportivo, tuvo que actuar, salió y disparó contra ellos. Mató a 2 hombres y a 1 mujer, pero uno de ellos, el más corpulento, se dió la vuelta y apretó el gatillo, lo que la mató al instante. Sol gritó mientras rompía a llorar. Sacó su arma y mató a los restantes. Ella era la única que había sobrevivido.

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