Camila
Corro hasta llegar al bus que me dejará en casa de mis padres, voy bastante atrasada y prácticamente tengo que rogarle al asistente de viaje que me deje entrar, le explico que me he atrasado y al final accede y me deja pasar.
Supongo que tanto el chófer como el auxiliar están algo enojados porque pareciera que hoy todos están atrasados o en este bus irá muy poca gente, creo que contándome a mi aquí hay diez personas o quizás menos, por mi mejor.
Una vez que encuentro mi asiento, le mando un mensaje a Cam diciéndole que ya me he subido al bus, el casi como si hubiera estado con el teléfono en la mano esperando mi mensaje me responde de inmediato.
Amor: Gracias por avisarme, cielo
Que tengas un buen viaje y no olvides llamarme cuando llegues allá.
Te amamos
Te llamaré en cuanto baje del bus, ¿Qué hacen?
Amor: Nada porque cierta señorita se a quedado dormida
Me manda una foto de ambos en la cama y veo a Leah durmiendo profundamente mientras Cam parece estar muy despierto
Amor: Haces falta tú
En unas horas estaré con ustedes
Amor: Lo sé, no te preocupa ten un buen viaje
Los amo
Amor: Te amo con todo mi corazón
Cierro el chat y pongo mi playlist en la que comienza a sonar una de las tantas canciones que Cam me a dedicado, al escucharlas pareciera que lo siento más cerca de mi, como si eso fuera posible. Cierro los ojos tratando de relajarme y pensando en que todo saldrá bien con mis padres.
Al parecer en algún momento del trayecto me he quedado dormida, mis ojos pesan y tengo un auricular puesto pero de repente, sucede.
Los gritos aterrorizados de las pocas personas que vienen en el bus suenan asustados, tan desgarradores que de inmediato mi corazón comienza a martillar rápido, no sé que sucede pero mi sistema está en alerta.
Alguien vuelve a gritar más fuerte, pero ese grito se queda atrapado en la garganta de esa persona, entonces entiendo que ese grito que se quedó en mi pecho era el aviso del impacto que siento solo unos segundos después, un latido, esa es toda la diferencia, porque en un latido pueden pasar muchas cosas y otras tantas pueden cambiar.
El sonido del impacto, es eso lo que siento y a pesar de sentirlo, aún no entiendo del todo lo que está sucediendo, pero supongo que no hay tiempo para ello, cuando miro por la ventana ya es demasiado tarde y aunque llore, grite o patalee se que no hay nada que pueda hacer para evitar lo que está a punto de suceder, lamentablemente ya es demasiado tarde.
El camión que viene conduciendo contra el tránsito se estampa contra el bus, mi cabeza choca contra la ventana, rompiéndose ante el impacto, los vidrios caen sobre mi cuerpo cortándome en el proceso, mis piernas quedan atrapadas por el asiento de adelante impidiéndome moverme, pero cuando veo un vidrio incrustado en mi pierna se que no es buen idea hacerlo, a pesar del dolor físico que estoy sintiendo nada se comparar con el desgarrador llanto que tiene mi corazón, pareciera que los trozos están cayendo dentro de mi ser ante la realidad que me azota, quizás no vuelva a ver a Cam ni a Leah, ni a mis amigos, ni a nadie, quizás este es mi fin.
Y ser consciente de que tú fin está sucediendo en este preciso instante es simplemente desgarrador.
Alguien delante de mi sé mueve haciendo que el asiento produzca más presión, por consecuencia el vidrio se sigue incrustando más adentro, más hondo, más profundo, esta vez con el poco aliento que me queda es mi grito el que sale desgarrador y no se si debe al dolor físico o al dolor de la posible perdida.
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Enséñame a soltarte
RomansaUna amistad Un cambio inminente Una separación inevitable ¿Qué pasa cuando tu amiga de infancia y vecina se va del lugar en el que vive de un día para otro, sin decirte absolutamente nada? Eso fue lo que ocurrió con Camila y Cameron cuando tenían...