Esta historia estara protagonizada por la descendiente de Salazar Slytherin: Vanessa Isabelle Riddle, hija del Señor Tenebroso y heredera de Slytherin, quien por órdenes de su padre debe infiltrarse en Hogwarts, ganar la confianza de alumnos y maest...
Draco estaba tirado en el suelo, sangrando, sin poder moverse. Sus padres muertos del otro lado de la habitación, yo estaba en medio de esa habitación, no sabía que había pasado o como había llegado ahí. Estaba hiperventilando mientras un torrente de lágrimas salían de mis ojos y se deslizaban por mis mejillas. Me acercaba a Draco para sanarlo, pero no funcionaba. -Por favor Draco, no me dejes, no se que haría sin ti, porfavor -sollozaba desesperadamente mientras acomodaba la cabeza de Draco sobre mi regazo. -Lo... siento princesita... no puedo quedarme -decía agonizando mientras tomaba débilmente una de mis manos. La besaba y la soltaba bruscamente. Draco moría en mis brazos, sin que yo pudiera hacer nada.
Desperté en medio de un sobresalto, sentándome de golpe, comencé a inhalar grandes bocanadas de aire en un intento por tranquilizarme. Me llevé una mano al rostro empapado en sudor, miré a mi alrededor recordando donde estaba. Después de unos minutos logré calmar mi acelerada respiración y salí de la cama, me puse unas sandalias y salí de mi habitación rumbo al baño. Aún estaba pensando en esa pesadilla tan vívida y muy, muy real, que ni siquiera toque la puerta del baño para verificar que no hubiera nadie dentro. Así que solo abrí la puerta y vi a Draco medio desnudo, con sólo una toalla alrededor de la cintura, se sobresaltó al verme. -Nessa ¿Qué haces? -Yo... -no lograba articular palabra, no con ese dios griego semidesnudo frente a mi- yo... Lo siento eh... Debí tocar -dije muy nerviosa y sonrojada Draco soltó una deliciosa carcajada ante mi evidente incomodidad. -No pasa nada Nessa, yo ya me iba -dijo intentando controlar su risa, mientras recogía sus cosas y se dirigía a la puerta. Se detuvo a mi lado y me susurró -si hubieras entrado 5 segundos antes, no sólo te hubieras sonrojado, hubieras quedado en shock- dijo arrogantemente -¡Largo de aquí Malfoy! -dije mientras le daba un golpe en el hombro - Bien, bien me voy. Tus cosas para la ducha están en ese estante -dijo señalando un estante colgado al lado de la regadera. - Gracias -dije incomoda sin poder mirarlo a los ojos - Bien, no tardes. Ya está el desayuno -Claro Draco salió del baño entre risas. Cuando cerró la puerta solté un fuerte suspiro, no podía creer que hubiera actuado como una idiota frente a él, aunque debo aceptarlo ver a Draco semidesnudo le hubiera quitado la respiración a cualquiera. Reí ante mi actitud mientras me desvestia y me metía a la regadera. Terminé de bañarme, me sequé con una toalla, pero no había traido ni ropa ni una bata. -Maldición -volteé a mi alrededor en busca de algo que pudiera usar y vi la bata que Draco había olvidado. La tomé y me la puse, estaba tan impregnada con su olor que no podía parar de olerla. Recogí mis cosas y salí del baño. Draco estaba afuera y ahora fue su turno de sonrojarse, al verme con su bata. -Vanessa... Ammm... Te ves... -dijo sin poder decir una frase completa -Lo siento, no tenía ropa ni bata así que use lo único que había -me disculpe- espero no te moleste -¿Molestarme? -dijo un poco más calmado- para nada, de hecho te queda mejor que a mí -dijo sonriendo Me sonroje. -Ahh pues gracias -dije nerviosa- amm... Bueno... Voy a cambiarme no tardo -Si, si esta bien -dijo reaccionando-te espero para que bajemos juntos a desayunar -Claro, ahora vuelvo -dije corriendo hacia mi habitación. Cerré la puerta y no pude evitar sonreír ante nuestros encuentros incómodos. Me apresuré a vestirme. Me maquillé sólo un poco y salí de la habitación.
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