Guarda-Corazones (Stolitzø) ~Stolas x Blitzø~

Capítulo 25 (Hazlo otra vez)

Continuación:

¿Oí bien? ¿Stolas de Asr Goetia me acaba de invitar a salir?...

No articule palabra alguna. Apenas gire mi cabeza para apreciar con mayor detenimiento el rostro de este riquillo pretencioso pude hablar. Claramente rechazando su oferta lo más decente posible.

— ...Vete ala mierda — como dije; era la mejor forma de contestarle. El formalizo un breve puchero con su boca, ablandando su ceño en una expresión un tanto adorable. Me recordó a los ya muy conocidos "ojos de cachorro" de Octavia.

— Por favor~ — siguió porfiando.

— Deja de insistir, que eso no sucederá — le afirme con rudeza, poniendo nuevamente el carro andar — No es una buena idea, JEFE — le recalque la ultima palabra para recordarle la posición en donde estábamos.

— Ya hemos intimado...salir como un par de amigos no seria nada malo — volvió su tono meloso y abrazador.

— Ya sabe lo que pasa cuando juega con fuego, señor. Te puedes quemar — alegue a base por tan famoso dicho — y eso no hará que te perdone tan fácilmente.

Escuche a Stolas suspirar rendido, arrecostandose en el asiento de atrás.

— ¿Entonces que tengo que hacer para ganarme tu perdón? — volvió su voz de pena. Pensé un momento la respuesta.

Si soy honesto, este tipo me puede ayudar en muchas cosas, y de verdad que son muchas. Una de esas es salir de su mandato, pero no hasta cumplir mi año, pero puedo torturarlo en tanto mi estancia aquí permanece...

— Si hay algo — sonreí demostrando mi maldad absoluta, entrecerrando la mirada al igual que mis cejas.

— ¿Y cual es? — interrogo con emoción, volviéndose a pegar en mi asiento.

(...)

— No, no, no; definitivamente no — se negaba de un lado a otro Stolas en su oficina, caminando y moviendo sus brazos un poco exaltado.

— Vamos Stolas, es un precio justo si quieres que olvidemos todo este asunto — le aclare con confianza, sentado en un mueble del mismo despacho. Mi sonrisa no se borraba al ver la alteración del narcisista adinerado.

— Lo que me pides es un precio un poco exagerado, Blitzy — por fin decidió sentarse en su gran asiento de cuero — ¿No prefieres que te de 200.000 dolares? — me cuestiono en su cambio de transacciones.

 — No todo en la vida es dinero, señor — fruncí el ceño quejumbroso — sus sucios billetes no me otorgaran el gran bienestar de lo que le estoy pidiendo. Encima, no puedo creer que este dispuesto a perder toda esa cantidad de dinero, nada más por pedirle su completo permiso de salir con Verosika y dos meses de abstinencia de cualquier contacto físico que quiera recurrir usted hacia mi — me levante, gravitando mis manos en su escritorio, teniendo superioridad de tamaño ahora.

— Estoy dispuesto a perder hasta el ultimo centavo, si eso me hace no perderte — imito mi acción, haciendo que el también se levantara. Al hacerlo acaricio gentilmente mi mejilla.

— No puedes perder algo que nunca has tenido — le aclara serio, apartando su mano de mi con la mía — y solo es una salida y ya, ni que fuera a cogérmela.

— Esa afirmación no la tengo de ella — me contradijo.

— Ni siquiera se porque te pregunto esto — me cuestione a mi mismo ya con estrés — Estoy ya muy grandesito como para tomar mis propias decisiones.