SOLEDAD

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Ya había anochecido y Sol hacía la guardia. Todos dormían, y estaban muy orgullosos de haber encontrado un nuevo lugar en tan poco tiempo, pero más vale prevenir que curar, así que ya vigilaban por turnos. Unos gemidos procedentes de una zombi aplastada bajo las ruedas del autobús rompían el silencio de la noche. Puso los ojos en blanco y de un salto, bajó del muro. Se acercó a la zombi, apuntándola, pero al reconocer su rostro ahogó un grito. Era su madre. Los ojos de Sol se llenaron de lágrimas, al tiempo que tiraba su arma al suelo y se llevaba las manos a la cabeza. Finalmente, suspiró y se volvió hacia la criatura que hace tiempo fue su madre. No usaría la pistola, era demasiado ruidosa, y tampoco tenía un cuchillo, así que simplemente descargó su pie contra el cráneo de la zombi. Justo entonces una criatura a la que no oyó llegar se lanzó sobre ella y la derribó. Sol gritó y le hundió los dedos en los ojos con todas sus fuerzas, los cuáles reventaron. La fuerza cedió y se quitó al zombi de encima. Cogió su pistola y al incorporarse vió llegar a una enorme cantidad de ellos. Estuvo a punto de entrar en el polideportivo, pero atraería a la horda hacia su refugio, de modo que echó a correr calle abajo, haciéndose gestos con los brazos y gritando, para que los zombis la siguieran. Y lo hicieron. Pasaron el polideportivo de largo y fueron tras ella. Siguió haciendo eso largo rato hasta que consideró que ya los había alejado suficiente. Dobló una esquina y se metió en un cubo de basura, asqueada. En apenas 10 segundos la horda pasaba delante de ella. Sol aguantó la respiración al tiempo que una gota de sudor la recorría la sien. Cuando por fin pasaron todos, salió, y con un suspiro se encaminó hacia el refugio. Estaba sumisa en sus pensamientos cuando cruzaba una carretera sin mirar, el peor error que alguien puede cometer, pero nadie podía culparla. Un coche a una enorme velocidad la atropelló. Sol rodó por el capó del coche y calló detrás del vehículo, inconsciente, vulnerable, al tiempo que los culpables se daban a la fuga.

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