Capítulo 35

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Supongo que usted sabe sobre la profecía
—Si, la de la Elegida
Exacto, pero me temo que solo conoce una parte de ella. La profecía de La Elegida es muy antigua, y me temo que algunas partes se han pedido en el tiempo. Yo conozco otra de las partes perdidas de la profecía que habla sobre su afinidad con las criaturas mágicas de alta peligrosidad y comúnmente las más despreciadas y temidas por los magos ordinarios
¿Afinidad con criaturas mágicas de alta peligrosidad?, lo siento Drogo pero no entiendo
Permítame explicarle mi señora, la profecía dice que la Elegida está destinada a hacer grandes cosas y que tendrá en sus manos el futuro del mundo mágico cuando un momento de gran oscuridad de acerqué, pues tendrá la capacidad de...
Salvar o destruir el mundo, lo sé —interrumpí
Exacto, pues esas grandes cosas a las que está destinada pueden ser o bien positivas y ser tan extraordinarias que marcarían para bien la vida de todos en el mundo mágico y sería el comienzo de una nueva era... o bien podrían ser negativas y causar la mayor destrucción jamás vista y que sumergiría a todo el mundo mágico y sus habitantes desde magos y brujas hasta las más temibles criaturas mágicas, a una vida de sombras, dolor y pena, puestas totalmente a su merced.

Aquellas palabras me hicieron caer en cuenta por primera vez del verdadero significado de ser La Elegida, estos meses los había pasado disfrutando y divirtiéndome sin prestar atención a lo verdaderamente importante, que era tomar una decisión respecto a mi futuro y el de todos los demás, pues ya no solo era mi vida y mis problemas familiares los que estaban en juego, sino ahora todo el mundo mágico desde los magos y brujas hasta las más temibles criaturas mágicas y sus vidas, dependían de mí.

—Okay, entiendo pero aún no me has dicho que tiene que ver todo eso con que tú y yo nos podamos comunicar
No sólo somos usted y yo, mi señora. Esa es la segunda parte de la profecía, pues para poder lograr todas esas grandes cosas ya sean positivas o negativas, La Elegida contará con el apoyo y lealtad de las criaturas mágicas de la más alta peligrosidad y de las que huyen comúnmente la mayoría de los magos ordinarios. Que somos por supuesto todos los dragones, los centauros, los grifos, los hombres lobo, las acromántulas... como ya sabrá también el Basilisco y los Thestrals, entre otras criaturas.
¿Los Thestrals?
Si mi señora, de hecho al parecer son con los que usted tiene más afinidad después de nosotros los dragones, no por nada su patronus es un Thestral...
En ese momento Hagrid nos interrumpió y me dijo que ya era hora de regresar al castillo.
—Pero no puedo dejar que se los lleven a Rumania —dije preocupada por no volver a ver a Drogo ni a los demás dragones
—Lo siento Vanessa, pero no hay opción —respondió Hagrid con pesar
—Drogo... —me acerqué a él y le acaricié el hocico

—No se angustie mi señora, cuando usted nos necesite sólo tiene que decir una palabra y nosotros vendremos, así estemos del otro lado del mundo

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No se angustie mi señora, cuando usted nos necesite sólo tiene que decir una palabra y nosotros vendremos, así estemos del otro lado del mundo...
—¿Palabra? —pregunte sin recordar que ya se la había dicho
Dracarys
Sonreí y me despedí de Drogo, quien partiría dentro de unas horas hacia Rumania y esperaría mi llamado junto a los demás.
—Trátenlos bien —advertí

La Princesa De Slytherin ||Draco Malfoy Y Tú ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora