Cameron
Estaba ansioso por lo que podía pasar hoy día, la última vez que vi a mi padre fue cuando echó a Cam de la casa y de ahí no hemos vuelto a hablar, a excepción de ayer.
Ni siquiera me había acordado que la fiesta de la empresa era hoy, todos los años ocurría lo mismo y mi padre no hallaba nada mejor que fingir que nuestra relación era la mejor y además trataba de convencer a sus socios que yo era un buen partido para sus hijas, cosa que era imposible.
La verdad es que la única persona que iba a salvar esta noche era la chica que se estaba duchando en este momento, a pesar de haberle dicho que si quería se quedara en la cama para seguir recuperándose, ella insistió en que estaba bien y que deseaba ir a pasar un buen rato.
-¿A qué hora debemos estar allá?- me pregunta saliendo envuelta en una toalla diminuta
-Yo creo que en una hora más o menos- digo mirando mi reloj
-Está bien, me apresuraré- deja caer la toalla y ahogo un grito cuando pienso que está desnuda, pero lleva su ropa interior a juego, voto el aire que estaba reteniendo y trago saliva emprendiendo camino al baño, si nos quedamos así los dos en la misma habitación no llegaríamos a la cena.
A diferencia de Cam me baño y afeito en poco tiempo, busco el traje que debo usar, es simple pero cómodo, pantalón, camisa blanca, chaqueta y corbata negra, cuando estoy listo para ir a buscar a Cam ella sale de la habitación con el hermoso vestido verde que le queda a la perfección, se ha puesto zapatos negros altos y luce preciosa, parece una diosa vestida con la tela que abraza sus curvas y deja al descubierto su pierna
-No sé cómo describir lo bien que te ves- me faltan las palabras
-Tu sí que te ves guapo- me halaga
-Aquí tu eres la que se roba las miradas, no yo- la observó mordiéndome el labio pensando en todas las cosas que podríamos hacer si nos quedáramos aquí.
-Conozco esa mirada
-¿Qué mirada?- me hago el inocente- ¿Nos tomamos una foto?- ella asiente y la posicionó delante de mi, paso mi brazo por su cintura rodeándosela por completo, su pierna descubierta se ve y soy yo el que pone el teléfono en el espejo en busca de la foto perfecta.
Después de hacernos otro centenar de fotos que almacenaré por siempre, nos vamos tomando el camino que nos llevará hasta la fiesta, no puedo evitar sentir mis manos algo temblorosas, el miedo se cuela por mis venas pero hago lo posible por mantenerlo alejado.
-¿Qué pasa amor?- Cam pone su mano sobre la mía que se encuentra en la palanca de cambios
-Estoy algo nervioso, solo eso
-Estoy aquí contigo, todo irá bien- acaricia mi mano con su pulgar dándome ánimo, y sé que si la tengo al lado podré soportar esta noche, porque ella es la única que me entiende y me ayuda sin darse cuenta, solo con estar con ella ya soy alguien más fuerte.
-Gracias tesoro- llevo su mano a mi boca depositando un beso en la zona.
Llegamos al lugar donde un hombre se ofrece para aparcar el auto, me niego y prefiero hacerlo yo, lo dejo cerca por si es que necesitamos irnos antes de tiempo, el lugar está repleto, mucho más que otros años y llega a intimidar como la gente nos observa cuando entramos de la mano con Cam.
El lugar es lujoso, hay múltiples mesas cubiertos de manteles negros mientras todas las paredes son de color blanco, la luz es cegadora y la gente va de un lado a otro del bar a las mesas y absolutamente toda la gente va vestida de etiqueta.
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Enséñame a soltarte
RomanceUna amistad Un cambio inminente Una separación inevitable ¿Qué pasa cuando tu amiga de infancia y vecina se va del lugar en el que vive de un día para otro, sin decirte absolutamente nada? Eso fue lo que ocurrió con Camila y Cameron cuando tenían...