Cameron
Soy un cero a la izquierda en lo que respecta a la cocina.
A quedado una vez más demostrado ahora cuando trate de prepararme una cena decente pero el único resultado que obtuve fue humo por todos lados y alguien golpeando en mi puerta preguntando si me estaba incendiado, así que opte por prepararme un sándwich y problema resuelto.
Una vez instalado en el sillón me dispongo a poner una película en la televisión sin embargo de la nada en mi mente se dibuja la imagen de esa chica, he pensado en ella más de lo que me gustaría admitir y mi cabeza no para de darle vueltas a la idea de ir a la biblioteca con la única intención de volver a verla. No sé porque tanto interés de mi parte hacia ella, supongo que es porque quiero averiguar si la conozco de algún lado, su mirada por más que trato no sale de mi cabeza.
Trato de apartar su imagen por un momento centrándome en las cosas que debo hacer, recuerdo la conversación que tuve temprano con mi madre y aunque no tenga intención de hablar por teléfono sé qué debo hacerlo, además se lo prometí así que eso hago.
Basta con que el timbre suene una vez para que aparezca su voz del otro lado de la línea, pareciera que hubiera estado con el teléfono al lado esperando a que llamara.
-Hijo, estaba esperando tu llamado- me dice alegremente
-Qué bueno, entonces-hago una pausa y suspiro pesadamente- ¿Cuándo quieres que vaya a casa?- sé que es mi madre pero por eso no quería devolverle la llamada, porque sé que me llamó en la mañana para preguntarme así que prefiero no darle tantas vueltas al asunto, mejor ir al grano
-Hijo respóndeme una cosa, ¿Por qué me preguntas cuando puedes venir? ¿Eres consciente de que esta es tu casa?-me pregunta un poco molesta- siempre el mismo problema- reclama
Yo no entendía como mi madre podía seguir atrapada en esa casa con el monstruo de mi padre, nunca he comprendido porque ella no lo a abandonado para rehacer su vida, se lo merece después de todo lo que ocurrió, de hecho a veces sentía remordimiento por vivir aqui y haberla dejado allá sola con el, pero ella sabía que yo no resistiría mas tiempo dentro de esas paredes, supongo que ella lo comprendió en su momento, pero hace un tiempo no a hecho mas que insistir para tenerme de vuelta en esa casa. Mi mano toma fuertemente el teléfono recordándome que aun sigo hablando con ella y está esperando una respuesta.
-Esa no es mi casa, nunca lo fue mamá, y lo sabes- digo duramente- yo ahora considero el lugar en el que vivo como mi casa, mi hogar es este y siempre lo será aunque a veces te cueste aceptarlo mamá, yo estoy mejor aquí- siempre teníamos la misma conversación con mi madre, y jamás llegábamos a una respuesta
-Cameron...- trata de insistir
-Mamá dime que día voy- corto el tema porque no quiero ahondar en el, no estoy de humor para ello.
-Ven mañana cariño si es que puedes
-Claro que puedo- le aseguro, soy capaz de hacer un esfuerzo aunque eso signifique verle la cara a mi padre
-Está bien, antes de que me cuelgues...
-No iba a colgar- le aseguro
-Necesito hablar de un tema algo delicado contigo y tambien un tanto complicado-prosigue- quería decírtelo enseguida para que lo sepas antes que nadie, además que te involucra a ti directamente.
-¿Qué pasa?- la línea se queda muda- mamá me estas asustando
-Aquí estoy-suspira
-Entonces ¿Qué me decías?
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Enséñame a soltarte
RomanceUna amistad Un cambio inminente Una separación inevitable ¿Qué pasa cuando tu amiga de infancia y vecina se va del lugar en el que vive de un día para otro, sin decirte absolutamente nada? Eso fue lo que ocurrió con Camila y Cameron cuando tenían...