Continuación:
Narradora:
Los momentos de pánico podían comer a cualquiera, incluso a los más valientes. Para este guardaespaldas era el infierno mismo agarrándolo de imprevisto, corriendo en círculos, moviendo los brazos sin saber que hacer. Su mente hacia que se dijera así mismo que guardara la calma, pero su cuerpo reaccionaba de diferente forma.
—¡Carajo, carajo, carajo,carajo, carajo, carajo, carajo, carajo! — pronuncia el chico corriendo en círculos.
La perilla del picaporte inicio a girarse, dándole menos tiempo para poder pensar al guardia.
—¿Blitzø? — entro la niña a la habitación, buscando al susodicho con la mirada — no está — hablo para su padre —¿Estará escondido? — se pregunto abriendo las puertas del closet —Tal vez esta en el baño — opino entrando a dicho lugar.
— ¡Octavia, no se entra al baño sin tocar! — le recordó aquella regla a la niña, pero ya era tarde. La chiquita entro, mirando de un lado a otro, topándose nada más que con otra habitación vacía, arrugando la cara de la frustración, entrando poco a poco al cuarto del baño, fijándose en la ducha para no quedar sospecha alguna; sin saber que a la esquina a la izquierda en el techo esta el tan nombrado hombre, con sus manos extendidas en las paredes, al igual que sus piernas, cerrando muy bien su boca para no hacer ruido alguno.
La niña retrocedió, esperando que algo sucediera, pero nada pasaba. Para Blitzø, era una verdadera tortura, sus extremidades temblaban de los nervios y del cansancio, practicaba mucho esfuerzo físico el solo mantener un corto tiempo hay arriba, y ver que la niña no se iba lo ponía más estrecho en su problema. Empezó a sudar, provocando que una pequeña gota de sudor resbalara por su frente, bajando poco a poco por su nariz, quedando colgada mencionada transpiración en la punta su nariz, amenazando con caerse en la cabeza de la niña, provocando que pusiera más nervioso al pelinegro.
Octavia se dio por vencida, saliendo del baño con todavía las ganas de ver a su amigo.
—No está, papá.
—Probablemente este arriba, de igual forma él se quedo en mi oficina — alego seguro, haciendo que la niña corriera a las escaleras, en busca del muchacho.
Stolas se disponía a perseguir a su pequeña, estando apunto de cerrar la puerta...
*¡STAMP!*
Freno en seco. Asustándose de lo que fuera sido eso que haya escuchado, venia del baño.
—Mierda-a~!! — chillo teniendo su cuerpo en el suelo el joven con uniforme.
—¡¿Blitzø?! — abrió la puerta del baño, sorprendido de ver como si estaba después de todo —¿Estas bien? ¿Te lastimaste? — le interpelaba, ayudándolo a que se levantara.
—Si...si...estoy bien — como pudo respondió.
—¿Por que te escondes de Octavia?
Ciertamente no supo que responder. No sabia la respuesta adecuada de porque huía de una niña de 6 años.
Stolas comprendió su situación.
—Ella lo entiende — soltó Stolas —le explique tu situación...y supo que...a pesar de que eres su amigo, eres alguien que merece hacer lo que más le gusta.
Blitzø pensó más las circunstancias. Stolas no se las estaba poniendo más fácil con aquella afirmación.
—Stolas...— pensó un instante sus palabras. No le afirmo que a juro tenia que despedirse de su hija, y no quería...no toleraría la cara que pondría la pequeña, pero debía de intentarlo —llévame a ella — hablo con una mirada segura.
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Guarda-Corazones (Stolitzø) ~Stolas x Blitzø~
Fanfiction"Ser un guardaespaldas de tiempo completo no es nada fácil, y menos si uno de tus jefes quiere joderte y el otro cogerte" - Blitzø. Luego de múltiples traumas, traiciones, maltratos y...¡Quemaduras! Ese chico siempre seguía peleando por los demás y...