Leyendas Del Rockolimpo

En su tono.

Contenido explícito jsjsjs.

...

Kon gruñó cuando fue arrojado al suelo por cuatro personas.

¿Cómo dejó que esto pasara?.

Hace tan sólo unos minutos estaba con sus amigos buscando comida y agua, sin embargo, ahora estaba atado e hincado frente a la mujer más horrible que haya conocido.

— ¡Pero miren quien ha caído a mis pies! — La horrible voz de la mujer hizo que levantara el rostro hacía ella.

Ahí postrada en su "trono" se encontraba Trina, llevaba un vestido negro largo y su cabello, que alguna vez fue rosa, ahora era de un morado realmente negro y sólo dejando un mechón de lo que alguna vez fue.

La última vez que la vió así de cerca fue cuando volvió del pasado, hace 6 años. Ahora la mujer de 20 años se veía muy hermosa por fuera pero por dentro está podrida.

Sabía que se pudo evitar está destrucción del mundo pero cuando Corey no pudo cargar la canción en el implante cerebral, el caos siguió en su pequeño pueblo y no se detuvo ahí. El dominio de Trina se extendió por el mundo hasta que básicamente se convirtió en la reina.

Claro que aún estaba esa parte de la población que había logrado escapar y refugiarse. Grojband había logrado mantenerse escondido por todo este tipo junto a otros que no estaban bajo el control mental de Trina pero desafortunadamente, ese día los cuatro habían salido a buscar comida para las demás personas y los drones los encontraron, Kon tuvo que distraerlos para que sus amigos escaparan.

Hizo una mueca de enojo hacía la mujer.

No entendía por que aún no le había puesto el implante cerebral.

— Vamos idiota, no me mires así — Trina lo miró divertida mientras cruzaba las piernas y se inclinaba hacía adelante — Fue estúpido dejarte atrapar para que tus amigos escaparan, en serio, sabía que eras bueno y esa mierda pero eso fue estúpido incluso para tí. Contigo siendo uno más de mis drones, puedo capturar a mi estúpido hermano y tus demás inútiles amigos —.

Kon apretó los dientes con furia al escucharla hablar.

— Te estás tomando tu tiempo — Siseó con amargura.

— Bueno, eso es por que pensé en otros planes para tí — Aplaudió para ella misma con ánimo antes de morderse el labio y mirar al chico frente a ella con una mirada que envió un escalofrío a la columna del baterista — Tengo una oferta —.

El chico alzó una ceja confundido. Trina jamás había hecho una oferta y mucho menos a alguien como él.

— ¿Qué clase de oferta? — Sea lo que sea debe de ser malo, ella no es confiable.

— Es muy sencillo en realidad, sólo quiero que hagas algo por mí y si obedeces por tu cuenta, te dejaré en libertad — Una sonrisa maliciosa se extendió por su rostro.

¿Dejarlo en libertad?

Abrió los ojos sorprendido por la oferta.

¿En serio lo dejará en libertad si obedece por su cuenta a lo que quiere ella?

Demasiado sencillo para ser verdad.

— ¿Qué quieres? — Volvió a su mirada curiosa y enojada al llegar a la conclusión que lo que sea que ella pidiera no puede ser bueno.

Trina se rió antes de levantarse de su trono y caminar hacía el chico. Cuando estuvo enfrente, se agachó un poco para tomarlo de la barbilla con suavidad y susurró cerca de su rostro.