Fascinación.

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Contenido algo explícito.

...

— Entonces, ¿Me ayudarás con la tarea de cálculo? — Un hombre de tez pálida se recargó en la pared.

— Vete al diablo — Le Respondió la mujer que estaba cerrando su habitación.

— Vamos nena, eres demasiado inteligente, un poco de tu ayuda no me vendría mal — La comenzó a seguir cuando ella comenzó a caminar por el pasillo.

— En serio te romperé toda tu estúpida cara si no me dejas de molestar, Andrey o como te llames — Se giró bruscamente para acercarse de forma amenazante.

— Es Andrew en realidad pero estuvo cerca, te la pasaré por que eres hermosa — Pasó un dedo por su mentón con una sonrisa pícara.

La mujer tomó su mano con molestia y se la apretó antes de pisar su pie con todas sus fuerzas enterrando su tacón.

— ¡Ahhh! ¿¡Por qué hiciste eso!? — Se tomó del pie mirando a la otra que sonreía al ver que si le dolió.

— Te dije que te alejaras de mí, bastardo — Le dió una última mirada y después se volteó para seguir su camino a su primera clase de esa mañana.

Andrew vió a la mujer irse con un suave balanceo de caderas y con un porte firme.

Trina Riffin era una mujer que conoció en un clase de cálculo y que le llamó la atención desde el primer momento. Gracias a que él se cambió de universidad este semestre, conoció lo dura que era la mujer de cabello rosado.

Ella siempre respondía de forma ácida fuera quien fuera la persona con la que hablaba, era brusca, indiferente, fuerte, grosera y sin ningún respeto. Siempre con la mirada en alto y sin dejarse pisar.

— Que mujer — Sonrió para sí mismo mientras seguía viendo por dónde se fue Trina.

...

Andrew es un hombre alto y con un físico delgado, su cabello se mantenía bien recortado con rizos marcados y siempre usaba una chaqueta negra que adoraba con su alma. Las personas lo solían describir como, en su mayoría, molesto.

Él es realmente inteligente en el área de ciencias sin embargo, las matemáticas jamás fueron lo suyo y es por eso que buscaba la ayuda de Trina, aunque en realidad era más por qué quería invitarla a salir.

— Jodete — Habló la de cabello rosado mientras guardaba sus libros en su bolso brillante y no miraba al hombre que se paraba frente a ella.

— Te lo estoy pidiendo por favor, princesa — Le sonrió inclinándose sobre el escritorio de la mujer.

— Y yo te estoy diciendo que te jodas — Tomó sus cosas para salir del salón y cruzar el campus a su siguiente clase.

— Entonces te invito por una cerveza y ya después podemos hablar sobre tu ayuda con cálculo — Caminó relajado a su lado.

Trina se detuvo para voltear a verlo y comenzar a reír tomándose del pecho.

— ¿En serio crees que saldría contigo? — Se limpió los ojos con las lágrimas por la risa — Eres ridículo —.

— ¿Me subestimas? — Alzó una ceja parándose frente a ella.

— Por favor, ni en un millón de años saldría contigo — Negó con cabeza volviendo a caminar pero el hombre la detuvo tomándola del brazo.

— Ohhh créeme, haré lo imposible para que salgas conmigo — Le sonrió con malicia.

La mujer entre cerró los ojos con una expresión sería ahora en su rostro. Se zafó de su agarre con un fuerte tirón y lo señaló con un dedo.

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