Guarda-Corazones (Stolitzø) ~Stolas x Blitzø~

Capítulo 54 (Nuestras debilidades a veces son nuestras mejores fortalezas)

Continuación:

~...~

Los días seguían trascurriendo. Cada que miraba a Striker esa desconfianza se incrementaba. Tomando una decisión fuerte, tortuosa pero sí que necesaria.

Entreno día y noche. Sin descanso alguno, volviéndose cada vez mejor en cada área que le depositaban al frente.

Puntería. Resistencia. Velocidad. Defensa. Cualquier materia.

S no lo dejo pasar con aquel cambio, demostrando más interés de que estuviera de su lado, algo que tal parece que estaba costando un poco más a cada día.

—Buen trabajo el de hoy, joven Buckso — felicito el director al chico con el mejor promedio que estaba teniendo.

—Gracias señor — agradeció Blitzø. De tanto esforzar sus músculos del cuerpo pudo entender un poco de lo que valía el esfuerzo, empezando apreciar las exigencias de sus mayores.

De la Vega ha notado toda su trasformación un poco más enfocada, diciéndole que era como un hijo para él. Verlo crecer, fortalecerse, le hacía sentir bien por él.

Por más simple o cursi que haya sido era oración...fue suficiente para estremecer un poco el interior del chico. Haber querido un poco el cariño de su padre le hizo ser un poco frágil, a lo que el mayor lo negaba, recordándole que no era cierto, que aquel...era el motor que lo impulsaba hacer mejor.

"Nuestras debilidades a veces son nuestras mejores fortalezas" — fueron sus palabras.

Eso...fue mucho más allegado de lo que pudo pensar el hombre.

Stiker terminantemente debía de poner todo eso en su lugar. Parando a su compañero en uno de los pasillos, casi sin personas.

—¡¿Qué demonios te sucede?! — fue el epilogo de toda su historia de odio.

—¡¿De qué carajos hablas?! — preguntó alejándose del tejano —Tú eres el idiota que ha actuado como un completo imbécil por todo este tiempo — lo afronto serio.

—No intestes ocultarlo — se cruzó de brazos —Claro...el niño de circo que nunca tuvo la aprobación de su padre ahora tiene la del jefe y se siente el más privilegiado de todos — se mofo sínico.

—O-Oye...cállate~ — rogo susurrando —nadie debería de saber eso.

—¿Qué cosa?...¡Que eres un fracasado con problemas parentales que fue casi condenado a homicidio por el daño a un parque! — alzó con brusquedad su voz.

La cara de Blitzø se formó de un sonrojo de furia y pena en ese instante, teniendo la ligera mirada de algunos de los que estaban caminando.

La necesidad de derramar su tristeza e ira a través de sus ojos se hacía cada vez más decadente.

—¿Qué...que pasa contigo? — le cuestiono un Blitzø guardándose sus sentires por su bien.

—Eso podría yo decírtelo a ti — lo señalo, empujando su dedo en su pecho —¡Ahora ahórrate tu lloriqueo y debemos de ponernos a terminar de extraer todo el combustible para mañana! — le ordeno indiferente.

Era el colmo...vaya que lo era. Lo que antes lo estaba viendo como un compañero indispensable y un buen amigo, era ahora solo un mando sin prejuicios. No era su jefe, y no tenía porque obedecerlo