Capítulo 5: Cameron

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Cameron


Ayer después de terminar el trabajo y agregarle algunos detalles me quede dormido sobre la cama, se nota que estaba cansado, voy con la hora algo justa así que rápidamente me ducho, cambio de ropa y tomo la computadora que contiene el trabajo, cuando voy bajando mi celular suena con ese ritmo tan característico y se de inmediato de quién se trata. Si no es uno es el otro, nunca me dejan en paz. Me río ante lo irónico de la situación, cuando era pequeño aclamaba su atención y no la obtenía, ahora que me he independizado no hay día en el que no reciba una llamada.

Por un segundo dudo en contestar porque no estoy de ánimo y se exactamente para que me está llamando. De todas formas contesto

-Hola cariño-saluda alegremente

-Hola- respondo cortante

-¿Cómo estás? ¿Cómo va la universidad?

-Bien y bien- respondo de forma rápida

-Siempre tan cortante mi niño- ruedo los ojos aunque no me ve

-¿Te puedo llamar en otro momento? Voy atrasado a la facultad y tengo algunos trabajos que entregar- dejo mi bolso en el asiento del auto mientras acomodo algunas cosas.

-Bueno, llámame en la tarde que pareciera que te has olvidado de mi- siempre tan dramática

-Nunca- le digo de todas formas

-Si tú lo dices

-Mira hagamos esto, te llamo en la tarde y coordinamos para que vaya a casa por el día ¿está bien?- era consciente de que hace tiempo que no la iba a ver y me imaginaba que eso de alguna forma la ponía triste.

-¡si!- me tuve que despegar el teléfono de la oreja, su grito casi me deja sordo- estaré esperando esa llamada cariño

-Hasta entonces

-Te quiero- corto la comunicación antes de tener que contestar, nunca había sido muy dado a repartir te quiero al mundo, me costaba incluso decírselo a mi madre y no se la razón, simplemente no me nace, y creo que no hay nada peor que decir te quiero sin sentirlo. De hecho no hay nada peor que decir algo que realmente no sentimos.

Muchas veces mi madre u otras personas me decían que nunca les expresaba cuanto los quería, sin embargo siempre he sido de la opinión que prefiero no decirte nunca te amo o te quiero a decirlo y en verdad no sentirlo. Son pocas las veces que he dicho aquellas dos palabras.

Llego a la universidad y voy enseguida a buscar al profesor, estaba dentro de la hora que el había pedido así que lo busque en los salones hasta encontrarlo.

-Hola profesor, quería saber si le envío el trabajo a su correo- saludo

-Hola Cameron, si envíamelo al correo de inmediato, estoy justamente revisando los trabajos- apunta su computadora en la que supongo los está leyendo

-Bueno-digo simplemente

Me siento en la misma sala para abrir el computador y enviarle el trabajo, esperaba sacar una buena calificación por esto, se ve simple de escribir pero el profesor tiene un ojo crítico el cual no acepta cualquier cosa que hagas. Tipeo su correo y le doy a enviar

-Listo profesor, trabajo enviado- me levanto para dejarlo tranquilo, pero antes de salir su voz me detiene.

-Quédate un segundo así lo leo enseguida y si tengo alguna duda lo arreglamos de inmediato- asentí esperando mientras el leía, lo cual no hizo más que ponerme nervioso

-Cameron- su rostro esta serio

-¿si?

-Me gustó mucho lo que escribiste, es algo diferente a lo que han entregado tus compañeros pero no por eso es malo, sino todo lo contrario, recuerda que todos tenemos diferentes formas de escribir y plasmar lo que creemos y sentimos, y todas esas formas son correctas.

Enséñame a soltarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora