Diferentes presentaciones, misma escencia.

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En el que Corey es Género fluido.

Si te incómoda el tema, por favor, mejor sal de aquí.

...

Corey abrió lentamente los ojos mirando hacía el techo de su habitación y luego se giró a su reloj junto a su cama.

Eran las 8 de la mañana.

Los chicos llegarían en 2 horas sino que antes así que mejor se decidió por levantarse.

Lo primero que hizo fue dirigirse al baño de la casa, por suerte Trina se fue a la universidad hace unos meses y ahora podía entrar al baño sin esperar a que su loca hermana se terminara de arreglar.

Llegó al baño e hizo sus necesidades, para luego dirigirse a lavarse las manos y el rostro.

Cuando miró hacía el espejo se detuvo para admirar su reflejo.

No, estaba algo mal.

No se sentía como otras veces mirando su reflejo, no sé sentía como él.

Parecía que todo en él estaba mal hoy.

Sus hombros anchos se veían desagradables en ese momento, su barba apenas imperceptible estaba mal, su cabello corto escondió bajo su gorro de dormir también se veía mal, todos sus rasgos se veían mal.

¿Qué mierda pasaba?

—¡Hola! — La puerta del garaje se abrió de golpe escuchándose la voz de Kon después.

— ¡Corey, sal de tu agujero y vayamos a desayunar! — Ahora Kin fue el que gritó.

Unas pisadas acercándose se escucharon y Corey alejó su vista del espejo para abrir la puerta del baño y encontrar a Laney en el pasillo.

—Hola Core, los chicos querían ir a desayunar al centro comercial y no pude detenerlos —La pelirroja se acercó para besar la mejilla de su novio.

—Entonces vamos a desayunar, deja vestirme — Le sonrió dirigiéndose a su habitación de nuevo sabiendo que su novia lo seguía detrás.

Los dos entraron a la habitación y Corey caminó a su armario buscando algo para ponerse mientras Laney revisaba sus redes sociales acostada en la cama aún sin tender del chico.

El de cabello azul frunció el seño al mirar su ropa y sin encontrar algo que le agradara pero desechó esos pensamientos y tomó lo que más le convenció. Una camisa blanca de manga corta y un pants obscuro.

Al mirarse de nuevo al espejo, volvió a sentir que todo en él estaba mal.

Recuerda sentirse así varias veces antes, sin embargo siempre ignoraba esos pensamientos y ya no volvían. Está vez era diferente, esta vez era...

— Core, ¿Pasa algo? —Laney se había acercado a su novio cuando notó el silencio y la exprés de disgusto en él.

— Ah... No, estoy bien —Se terminó se arreglar colocándose su gorro de siempre sin molestarse en cepillar su cabello.

Por la puerta de su habitación entraron Kin y Kon con los ojos tapados entre los dos.

— Vamos entrando con los ojos cubiertos para que les dé tiempo de subirse los pantalones y que no los encontremos en una escena que pueda perturbar nuestra mente durante años hasta la actualidad — Habló Kin siendo serio y al mismo tiempo diciendo una broma.

— ¿Nunca van a superarlo? Eso les pasa por no llamar antes a la puerta — La pelirroja se paró atrás de ellos y los golpeó en la cabeza — Mejor vayamos de una vez a desayunar antes de que los deje botados por ahí —.

Leyendas Del RockolimpoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora