La Princesa De Slytherin ||Draco Malfoy Y Tú ||

Capítulo 9: Draco

- A parte de venir a despedirte y desearte suerte para mañana, vine a decirles que ustedes dos no pueden entrar juntos a Hogwarts -explicó su padre
-¡¿Qué?! -gritamos
- Si queremos que Potter confíe en ti, no puedes llegar a Hogwarts siendo su amiga, a parte recuerda de quien se supone que eres hija -le explicó- Draco y Potter no son precisamente muy amigos ¿o me equivoco? - Voldemort se volvió hacia mí

Lo mire con mala cara y tense la mandíbula, pero me límite a negar con la cabeza.
- No señor - respondí
-¿Lo ves? Es por eso que no debes ser su amiga desde el principio, podrás ser su amiga frente a todos, pero mínimo deberá pasar un mes.

¡UN MES?! ¡No, no podría estar sin Nessa ni siquiera una semana!

-¡¿Un mes?! - replicó Nessa.
-Si Vanessa UN MES y no hay cabida a discusiones -le respondió su padre- a parte de que no sería lógico que siendo hija de Andromeda Black y habiendo estado escondidas tantos años, conozcas a Draco y seas su amiga. Así que está fuera de discusión Vanessa -advirtió- además no se porque te pones así, no es como que pierdas mucho ¿o sí?
- No papá, tienes razón... no pierdo nada - respondió Nessa sin vacilar y con total seguridad.

Mi corazón se detuvo en ese momento ¿Cómo que no perdía nada? ¿Acaso ella no me extrañaría durante todo ese mes?
Nessa volteó a verme pero no quise ponerle atención, ella y su padre continuaron hablando pero yo sinceramente dejé de escuchar.
¿Cómo podía decir que no perdería nada? Soy un idiota por haber pensado que ella me consideraba un amigo y más aún que llegaría a quererme en algún momento, he estado enamorado de ella desde que éramos niños, pero siempre la vi tan inalcanzable, tan segura de si misma, tan ambiciosa desde niña, tan hermosa... que solo me conformé con ser su amigo y estar cerca de ella como fuera, aunque a veces la molestaba y le hacía bromas era sólo para llamar su atención y que notara mi existencia. Pues mi padre siempre me dijo que mantuviera mi distancia con ella, que yo nunca llegaría a ser digno de estar con Nessa, que la hija del Señor Tenebroso era inalcanzable para mí y que me limitara a ser su fiel seguidor, pero que sí en algún momento ella se dignaba a hacerme caso, que debía ocuparla para asegurar la posición de nuestra familia, pero yo no quería eso, yo quería que si algún día Nessa me daba la oportunidad de estar con ella, nuestra relación estuviera basada en el amor y no en la conveniencia. En cambio mi madre desde que se enteró que estaba enamorado de ella, me incitaba a que me acercara a ella, e incluso me daba consejos, pero las palabras de mi padre siempre llegaban hasta mí y me quitaban toda la seguridad que llegaba a tener para acercarme a ella.
Sin embargo, Nessa siempre fue muy linda conmigo, jugábamos juntos nos hacíamos bromas y nos llevábamos muy bien, pues nuestro carácter era igual, además de que algunas veces me ayudaba con alguna tarea como alguna poción o hechizo pues le decía que no le había entendido, que no sabía como hacerlo o que no me salía para que ella gracias a su educación en casa me ayudara y asi poder pasar más tiempo juntos, es por eso que llegué estúpidamente a creer que ella estaba empezando a sentir algo por mi, pero ahora veo que me equivoqué, ella no siente ni nunca sentirá nada por mi, solo me ve como un fiel seguidor que haría lo que fuera y daría su vida por ella.

- Bien, además podrás recurrir a Snape para cualquier cosa que necesites, te protegerá durante ese mes que no tengas a ninguno de ellos dos cerca - explicó- lo mismo va para ti Draco, mantente alejado de Vanessa durante este mes, por ningún motivo pueden verlos juntos antes de eso - me advirtió

No se preocupe señor, su hija ya dejo todo muy claro, dije en mi mente.

- Si señor, no será problema - respondí arrogante mientras miraba con mala cara a Nessa.
Debía mantenerme alejado de ella y no lo lograría a menos que me aferrara a mi enojo y la ignorara intentando no sentir nada por ella cada vez que la veo.

-Perfecto, supongo que no debo recordarles que tampoco pueden llegar a la estación ni mucho menos sentarse juntos ¿verdad? -pregunto Lord Voldemort
-No te preocupes padre, nos mantendremos alejados - respondió su hija
- Así me gusta -sonrió- bueno mi niña me tengo que ir, mucha suerte en Hogwarts, aunque no la necesitas -dijo dándole un beso en la frente.
-Gracias papá, nos vemos.

Lord Voldemort salió y mi madre se acercó a nosotros preguntandonos si queríamos cenar.
- No tengo hambre gracias. Iré a mi habitación - le respondí dándome vuelta, subiendo a mi habitación.
Subí casi corriendo las escaleras y me encerré en mi habitación, si quería dejar de sentir algo por Vanessa debía mantenerme completamente alejado de ella, tal vez era bueno que no nos habláramos por un mes...
Agh maldición ¿a quién engaño? No quiero estar lejos de Nessa, la quiero cerca aunque sea como amiga. Estuve un rato intentando aferrarme a mi orgullo y mi enojo hasta que llegó un momento en el que sentí tanta frustración que comencé a lanzar cosas hacia la pared, mis libros, mi varita, mis pergaminos, mi ropa, cualquier cosa que se me atravesara mientras decía en voz alta las cosas a las que quería aferrarme para estar enojado con Nessa y así poder dejar de quererla.

- Agh si cree que la necesito, esta muy equivocada -dije lanzando un libro contra la pared- Si ella no pierde nada pues yo pierdo mucho menos -dije repitiendo sus palabras mientras tomaba un pergamino y también lo lanzaba con todas mis fuerzas- Se cree tanto por ser la "princesita" de Slytherin - intenté aferrarme a la idea de que no merecía mi lealtad- Si quiere saber quien es el mejor ignorando, lo averiguará -dije con más enojo.

Continúe lanzando cosas mientras me aferraba a ideas como éstas.

-Carajo ¿a quién engaño? No puedo odiarla... -dije cayendo de rodillas- la amo... -dije pasándome las manos por el cabello.
En ese momento el sonido de un leve sollozo llegó hasta mi, voltee hacia la puerta y luego escuché un portazo, no creo que haya sido Nessa, si hubiera sido ella hubiera entrado.
Me sentí aún más triste, enojado y decepcionado conforme pasaba el tiempo, pues esperaba que Nessa viniera tan siquiera a aclarar las cosas, pero al parecer no le importó ni siquiera un poco. Así que me cambié de ropa, me puse la pijama y me metí a la cama, mientras intentaba dormir me aferré completamente a mi sentimiento más fuerte en ese momento: mi orgullo, así que si Nessa no quería hablar las cosas yo menos, por mucho que la amara, yo no dejaba de ser un Malfoy y no iba a permitir que me viera mal por su culpa, así que no la molestaría durante todo este mes y al siguiente me limitaría a ayudarla y seguir sus órdenes como seguidor suyo y de su padre, más no como amigos. Eso se terminó.
Me estuve convenciendo de que era la decisión correcta durante toda la noche, pues no pude conciliar el sueño hasta casi las 3 am. Me fui quedando dormido en medio de esos pensamientos, aunque no ayudó mucho a mi decisión el hecho de que soñara con Nessa, recordando nuestros mejores momentos juntos...

No soporté ni un minuto más estar soñando con ella, por lo que a las 7 am salí de la cama y fui directo al baño a darme una ducha para calmar mis nervios y volver a tomar el control de mi mismo. Salí de la ducha y aún nadie estaba despierto, pues debíamos salir de aquí hasta las 2 de la tarde, así que supuse que Vanessa y mis padres dormirían un rato más. Regresé a mi habitación, me cambié y comencé a organizar mis cosas en mis baúles asegurándome de no olvidar nada.
Terminé de guardar mis cosas y recordé que tenía aquí en mi cuarto la lechuza de Vanessa, la que habíamos comprado el día que fuimos atacados en el Callejón Diagon. No quería dársela en persona así que llamé a Dobby y le dije que en cuanto Vanessa despertara se la diera.
-Dobby, en cuanto Vanessa despierte llevale su lechuza -dije mientras le daba al ave dentro de su jaula -y dile que no se le olvide ponerle un nombre.
- Sí, mi amo -respondió saliendo de mi habitación con la jaula en sus manos.
-Gracias Dobby
Volví a cerrar la puerta de mi habitación y me recosté otro rato esperando a que los demás despertaran. El sueño me volvió a vencer y me quedé dormido otro rato.