Capítulo 24 (Me duele)

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Continuación:


La mañana después de la reunión era como cualquier otra. Una simple y sin esperar demás.

Como era de costumbre, justo a las 6:10 am estaba el joven guardaespaldas de la familia realizando su aseo matutino de cada día a esa misma hora. Una pequeña resaca apuntaba su cabeza, pero no era algo de que preocuparse. Estaba más que seguro que después de su baño se aliviaría.

— ¡Eras esa chica pelo rubio ideal, hambrienta de semen y mirada sensual, creí que era amor, pero perdí el control, cogiste a mis panas y mi auto exploto~! — cantaba animado en medio de su ducha, frotando su cuerpo para retirar el jabón de sus extremidades. Freno en seco al escuchar como la puerta del baño era abierta, eso le pareció sumamente extraño, nadie se levanta ha esta hora del día, nadie excepto la sirvienta, pero ella no entraba al cuarto de los empleados y menos si tenia que hacer el desayuno — ¿Hola? — pregunto dudoso abriendo un poco la puerta de la ducha — Si es alguna clase de puta broma le aseguro que el que saldrá riéndose de aquí seré yo — afirmo demandante. Su mirada seria fue radicalmente cambiada apenas su mirada fue brutalmente chocada con la clara presencia de su jefe...desnudo — ¡¿Que demo...?! — se interrumpió así mismo tras abrirla boca de la sorpresa.

— Buenos días, Blitzy — dijo como si nada su jefe, adentrándose más al baño con su empleado adentro.

— ¡Hey, hey, hey! — lo freno poniendo su mano al frente — ¡¿Que los baños no son privados?!

— ¿Que acaso no tenemos un acuerdo? — respondió la pregunta con otra; risueño como era de costumbre, pero algo raro o mejor dicho malo pasaba. Su sonrisa era la misma, pero no su mirada, era como si el mal se fragmentara en esas pupilas rojizas.

— Mierda — se quejo — si, pero... — pensó un momento su posible defensa — creí que seria en la noche — se justifico.

— Nunca acordamos que seria todo el tiempo en el horario nocturno~ — sentencio algo intimidan te, empujando al más pequeño de nueva cuenta a la regadera.

— P-Pero...— las palabras correctas no se le salían, o mejor dicho no se le ocurrían, tenia razón después de todo, y no podía discutir con los acordes de aquel trato verbal que formalizaron. No le quedo de otra que tragar grueso, respirar hondo, y que venga lo que tenga que venir.

— Quiero hablar de algo contigo, Blitzy — se acerco al nombrado, pero no como solía hacerlo. Estrello sus manos en la pared del baño, acorralando al chico, sin dejarlo en posibilidad de escapar — ¿Tienes idea del gran estrés que estoy conteniendo en mis hombros? — pregunto, y sin darse cuenta, ya había tomado las piernas del más bajito, sobresaltando a este ultimo — ¿O debería decir...? ¿Corazón? — pego su rostro cada vez más con el del otro.

— ¿D-De que mierda esta hablando? — lo cuestiono Blitzø con escalofríos. Ambos cuerpos ya estaban empapados, logrando hacer que pequeños mechones de sus cabellos reposaran en sus frente, por la sensación mojada de sus cabelleras un poco revueltas.

— No te hagas el tontillo, Blitzy~ — con forme hablaba, rosaba la punta de su intimidad en el ojete del moreno, provocando que se estremeciera aún más — se que nada de que lo vi ayer debería de importarme...pero no solo me importa...me duele — como si intentara guardar toda la frustración guardada por su subconsciente, no lo logro; entrando de una sola estocada en el interior del pequeño.

— ¡AAAAAHHH! — grito Blitzø por el dolor. Dolor que Stolas quería transmitirle de como se sentía, sin importarle tanto lo que pensara el guardia, y más cuando empezó a moverse sin aviso del otro.

Guarda-Corazones (Stolitzø) ~Stolas x Blitzø~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora