Capítulo 20 (Tinta)

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Continuación:


Un día simplemente rogaba salir de aquel oscuro y lúgubre lugar, que era conocido como el infierno que cada quien vivía en ese reformatorio. Ahora...daría lo que fuera por volver.

¡Las ruedas del camión van girando van, girando van, girando van. Las ruedas del camión van girando van, todo el día!~ — cantaban a todo pulmón Stolas y Octavia.

Un tic ultrajo mi parpado derecho, apretando muy bien mi mandíbula para frenar cada palabra mal dicha que de seguro me arrepentiría después.

Pensaba sin cesar en como mantener mi mente ocupada y lejos del colapso.

Sip, sin importar que estuviera manejando quería tener mi mente alejada de ese sonoro, desafinado y empalagoso canto. Como si fuera una señal colándose en mi turbia y oscura mente, mire a Verosika, quien estaba a mi lado, sentada en el asiento del copiloto...justo en donde me había corrido...

Ahogue una risotada en solo pensar como la muy quejumbrosa rubia estaba literalmente posándose encima de mis hijos prematuros y subdesarrollados.

— ¿Que es tan gracioso, Blitzo? — me saco de mis perversos pensamientos.

— No, nada... - intentaba calmarme pero era tan difícil. Como intente me mordí mi labio inferior, intentando reprimir mi sonrisa.

— ¡Ok, ya me estás alterando! — se quejo dándome un pequeño golpe en mi nuca. No me quedo más que sobarme la antedicha parte de mi cuerpo. Prometí comportarme con ella y más estando a la vista de Octavia y su padre. Apenas llegamos al supermercado me baje del coche con el motivo de abrir la puerta trasera, dejando salir a mi jefe, a su hija y a Linda, evidentemente no era mi trabajo hacerlo con mi colega, debido a lo cual ella sólita se bajo. 

No se que tiene la pequeña hija de Stolas con tener que correr adentro de los lugares. Instantáneamente apenas sus pies tocaron el suelo tomo la mano de su padre para correr adentro del establecimiento, se le veía la emoción en sus ojos por la idea de comprar cosas nuevas para su perrito recién llegado, que al fin lo nombro "Max"...muy común ¿Cierto? 

Entrando al comercio me di cuenta que era una muy variada. Linda se fue por los víveres, mi jefe y su hija estaban en la área de productos caninos, y en cuanto a Verosika y a mi vigilábamos que todo estaban bien.

— Si deseas  puedes ir hacer lo que quieras, yo me encargo de mi labor — le objete al ver como se la pasaba de atrás para delante conmigo y mirando al padre e hija juntos.

— No es como que tenga otra cosa más que hacer - respondió a mi sugerencia — pero ya que insiste, averiguare cuanto vale un labial nuevo que vi hace un par de días.

— Haz lo que quieras — hable viendo como se alejaba; me cruce de brazos sin despegar el ojo a mis protegidos. Via no paraba de apreciar con suma alegría la ropa, comida, juguetes y demás para su amigo peludo. 

En un breve momento cuando la chiquita pelizul oscuro hablaba de lo lindo que se vería Max con unos zapatos de color verde con peluza acolchonada, Stolas aprovecho la ocasión para detener su vista a mi. 

Sentía como me desnudaba con sus malditos ojos carmesin intensos, guiñandome con uno de sus ojos, lleno de lubricidad. Encogí mis ojos entrecerrandolos con mis parpados, frunciendo el ceño, no era alcanzable para él ver mi reacción al poseer mis anteojos oscuros, a pesar de ello debía de haber captado mi disgusto apenas apreté mis labios y le saque sutilmente mi dedo del medio. 

Guarda-Corazones (Stolitzø) ~Stolas x Blitzø~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora