Continuación:
Esa es la lógica más absurda que he oído en toda mi vida.
— Si por hay nos vamos, entonces yo "quiero" a cada habitante de esta casa, porque si mal no recuerdo, yo precisamente salve a todos en aquel día que intentaron robarnos — me di a entender con aquella anécdota para aclarar más la cabecita loca de Vía.
— No, pero no es lo mismo — me contradijo en medio de risas.
— Tienes razón...— me arrodille para estar en su misma estatura — al menos tu papá me paga y es por eso que hago bien mi trabajo, mini-jefecita — bromee tomado a la niña en mis brazos, poniéndola en mis hombros y jugando con ella caminando por los pasillos.
Narradora:
El fiel guardaespaldas hizo lo que sea para intentar apagar aquellos oscuros sentimiento de aflicción de la niña, llegando incluso a servir a cada petición de la menor solo para calmar su deprimido pensamiento. Eso incluía correr con gran velocidad, y dejándose mencionar a Octavia por un "caballo" algo que no le disgusto a Blitzø en lo absoluto, salieron al jardín trasero, entre risas y más risas.
Con tal alboroto, él hombre de negocios lleno de certidumbre se dio la vuelta con un gesto de suma preocupación, fijo su mirada hacia aquel par de personas que hacían de su vida más brillante en medio de toda oscuridad. No puedo evitar sonreír ante tal escena, haciendo que se diera cuanta que había tomado la decisión correcta al dejar a Blitzø en la casa. No solo era por la horripilante idea de no estar junto a él, sino el ver como su hija se la pasaba a lo grande a lado de aquel trabajador especial.
Ahora el joven guardia de cabello azabache descansaba en el prado verdoso y suave, acostado pegando su cabeza a dos centímetros con la de Via en posiciones horizontales, apuntando en posiciones totalmente distintas, mirando las nubes los dos.
— Oye, Blitzø — llamo la niña — ¿Tienes hijos?
El susodicho se sorprendió por la pregunta de la pequeña, no sabia adonde llevaba eso.
— No, pero la idea de tener aun vástago proveniente de mi, no me parece una idea tan descabellada — afirmo él.
— Oh, y si llegaras a tener podríamos ser bueno amigos el bebe y yo — seguía debatiendo la peliazul con emoción.
Blitzø pensó por un momento aquella oración, sabia que con solo tener 23 años y medio se se iría de esta mansión, dejando así a la pequeña de la casa que tiene la pensamiento de que nunca se iría. Por el silencio que el guardia le obsequiaba a la nena, está ultima giro su cabeza para ver un poco al moreno.
— Prométeme que nunca te iras, Blitzø — pidió la pequeña via.
— No puedo prometerte eso, Octavia — le confeso algo cabizbajo al verla así.
— ¿Por que no? — replico con su dulce voz infantil.
Él chico suspiro con dificultad.
— Son cosas que debemos de tener en cuenta, Octavía...yo...no estaré para toda la vida contigo, pero...se que estarás bien de igual forma.
La pequeñita parpadeo un par de veces de forma rápida. Sentía que estaba en una especia de deja vu, alguien muy cercano a ella ya le había dicho lo mismo. Su pequeño cerebro por muy joven que sea proceso la información algo pensativa y confundida ¿Por que todos le decían eso?
Los dos cerraron los ojos, disfrutando de la agradable brisa mañanera, decidieron por inercia propio no tocar el tema, eso asustaba a la niña e incomodaba al chico. Seguía pacifico y tranquilo el ambiente...si no fuera sido por cierta sombra oscura que se propuso en medio de ambos rostros, interviniendo en el reposo de ambos, el primero en abrir los ojos fue Blitzø y...ho maldición...
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Guarda-Corazones (Stolitzø) ~Stolas x Blitzø~
Fanfiction"Ser un guardaespaldas de tiempo completo no es nada fácil, y menos si uno de tus jefes quiere joderte y el otro cogerte" - Blitzø. Luego de múltiples traumas, traiciones, maltratos y...¡Quemaduras! Ese chico siempre seguía peleando por los demás y...