Cameron
-Ya estoy en casa- entro diciendo eso pensando que estarían en el sofá, sin embargo cuando escucho un grito proveniente de la habitación mi cuerpo de inmediato entra en estado de alarma, así que me muevo rápidamente hasta llegar allá.
Suspiro tranquilo cuando veo a Leah riendo tratando de arrancar y Cam detrás de ella con una sonrisa brillante en su cara
-¿Qué está pasando aquí?- trato de sonar serio pero fracaso en el intento
-Ayuaaaaa- grita Leah quien se esconde tras de mi- me quiere hacer cosquillas- trata de decir
-Oh que mala eres Cam, sabes que yo soy el único que le puede hacer cosquillas- tomo desprevenida a Leah alzándola lo máximo posible mientras le hago cosquillas, la dejo en la cama, ella gatea pero no deja de reír ni un segundo.
No sé cómo pero estamos los tres tirados en la cama haciéndonos cosquillas.
Me fascina escuchar nuestras risas, esas carcajadas sonoras que retumban en las paredes, carcajadas que salen directamente del alma, nuestras sonrisas no caben en nuestro rostro y estoy seguro que a más de uno le duelen las mejillas.
Suspiro tratando de calmarme después de tantas cosquillas que me hicieron
-¿Mami?- escucho decir a Leah, mi cuello automáticamente se gira hacia ella, la forma en la que se dirige a Cam llama mi atención, mi pecho retumba fuertemente en mi caja torácica.
-Dime amor- habla mirándola con una sonrisa
-Te quiero- Leah abraza a Cam por el cuello de forma tierna como si no la quisiese dejar ir nunca, ella ante su confesión se ve conmovida, cierra sus ojos y algunas lágrimas salen de ellos, la entiendo y comprendo lo que debe estar sintiendo. Ella envuelve el pequeño cuerpecito de Leah con cuidado, mientras tanto yo aprovecho de pasar mis dedos por sus mejillas deteniendo las solitarias lágrimas que se deslizan por su suave piel.
Ella pestañea y me mira con los ojos brillosos, agradeciéndome en silencio.
-¿Te puedo decir papi? Quiero que ustedes sean mis padres- se acerca a mí con sus manos juntas como si lo estuviera implorando, así como si yo me pudiera negar a su petición.
-Claro que sí cariño, puedes hacerlo- la abrazo dejando un beso en su pelo rubio.- ¿Qué les parece si salimos a comer?- propongo porque me parece una buena idea.
-No creo que sea lo mejor Cam además Leah tiene que dormir- me observa tratando de hacerme entrar en razón pero ya es demasiado tarde porque cierta personita ya esta emocionada.
-¡Sí! Salgamos- aplaude y gatea por la cama tomando uno de sus peluches favoritos con el que acostumbra a dormir cada noche.
-¿Que dices amorcito?- le pregunto a Cam que parece estar dudosa- Un día que no duerma a la hora no hará daño ¿O si?- trato de persuadirla
-No creo...
-Entonces vamos- me paro de la cama rápidamente y tiro de su brazo
-Siempre me convences- sonrío victorioso- Tengo que cambiar a Leah por algo más abrigado y ponerme algo encima yo ¿Si?
-Ve a ponerte algo más tu mientras yo me encargo de Leah- ella asiente y la observo mientras camina, anda solamente con unos jeans y una polera que le llega más arriba del ombligo dejando su abdomen al descubierto-¿Amor?- ella me mira- Saca uno de mis polerones para que te pongas, hace frío afuera
-Lo sé- busca uno blanco que es su favorito y la observo mientras se lo pone, le llega unos dedos por encima del muslo y seguido de eso se coloca sus zapatillas.
Yo por mi parte tomo a Leah y saco del armario un pantalón de buzo y un poleron que combina para arriba ponerle otra chaquetita.
-¿Listas mis niñas preciosas?
-Todo listo- Cam lleva una mochila con algunas cosas necesarias para nuestra pequeña y yo cargo a Leah porque si hay algo que he aprendido es que ella prefiere andar en brazos y no caminar.
Salimos y vamos a un restaurant en el que sirven todo tipo de comidas y que tiene un ambiente familiar justo como lo que andábamos buscando en este momento, disfrutamos comiendo y riéndonos de algunas cosas que dice y hace Leah mientras Cam y yo conversamos de cosas triviales y me cuenta un poco del encuentro que tuvo con Logan.
A pesar de que Leah esta lejos de tener sueño y parece estar muy activa, con Camila tomamos la decisión de marcharnos porque ya es buena hora para irnos a casa, es algo tarde y recuerdo que mi chica mañana tiene que levantarse aun mas temprano de lo normal.
-Arriba pequeña que ya es hora de irnos
-¿Tan temprano?
-No es temprano Leah- me rio- Te prometo que otro día vamos a volver- ella asiente feliz y salimos del lugar de inmediato. Camino hasta el auto pero siento que Cam se a quedado atrás así que paro de caminar para ver que le sucede- ¿Qué ocurre cariño?
-Nada solo quería decirles que los quiero mucho- sin previo aviso se lanza contra Leah y yo, nos abrazamos los tres en silencio absorbiendo lo bueno de este momento, casi como si estuviéramos reconfortándonos antes de que ocurriera una desgracia.
Pero ese abrazo no era ni de lejos suficiente para prepararnos para lo que viviríamos mañana, nuestras vidas una vez más darían un giro radical, destrozando y arrasando con varios corazones a su paso.
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Miro al cielo
Tantas estrellas
Y las veo apagarse
Cada una de ellas
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Enséñame a soltarte
RomansUna amistad Un cambio inminente Una separación inevitable ¿Qué pasa cuando tu amiga de infancia y vecina se va del lugar en el que vive de un día para otro, sin decirte absolutamente nada? Eso fue lo que ocurrió con Camila y Cameron cuando tenían...