Why not me?

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Laney se miró al espejo unos segundos con cansancio.

¿A dónde mierda se fue su vida?

Sacudió la cabeza y se acercó al lavabo para lavarse el rostro antes de bajar a la cocina.

Casi era hora de llevar a la escuela a su hijo y realmente no quiere estar mucho tiempo en esa casa que sólo se siente como una jaula.

— ¿Llevarás a Ethan? — Preguntó Corey sin interés cuando Laney entró a la cocina.

— Si, tú lo recogerás — Respondió de la misma forma dirigiéndose al refrigerador para comenzar a preparar el desayuno y almuerzo de su hijo que no tardaba en bajar.

— Como quieras — Movió su cabeza volviendo a su celular y tomando su taza de café.

Mientras Laney esperaba a que se calentara el agua, miró hacía su esposo con seriedad.

Corey se ha estado levantando más temprano de lo usual últimamente (Aunque no sabría decirlo por que duermen en camas separadas desde hace tiempo), a la pelirroja no le sorprendería si tiene una amante.

Hace algunos años le hubiera importado eso y tal vez se hubiera puesto a mal por eso pero ahora que eran como desconocidos que sólo siguen juntos por su hijo, le valía una mierda si Corey tenía una amante. Mejor para ella, el hombre sería problema para otra.

— ¿Has ido a ver a Lenny? — Preguntó casualmente Corey cuando Laney sabía que le importaba poco lo que hiciera.

— Tal vez vaya mañana, tengo mucho trabajo — Sirvió el agua caliente en una taza para preparar su café.

A Laney le encantaría ir seguido a ver a Lenny al hospital pero su trabajo es algo que le hacía falta en la casa. No podía darse el lujo de ir a ver a su amigo, no si ya no estaba tan grave.

— Ha mejorado — Corey asintió para si mismo con monotonía — Aún no entiendo cómo Carrie sigue cuidando de él —.

— Amor, supongo — Respondió Laney bajando una caja de cereal y pan para sándwich — Algo que ninguno de nosotros tenemos —.

— Ni siquiera Kon y Trina — Se rió levemente por el pasado y luego hizo una mueca — Kon hizo bien en desaparecer incluso de su propio hermano —.

— Kon y Trina eran diferentes — Murmuró con tristeza — Trina es y será siempre una perra —.

Corey asintió una vez más, estando de acuerdo en algo con Laney.

La pelirroja se giró levemente para mirar de reojo a su esposo con el ceño fruncido. Después negó con la cabeza y suspiró.

— Llegaré tarde — Comentó Laney volteando de nuevo para seguir preparando el desayuno.

— No tienes que decirme, sabes que no me importa — Murmuró con molestia Corey sin depegar los ojos de su celular.

— Tienes que darle de comer a Ethan, por eso te lo digo — Laney miró las rebanadas de pan para el almuerzo de su hijo, tratando de decidir de que sería su sándwich.

— Entonces lo llevaré a cenar pero tú irás a la próxima junta, ya me debes una — Habló como si fueran turnos para cuidar al niño.

— Es tu hijo, no una mascota — Le respondió con acidez decidiendo que sería de pavo el Sándwich.

— Yo no te dije que tuvieras un hijo — Claro que a Corey siempre le encantaba restregarle eso en la cara.

— Yo no te dije que tuvieras sexo conmigo — Le devolvió el comentario sirviendo el cereal de su hijo y terminando de preparar el almuerzo, envolviendo la comida en una bolsa de papel.

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