Continuación:
Las horas pasaron, y en este preciso momento me encontraba con mi jefe en el auto buscando a su hija. Su puta e increíble mirada hacia que me erizaba cada parte de mi ser, de vez en cuando miraba por el espejo retrovisor y hay estaba, atentamente mirando a mis ojos.
- Te veo algo tenso, Blitzy~- sonrió con su mirada al igual que su boca - No es por ser presuntuoso, pero...- ser acerco un poco a mi - se dar unos relajantes masajes musculares para el estrés - puso su mano en mi hombro para masajearlo un poco, fruncí el ceño apenas lo sentí - ¿No te gustaría probar? ~
- ¡No! - jale mi brazo, zafándome de su agarre - ¡Le dije que no se metiera en mi trabajo, señor! - le reclame mirándolo por el espejo de antes.
- Eres alguien muy pegado a tu trabajo~- recito juguetón - espero que eso se aplique a los tratos también - se ensancho su sonría de oreja a oreja.
No le respondió de inmediato, suspire para buscar paciencia de algún lado...
- Por supuesto que lo soy, y espero que usted respete mis acuerdos - le contraataque.
- Así es...¡Detén el auto! - ordeno demandante pero sin dejar su sonrisa aun lado.
- ¿Por qué? – le cuestione.
- Solo hazlo – me pidió seguro.
Le obedeció sin volver a preguntar, estacionándonos en una área no tan corrida, faltando unos kilómetros más para llegar a la casa de la amiga de Via.
- ¿Que pasa ahora? - pregunte sin entender el motivo de nuestra frenada. No me respondió, pero de hacerlo simplemente se levantó de su asiento para posarse frente de mi, sentándose en mi regazo - ¡Ha, no, no, no, no! - me negaba moviendo mis brazos - ¡No empiece con su calentura de nuevo! - exigí señalándolo, muy lejos de escucharme hacia oídos sordos ante mis demandas - ¡Literalmente lo acabamos de hacer en su oficina! - volví a reclamar y él, gusto se encargaba de aflojar un poco el nudo de mi corbata negra - ¡Que acaso no te duele el ano! - grite ahora desesperado, exigiendo una respuesta.
- ¡Siiii~!- dijo al fin algo, como si me estuviera suplicando - ¡Me encanta cuando ese dolor viene de ti, Blitzy!~ - hablo en alto, para luego tomarme del cuello y besarme.
- ¡¿Que carajo?! - dije en queja pudiéndome separar un poco de el - ¡¿Que no era una vez al mes?! - le recordé nuestro acuerdo.
- También dije que lo haríamos cada vez que se pudiera dar la oportunidad~- me callo en su aclaratoria y en su repetido beso hacia mi otra vez.
- ¡Mal...dita...sea! - maldije entre la boca de ese puto privilegiado entre cada beso - ¡¿Por qué no simplemente me dijo que sería usado por usted cada vez que se le de la gana?!-
- Te tendría más veces entonces~- sonrió contento.
- ¡No, no, no! - negué con mi cabeza rápidamente - ¡No, no...!
- Buen chico~- susurro para volver a besarme.
Estas eran las consecuencias de esas "letras pequeñas" de nuestro "contrato".
No seguí peleando, me condene apenas pise por primera vez el cuarto de Stolas, me había convertido en su esclavo sexual sin retroceso alguno. Mis quejas y gustos tenían un gran debate en mi interior, odiaba ser mandado por ese mal nacido de cabello azul, pero no podía denegar que este millonario de cuarta sabia como excitar a uno. Le correspondí a regañadientes su beso, frunciendo el ceño por lo jodidamente frustrante que es no es poder declinarse a él.
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Guarda-Corazones (Stolitzø) ~Stolas x Blitzø~
Fanfic"Ser un guardaespaldas de tiempo completo no es nada fácil, y menos si uno de tus jefes quiere joderte y el otro cogerte" - Blitzø. Luego de múltiples traumas, traiciones, maltratos y...¡Quemaduras! Ese chico siempre seguía peleando por los demás y...