Capítulo 43: Camila

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Camila



Habíamos estado viviendo el día a día sin agobiarnos y funcionando bien, las sonrisas que nos regalábamos eran el aliento que necesitábamos para seguir adelante con todo, estar enamorada era de las mejores sensaciones que podía existir y más si era viviéndolo con Cam, sin embargo tenía dos cosas que me estaban jugando en contra y me tenían al borde de un colapso, los mensajes comenzaron a ser más recurrentes, más insistentes e incluso amenazadores, a dónde iba me sentía observada teniendo la sensación de que la persona que los mandaba estaba más cerca de lo que creía.

Y la segunda cosa era que el tiempo pasaba y con ello la promesa que le había hecho a mi madre, tenía que contarle a Cam quien era, porque solo diciéndole eso podría explicarle todo lo demás, está vez estaba dispuesta a explicarle absolutamente todo, y muy en el fondo sabía que podía molestarse pero aún así conservaba una pizca de esperanza para que me comprendiera.

En fin como dije antes, estábamos viviendo tantas cosas juntos, pasando tiempo con el otro mientras hacíamos cosas simples como ir a sentarnos a la playa mientras mirábamos el mar, Cameron hace unos días había planeado un picnic en el que pudimos disfrutar de la presencia del otro, simplemente observándonos, estábamos en una burbuja el y yo.

Pero todos sabemos que las burbujas tienen un tiempo de duración, después simplemente explotan, destruyendo todo a su paso, en nuestro caso la burbuja de amor y confortabilidad que habíamos construido con tanto esfuerzo estaba a punto de explotar.

Quizás nuestro tiempo ya se había acabado y nosotros tardamos mucho en percatarnos de ello.

Tal vez después de tantas cosas malas sentíamos que estábamos viviendo nuestro sueño, algo real, puro, estábamos experimentando el amor verdadero, estábamos tan enfocados en las cosas que queríamos hacer juntos, tantos sueños por cumplir, tanto tiempo que aprovechar respirando el uno al lado del otro, nos enfocamos tanto en ello que no supimos ver qué aún faltaba el golpe final, ese que nos iba a quitar el aliento de tan fuerte que sería el golpe. 

Y al final eso fue lo que sucedió, la diferencia es que a uno de nosotros el golpe nos dejó sin aliento, sin pulso, sin un corazón que bombeara, y al otro lo dejó en el suelo, de rodillas rogando una vez más porque esto fuera una pesadilla. Pero está no era una pesadilla, era el final de nuestro cuento.

Este golpe era el final de nuestra historia.

Y aunque nadie lo vio venir y fue totalmente inesperado ¿No es así la vida? ¿No es una suma de actos que como consecuencia tiene su final, trágico o feliz, triste o alegre?


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Y es que cariño

Amores como el tuyo

Merecen ser amados,

Pero nosotros...

Nosotros estamos acabados 

Enséñame a soltarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora