Capítulo 55 (Lo siento~)

468 59 49
                                    

Continuación:


Se levantó solo un poco, su piel antes morena estaba pálida, su sangre se había disminuido un 45% de su cuerpo, sabiendo bien que moriría pronto, presintiendo que la vida se le escapa con suma paciencia.

Gateo un par de centímetros, apoyando otra vez su pie para levantarse. Se tomó su herida con el peor de los lamentos, sentía que perdería el conocimiento pronto, para posteriormente perecer en su mayor temor.

Sintió el aire ligero y fresco chocar su rostro, sintiéndose motivado por su impresionante avance, fue ahí donde noto dónde estaba....

Salió en casi un salto. El jubiló de su emoción fue tan enorme que sus ojos se cristalizaron, más del festejo que del dolor que sentía. Camino a un área más segura, fijando su vista en la carpa que se destruía ante sus ojos.

—Lo...lo logré~ — soltó con una sonrisa de orgullo —Aja... — sonrió con emoción, a pesar de tener una cara de muerte y sus ojos cansados amenazan con apagarse.

Se regocijó alzando sus brazos adolorido, cayendo a sus espaldas al no poder soportar más con su propio cuerpo.

—Creo...que es todo~ — exhaló rendido. Ya ni siquiera tenía las energías suficientes como para mantenerse despierto, cediendo con pesar al oscuro abismo de que esperaba, haciendo que el siquiera respirar se volviera incluso algo tan costoso para él que dejó de hacerlo.

Solo era él con su malestar. No siguió luchando, ya estaba cansado de hacerlo, dejándose llevar por primera vez, y dejar que la vida hiciera lo que tanto tiempo lo estaba orillando.

Lo siento~ — murmuro con lo que sabía que sería su último aliento.



(...)

—¡¿Qué te dijo?! — pregunto Millie a su pareja apenas noto la expresión de alteración y miedo en su cara.

—Él...me colgó...¡O no sé, solo decía incoherencias!...¡No me dijo dónde estaba! — tomo de los hombros a la chica, perdiendo la poca paciencia que tenía ahora.

Los ojos llenos de terror en el joven pararon de un momento a otro a un punto exacto. El humo que sobresalía entre la hiedra alejada hacia que de alguna forma le diera una señal, recordando la última palabra exacta que emano su compañero antes de terminar la comunicación.

—¡Debemos de ir para allá! — ordeno el alvino a la pelinegra, quien sin objetar solo asintió, tomando "prestada" una motocicleta por parte de unos rehenes al saber cómo trucar los bombines de arranque.

Mox tomo el manubrio, sintiendo a su chica tomarlo de su cintura e ir a donde aquella mezcla de gases y partículas finas se desprendian en los cielos.

Se juró que si su corazonada era incorrecta sabría que su despido sería inevitable. El hacer perder tiempo en estos momentos y salir de una escena en donde ellos eran el cuerpo de seguridad era jugarse demasiado y para nada correcto.

La dirección los llevo a una arboleda algo espesa, manteniendo el olor a quemado como su mejor guía, solo pararon un par de kilómetros para que las hojas verdes de los arboles cedieran de su lugar, donde como resultado una escena que no cabía en sus cabezas.

El fuego que ya hacia consumiente casi en su totalidad una especia de toldo colorido era el encargado de dar aquella señales de humo indiscutibles.

La vista desasosegada de los guardias los corrompían las llamas vivas en el reflejo de los mismos, atemorizados de que su compañero estuviera adentro.

Guarda-Corazones (Stolitzø) ~Stolas x Blitzø~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora