Capítulo 10: Vanessa

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Desperté alrededor de las 9 de la mañana, pues debíamos salir de aquí rumbo a la estación hasta las 2 pm. Así que aproveche para dormir un rato más. Salí de la cama y fui directo al baño, me di una ducha mientras pensaba en lo que había escuchado decir a Draco anoche, no podía quitarme sus palabras de la cabeza, pensaba en como iba a soportar estar lejos de él durante un mes, pero no dejé que mis sentimientos interfirieran en mi decisión, ya me había aferrado a mi orgullo y eso no iba a cambiar por mucho que me doliera.
-Soy Vanessa Isabelle Riddle y jamás permitiré que un idiota como Malfoy me haga sentir menos de lo que soy -dije saliendo furiosa de la regadera.
Me puse mi bata y salí del baño de manera poco femenina, entre a mi habitación y di un portazo, de nuevo las palabras de Draco daban vueltas en mi cabeza y las lágrimas amenazaban con salir. Saqué la ropa que llevaría, estaba haciendo algo de frío, así que me puse ésto, me deje el cabello suelto y mi maquillaje natural.

 Saqué la ropa que llevaría, estaba haciendo algo de frío, así que me puse ésto, me deje el cabello suelto y mi maquillaje natural

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Mientras me terminaba de maquillar alguien tocó la puerta.
-¿Quién es? -pregunté emocionada pensando que tal vez sería Draco.
-Soy yo -respondió Dobby.
No pude evitar que se notara la decepción en mi voz.
-Pasa...
-Lamento interrumpir señorita -se disculpó Dobby mientras entraba a mi habitación con mi lechuza en las manos.
-No te preocupes -le dije- ¡Mi lechuza! -me levanté del tocador y caminé hacia Dobby, él me dio la jaula donde estaba mi lechuza. La verdad ni siquiera había pensado en que habia pasado con ella después de lo del Callejón ¿donde estuvo todo este tiempo?
-Gracias Dobby ¿pero donde estaba?
-El señor Draco la estuvo cuidando todos estos días, la tenía en su cuarto
-¿A sí? ¿Y porqué no me la dio el mismo? -pregunté con tristeza
-No lo sé señorita, él señor Draco me llamó en la mañana y me ordenó que se la trajera en cuanto la señorita despertara -me explicó
Baje la mirada y nuevamente las lágrimas empañaron mi vista.
-¡Dobby es un elfo malo, hizo llorar a la señorita Vanessa! -dijo mientras se comenzaba a pegar contra la pared.
-Noo, Dobby para tu no hiciste nada malo -dije acercándome a él para evitar que se siguiera golpeando en la pared.
-Entonces ¿porqué llora? -preguntó preocupado
Tragué saliva fuertemente.
-No es nada Dobby, me emocioné por ver a mi lechuza eso es todo -mentí
-¿Está segura?
-Sí, no te preocupes
-Esta bien señorita -dijo mientras me sonreía y se daba la vuelta para irse- ahh otra cosa señorita, el señor Draco me pidió que le recordara que no se le olvidara ponerle un nombre a su lechuza
-Está bien
-Si no se le ofrece nada más señorita, me retiro
-Gracias Dobby -dije sonriendo
-El desayuno estará listo dentro de 10 minutos -dijo devolviendome la sonrisa
-No quiero bajar a desayunar ¿crees que podrías traerme el desayuno?
-Claro señorita, como usted guste -dijo mientras salía de mi habitación
-Ah y ¿Dobby? -dije deteniendolo- Si alguien te pregunta porque no bajaré a desayunar, dile que me siento un poco mal y que prefiero descansar lo más que se pueda antes de irme a Hogwarts -le pedí
-Como usted ordene señorita -dijo sonriendo mientras salía de mi habitación y cerraba la puerta.
No quería bajar a desayunar con los Malfoy para no tener que sentarme junto a Draco y que sus padres se dieran cuenta de que algo andaba mal, lo último que quería era tener que lidiar con situaciones incómodas y tener que dar explicaciones. Mientras esperaba mi desayuno, comencé a empacar mis cosas y verificar que no olvidara nada. Cuando estaba terminando mire la caja del anillo de Draco que aún estaba tirada en el piso, la tomé en mi mano y una completa furia me invadió así que la arrojé al fondo de uno de mis baúles e intenté tranquilizarme y no pensar en ese maldito anillo ni en el estúpido de Draco Malfoy.
Minutos después Dobby regresó con mi desayuno en una bandeja, mientras yo terminaba de empacar.
-Aquí esta su desayuno -dijo dejando la bandeja sobre mi cama.
-Gracias
-No es nada señorita, los señores le mandan a decir que ojalá se sienta mejor y que si necesita algo no dude en pedirlo
-¿Los señores? -pregunté
-Sí, la señora Narcissa y el señor Lucius -me aclaró
-Ahh claro... -dije comprendiendo- ¿y Draco? -no pude evitar preguntar
-El señor Draco no dijo nada, parece algo triste y distraído esta mañana
-Gracias Dobby, diles que estaré bien-dije fingiendo una sonrisa
-Si señorita, disfrute su desayuno -dijo saliendo de mi habitación dejándome sola.

¿Draco Malfoy triste y distraído? No lo creo anoche no se escuchaba triste todo lo contrario, se escuchaba enojado y muy seguro de lo que estaba diciendo, puse los ojos en blanco, terminé de empacar y me senté en mi cama a desayunar. Terminé de desayunar y aun faltaban cerca de 3 horas para irnos y como no tenía ganas de salir ni mucho menos encontrarme con Draco, quería permanecer el mayor tiempo posible en mi habitación y evitar a Draco lo más que pudiera. Así que me recosté otra vez y me quedé dormida un par de horas más.

Un leve toquido a mi puerta me despertó.
-Adelante -dije con la voz un poco adormilada
Cissy entró a mi habitación, cerró la puerta y se sentó junto a mi en la cama.
-¿Estás bien querida? -preguntó preocupada mientras me ponía el dorso de su mano en la frente.
-Si Cissy estoy bien, sólo algo cansada y nerviosa por Hogwarts -mentí
-¿Estás segura que eso es todo? -insistió
-Si, ¿por qué preguntas?
-A lo mejor son imaginaciones mías pero creo que hay algún problema entre tú y Draco -explicó
-¿Por qué habría un problema entre él y yo? -dije a la defensiva
-Pues no lo sé... desde ayer después de que se fue tu padre, tú y Draco han estado actuando algo extraño
-No es nada Cissy, de verdad -dije intentando sonar convincente
-Está bien si no me quieres contar -dijo levantándose de la cama- yo sólo digo que Draco está muy distraído y se podría decir que hasta triste desde ayer.
-Sabes que no es eso, siempre te cuento todo -dije levantándome de la cama- no se que pueda tener Draco, pero te prometo que iré a hablar con él -sonreí
-Gracias Vanessa, sabes que él siempre te ha querido mucho y supongo que no tomó muy bien la orden de tu padre -dijo con tristeza
-Lo sé Cissy, pero no te preocupes estaremos bien -le aseguré sin ganas de entrar en más detalles.
-Eso espero querida -sonrió tristemente- pero bueno cambiando de tema ¿ya tienes tus cosas listas?
-Si, hace un rato terminé de empacar
-Bien, entonces ahora mismo les aviso a los elfos para que vengan por tus cosas y las suban a una de las limosinas -dijo dándose la vuelta para salir de mi cuarto
-¿Limosinas? -pregunté confundida
-Si querida limosinas -confirmó- recuerda que Draco y tú no pueden llegar juntos a la estación -me recordó.
-Ahh claro -sonreí pero sin poder evitar la tristeza en mi voz.
-Bueno entonces ahorita mando a los elfos por tus cosas, salimos de aquí en 15 minutos -dijo saliendo de mi habitación.

Pocos minutos después los elfos ya se encontraban en mi habitación sacando mis cosas para llevarlas a la limosina en la que yo me iría. Cuando terminaron de sacar mis baúles y mi lechuza, me retoqué un poco el maquillaje, me miré al espejo y suspiré intentando tranquilizarme y tomar fuerzas para enfrentar todo lo que me esperaba en Hogwarts, estaría 1 mes sola y tendría que sobrevivir bien ese mes. Tomé mi bolsa de mano y salí de mi habitación, mientras cerraba la puerta Draco también salía de su habitación, nos miramos unos segundos pero después desvíe la mirada y baje rápidamente las escaleras, debía llegar tranquila y concentrada a Hogwarts no iba permitir que estas situaciones estúpidas me distrajeran.
Baje y Narcissa y Lucius nos estaban esperando en la puerta.
-¿Estás lista querida? -me preguntó Narcissa
-Más lista que nunca -dije arrogante
Narcissa me sonrió y miró por detrás de mi. Draco venía bajando las escaleras.
-¿Estás listo hijo?
-Por supuesto madre -respondió serio
-Draco, aunque nuestro Señor ordenó que te mantuvieras separado de ella, debes protegerla de todo y de todos ¿te quedó claro? -espetó su padre
-Claro padre, con mi vida -respondió mientras hacía una reverencia ante mí.
No pude evitar que se me formara un nudo en la garganta, pues Draco sabía que no debía hacerme nunca una reverencia porque eso sólo lo debían hacer los súbditos de mi padre y él, al menos conmigo, no lo era, él era mi amigo.
Draco levantó la mirada y me miró con esos ojos grises que gritaban de dolor y tristeza. Desvío la mirada y salió por la puerta. Narcissa me miró, sabía que algo andaba mal, pero no insistió y sólo me dedicó una sonrisa tierna pero triste.
-Bueno ya deben irse o se les va a hacer tarde-dijo Cissy dándome un abrazo
-Gracias por todo Cissy, y a usted también Señor Malfoy
-No hay de que señorita Riddle, fue un placer tenerla en nuestra casa -dijo Lucius mientras extrañamente me dedicaba una sonrisa que me dio escalofríos.

Salí de la mansión y me dirigí hacia mi respectiva limosina, Draco también se fue hacia la suya y ambos subimos, pero no sin antes dedicarnos una última mirada.

La Princesa De Slytherin ||Draco Malfoy Y Tú ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora