Capítulo 28 (Piscina)

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Continuación:


El jefe del lugar se le hizo imposible no volver a suspirar, pero ahora más tranquilo.

Razono más la situación y se alegro que no lo haya escuchado, ciertamente fue como un desahogo sentimental el decir lo que sentía, por más decepcionante que sea, supo que había sido una terrible idea.

Blitzø rechazó una salida con él, era más que probable un rechazo ante tal confesión. Le daría tiempo al tiempo, eso contando...lo mejor que debería de tratar a su empleado; dejando un poco los celos y lo posesivo que a veces podría llegar hacer.

Pego su cabeza a la del pelinegro, chocando sus cabellos entre si, sacando otra respiración profunda. Cualquier acercamiento que implique estar junto a su querido guardia, le era tan gratificante.

Camino entre los oscuros corredores de la mansión, teniendo a Blitzø entre sus brazos aun dormido, ahora se encontraba en un dilema; no sabia si dejarlo en su cama o no. 

Si despertaba y se daba cuenta que está en su cuatro, es probable que se enojara con él al "meterse" en sus asuntos, pero no tenia el corazón como para dejarlo así, afuera sabiendo lo rendido y fatigado que estaba, teniendo así una idea entre las dos; dejando al joven pelinegro en uno de los sofás de la sala.

Se sentía mal al dejarlo ahí, se moría de ganas el dormir con él en su cuarto, como la primera vez que se conectaron de las más carnales formas posibles, pero eso si haría enfurecer al Blitzø, así dejando le un tierno beso en su frente, deseándole buenas noches y un hasta mañana~

En Blitzø solo se relajaba en su sueño, viajando ante tal dimensión de su subconsciente de forma involuntaria. Era tranquilo, demasiado a decir verdad. Por lo general era a este punto su cabeza le jugaba malos ratos, y él lo sabia, esta paz era exageradamente inusitada, eso lo volvía aún más incoherente, pero hay estaba, viéndose así mismo a una completa nada.

El taconear de una par de zapatos llamo su atención, poniéndose guardia en todo sentido que se le hacia posible. Calmo sus nervios al ver que se trataba de su jefe, extrañándose que estuviera allí con él.

—¿Que mierda es lo que está pasando? — se pregunto así mismo, y como si toda regla de continuidad del tiempo existiera en su cabeza, ya Stolas estaba frente a él, sorprendiéndolo tan de repente; nadie hacia nada, solo se quedaron mirándose a los ojos y como era de saber, Stolas siempre sonriendo. Blitzø hizo un breve puchero sin entender nada, no tardo mucho para que ese puchero sea sutilmente chocado por la boca del peliazul, dejándose influenciar por tal momento que fue subiendo al punto de tener a su jefe prácticamente de rodillas, se separación dejaba ver el grado salival que compartieron, todo para que Stolas volviera a tomar el rostro del otro y darle literalmente una lamida en toda su boca, que volvió hacer repetidas veces, incluyendo parte de la cara, dejando un recorrido de baba por donde quiera que acariciaba con su lengua la estructura facial de Blitzø, dejando más que extrañado a este ultimo.

— S-Stolas...¡¿Que...mierda haces?! — pregunto sin saber el inentendible comportamiento de su jefe, seria más que capaz de devorarlo en cualquier aspecto sexual, pero esto ya era maniático.

Volvió a la realidad, abriendo con escasas ganas de despertar, para darse cuenta que era el perrito de la casa quien lo lamia frenéticamente en su rostro.

— ¡Aahg! ¡Max! — lo reprendió bajándolo de su cuerpo — ¡Que puto asco! — se quejo limpiándose la boca y la cara, escupiendo simultáneamente y pasar por ultima vez la manga de su traje a su lengua. El perrito seguía corriendo en círculos de un lado a otro, a Blitzø se le paso la idea de agarrar a ese animal y comprobar si servia, debido al compararlo con un juguete roto — No te doy tu merecido nada más por ser el perro de Via...y porque no acostumbro a meterme con lo animales — le aclaro al cuadrúpedo animal.

Guarda-Corazones (Stolitzø) ~Stolas x Blitzø~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora