Continuación:
Pasó mi primer día en esta casa y por ahora todo bien, la maldita alarma que no dejaba de joderme los tímpanos al marcar las 5:00am no paraba de sonar, la apague de un simple puñetazo al botón, ya estaba acostumbrado a levantarme temprano, pero no estaba muy motivado el volverme reimplantar que seré el guardaespaldas de un idiota adinerado.
Pero al igual que respirar hondo, bostece para espantar todo rastro de pereza en mi, y estirarme lentamente de la cama, lo engorroso de todo era tener que salir con mi toalla al maldito cuarto de alado para poder bañarme y vestirme. Ya terminando lo más importante, me mire en un espejo de cuerpo completo que estaba en la misma condenada habitación, me ajuste la corbata reflejándome y con una sonrisa ganadora, peine mi oscura melena para salir a mi primer día de trabajo, pero antes de comenzar tuve que devolverme al cuarto para tomar el condenado broche que me dio Stolas ayer, dijo que teníamos que usarlo todo el tiempo así que no hay de otra.
Mire mi reloj y...¡no mamen! Eran apenas las 5:20am y mis jefes se levantan a las 6:30...tendré que pararme más tarde o veré en que pierdo mi tiempo antes de trabajar, salí al corredor y lo mismo que presencie apenas salí de mi cuarto. Nada; nada de nada, oscuridad en algunos corredores y luz en otras para no quedar en la penumbra absoluta. ¿A que hora se paran esta gente?
- A la mierda, no importa si ya me bañe, haré esto en plena sala aprovechando mi soledad - me dije a mi mismo para ponerme en posición para entretenerme de alguna manera, se que no era para nada ética hacerlo en este preciso momento pero estaba solo ¿Que es lo peor que podría pasar?
Narradora:
Una chica al llegar su hora de ponerse manos a la obra en la cocina, encendió la luz de la misma pero escucho un leve ruido que venia del corredor de la sala, un poco nerviosa se asomo, tenia algo de miedo pues pensaba que estaba completamente sola, hasta que se descarto la ideal al ver como sus ojos presenciaron algo que nunca se le paso por la mente. Había un Blitzø haciendo lagartijas con su mano derecha de forma continua y seria mientras contaba en voz alta.
- Cincuenta y tres, cincuenta y cuatro, cincuenta y cinco, cincuenta y seis...- paro quedando en ese número al ver la chica quien lo miraba desde el otro corredor.
- Ho perdóneme, no quería interrumpirlo, mejor siga en lo suyo...yo iré hacer el desayuno - contesto la chica caminando a la cocina.
El guardaespaldas no le dio más rodeos al asunto, poniendo sus dos manos devuelta al piso para volver a ejercer la musculatura de sus brazos, ya llego a doscientas con ambos brazos ¿Ahora que? se preguntaba el pelinegro, sentadillas no podía hacer por culpa del traje, su aburrimiento volvió a el, llegandole otra vez la imagen de la chica a el.
- Hablare un rato con ella, al menos mientras se hacen las 6 - dijo decidido, dirigiéndose a ese lugar culinario.
Narra Blitzø:
- Hola... - volví a ver a la sirvienta que inconvenientemente se me había olvidado el nombre - heee...- decidí preguntar algo para evitar mi olvidadiza confusión - ¿Sabes donde esta la habitación de los jefes?
- Si, en la segunda planta, mano derecha, a tres cuartos - explico.
- Gracias...- mire mi reloj y, ¡Por un demonio ya no sabia que decir!
- Mientras los espera ¿No le gustaría desayunar primero? - pregunto la chica poniéndome en la mesa de la cocina un gran pero gran desayuno que de donde yo vengo nunca pude darme esos lujos.
- ¿Que? ¿Todo eso...para mi? - pregunte aún incrédulo.
- Claro, un guardaespaldas siempre debe de estar lleno de energía - me respondió con una sonrisa.
ESTÁS LEYENDO
Guarda-Corazones (Stolitzø) ~Stolas x Blitzø~
Fanfiction"Ser un guardaespaldas de tiempo completo no es nada fácil, y menos si uno de tus jefes quiere joderte y el otro cogerte" - Blitzø. Luego de múltiples traumas, traiciones, maltratos y...¡Quemaduras! Ese chico siempre seguía peleando por los demás y...