Camila
Los días han pasado demasiado rápido para mí gusto, las cosas han ido más fáciles de lo que alguna vez pensé, Leah es una pequeña niña que no da ningún problema y se ve feliz junto a Cam y yo. Al contrario de lo que pensaba, se ha adaptado muy bien a nosotros así como nosotros a ella y eso me llena de alegría.
Hace dos días llegué de la biblioteca y cuando la vi jugando con Cam y algunas muñecas mi corazón se inflo y supe que las cosas estaban bien, tranquilas, siguiendo su curso.
Hoy ya es viernes y estoy más nerviosa de lo normal porque mañana es el día en el que volveré a tomar un bus para ir dónde mis padres, la diferencia es que esta vez no avisaré ni diré nada, solo llegaré, diré lo que tengo que decir y me devolveré a casa, parecía simple y esperaba que así fuera.
En mi fuero interno sabía que esto no iba a ser tan fácil como me gustaría que fueran las cosas, conocía a mis padres y sabía que ellos no se tomarían esto tan bien como lo hice yo y eso me preocupa de sobre manera porque ya he peleado suficiente con mis padres y no quiero volver a hacerlo.
Ahora estoy yendo a visitar a Logan a la discoteca porque últimamente nos hemos distanciado un poco cosa que no me hace ilusión, él está con demasiado trabajo y ni siquiera ha ido a la biblioteca, por lo mismo solo hemos intercambiado unos pocos mensajes y nada más, además yo con todos estos cambios y el estar pendiente al cuidado de Leah me ha consumido la mayor parte del tiempo y eso que solo llevo algunas pocas semanas siguiendo esta rutina, por eso puedo decir que admiro la labor que hacen todas las madres del mundo, algo que pocos valoran pero que es el piso de todo.
Precisamente ahora vengo con Leah porque hoy Cameron tenía que estar hasta tarde en la universidad así que pensé en pasar un buen rato con mi amigo aprovechando que tenía algo de tiempo libre y prefería salir a dar una vuelta que quedarme encerrada en casa.
-Ya casi se me había olvidado tu cara, ha pasado tiempo desde que no nos vemos- digo como saludo apenas entro al lugar y veo a Logan prácticamente solo ordenando algunas cosas para estar listos en un rato más cuando se abrieran las puertas y este sitio comenzara a llenarse de gente.
-Pero mira si tengo una visita ilustre y...- su rostro se arruga con confusión cuando ve a Leah en mis brazos, ella mueve su manito saludando sin entender bien- ¿Quién es ella?- obviamente como no había visto a Logan no le había podido contar nada de Leah, y creí que hablarlo por mensaje no era lo más adecuado así que entiendo lo confundido que debe estar.
-Ella es Leah- la presento y la pequeña vuelve a saludar ante la mención de su nombre, su cabello rubio se mueve de un lado a otro y desprende un olor a shampoo de bebé que me encanta.
-Leah...- el aún sin entender nada levanta una ceja, los observo a ambos y me decido por distraer un poco a mi niña para que no escuche todo este embrollo.
-¿Cariño quieres ver esos monitos que te gustan mientras hablo con mi amigo Logan?
-¡Sí!- ante la atenta mirada de mi amigo, saco mi teléfono buscando YouTube y los monitos que tanto le gusta ver, conecto los auriculares y le pongo el volumen al mínimo para no dañar sus oídos, ella aún en mis brazos parece hipnotizada con la pantalla.
-Ahora si, ella es mi sobrina- quizás no es la mejor manera de decirlo y de empezar la converación.
-¡¿Qué?!- llama la atención de todos incluida Leah que me mira con confusión, le sonrío haciéndole saber que todo va bien.
-No grites
-No nos vemos hace unas semanas y ahora que te veo me dices que tienes una sobrina, estoy por decirlo menos sorprendido.
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Enséñame a soltarte
RomanceUna amistad Un cambio inminente Una separación inevitable ¿Qué pasa cuando tu amiga de infancia y vecina se va del lugar en el que vive de un día para otro, sin decirte absolutamente nada? Eso fue lo que ocurrió con Camila y Cameron cuando tenían...