Guarda-Corazones (Stolitzø) ~Stolas x Blitzø~

Capítulo 52 (¡Nunca...quise la cabeza de tu jefe...!)

Continuación:

La ambulancia llego de forma inmediata, tomando al Goetia entre la camilla, proporcionándole sedante de forma inmediata.

Los policías ponían todo patas arriba, prohibiéndole la salida al hospital por no saber si era seguro.

—¡Este hombre necesita atención urgente, tienen que dejarlo ir! — grito Millie al Policial.

—Deben de esperar un par de minutos más, nuestro equipo está investigando la zona, no podemos permitir más víctimas — formulaba en su terquedad el uniformado.

Era inútil seguir discutiendo, y sin tener las pruebas de que no se encontraba más por donde quedaron. Sintiéndose muy impotente el tener que ayudar a las personas y no poder localizar a su amigo luego de colgar su comunicador y apagar su celular, preguntándose ambos el como seguirá su compañero.

Ya apenas unos centímetros de los oficiales hacía en la camilla un adolorido Stolas. Respirando tan despacio y con una enorme dificultad por delante.

Empleando una máscara de oxígeno en busca de su socorro. Como podían detenían el sangrado que no paraba, buscando las maneras de retener al joven empresario como se le era posible.

En la mente de Stolas solo existía una persona quien definitivamente no podía dejar.

Su hija~

Tener tan ilustrada la imagen de su nena, jugando, y dividiéndose con ella, era de donde sacaba las pocas fuerzas que se les agotaba. De ninguna forma dejaría a Octavia sin padre. Manteniéndose tan inestable como la vida se lo permitía, reforzando más su valor en recordar también a Blitzø.

Él está al tanto de que sabía lo que hacía, pero ya su mente no daba para más, cayendo en su profundo síncope, perdiendo toda realidad que le rodeaba. Lamentándose tanto por ello. No quería hacerlo, no podía...dejar a la suerte a su pequeña, sin saber si quiera como estaba.

Blitzø no desperdicio su tiempo, desenvainando su pistolas, apuntando a su blanco, de su mano surgió un infernal dolor tras ver como Stiker poseía un látigo de cuero, quien sin dudarlo le dio un buen impacto en su mano, soltando su preciada pistola y recibiendo una rojiza raja en toda la espalda de su mano, viéndola a la perfección en ver como ese artefacto logro inclusive rasgar sus guantes.

—Maldigo tus fetiches — comento en burla, corriendo detrás de su arma, siendo frenado al sentir sus pies atados de un momento a otro, teniendo un amarre por el mismo látigo —Como odio esas cosas~ — hablo recordando su malos ratos atrás por medio de esa cosa. Arrastrando al chico a su presencia y seguir en su venganza. El guardia ponía resistencia, complicándosele las cosas al tener una mano fuera de sus completas capacidades.

—¡Nunca...quise la cabeza de tu jefe...!— jaloneaba su cuerpo, retorciéndose cual gusano para intentar liberar sus pies —...es solo la tuya la que anhelo~ — gruño.

Blitzø acomoda la cuchilla antes robada, cortando el lazo de sus tobillos y levantarse como diera lugar.

—¿Terminaste con tu ridículo monologo de villano de Disney o ya puedo acabar contigo de una vez? — pregunto entre broma.

Striker se enseria.

—¡Al menos yo no tuvce la osadía de la traición! — encaro este.

—¡Error. Yo nunca te traicione! — se paró recto el moreno, frunciendo su ceño —¡Tú fuiste el hijo de puta que decidió seguir solo porque no le entraba el hecho de que YO si siempre tuve allegados! — echaban en cara sus males, volviendo a ellos escenas que creyeron que en algún punto de la vida lo olvidarían.