Capítulo 5-Multiples emociones.

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𝓙𝓾𝓹𝓲𝓽𝓮𝓻.

Caminamos por el club esquivando personas hasta llegar al baño de hombres, ya que de seguro el de mujeres debe estar lleno.

Nos metemos al cubículo de al fondo y Aaron pone seguro mientras nos besamos ferozmente. Me agarra de las caderas pegándome a su cuerpo y yo paso mis manos por su nuca y cabello.

Hago que se siente en la tapa del inodoro y lo miro detenidamente, observando como su pecho sube y baja con su respiración pesada, su pene empujando la cremallera de sus vaqueros y su mirada oscurecida fija en mi rostro.

Apoyando mis manos en sus hombros me siento a horcajadas sobre él, con sus manos en mis muslos acariciando mi piel. Lo beso lenta y sensualmente, Aaron adentra su lengua en mi boca comenzando una batalla con nuestras lenguas, tratando de dominar el beso.

Sus manos en mis muslos suben, agarrándome del trasero con rudeza, lo aprieta mientras me mueve sobre su erección. Luego yo empiezo a mover las caderas en un vaivén sobre él, jadeando por la presión en mi clítoris. Levanta mi falta hasta mi cintura, pareciendo haberse acordado de que no llevo bragas, yo observo la pequeña mancha de mi humedad en sus pantalones.

—Por dios, eres mi perdición—gime y me muerde ligeramente el labio.

Vuelve a acariciar mis muslos, su mano derecha se va adentrando cada vez más por el interior de este y llega a mi entrepierna, separando mis labios con dos de sus dedos y luego empezando a acariciar mi clítoris, haciéndome soltar un gemido que él atrapa con sus besos. Me mete dos dedos sin dejar de acariciarme y le entierro las uñas en los hombros.

Jadeo mientras monto sus dedos, su lengua se desliza por mi cuello hasta mi oído.

—Vas a gritar mi nombre mientras te vienes en mi polla.

Cuando me siento al borde de mi orgasmo saca sus dedos de mi interior, alzándolos entre nosotros y se los lleva a la boca, saboreando mis fluidos sin dejar de ver mis ojos.

—jodidamente delicioso.

Con sus manos en mis caderas hace que me ponga de pie y él se levanta también para luego tomarme de la cintura y girarme, inclinándome hacia delante, posando mis manos a los lados de mi cabeza en la pared frente a mí y dejando mi mejilla pegada a ella.

Entreabro los labios mientras él vuelve a subir mi falda, que se había bajado. Escucho como se desabrocha el cinturón, baja el cierre del pantalón y abre un preservativo.

Encaja su pene, ya envuelto con el preservativo, en mi entrada pero no me penetra. Empieza a acariciar mi clítoris con su glande mientras yo jadeo y me quejo.

—¿Qué quieres, leona? —me susurra para luego besarme el cuello.

—Quiero que me folles, ya—ordeno jadeando.

Y con eso dicho me penetra de un empujón causando que suelte un fuerte gemido. Espera un momento para que me acostumbre a su tamaño y me empieza a embestir.

—Joder—gimo.

Me agarra el culo con ambas manos, separando ambas mejillas.

—Ah… Como me gustaría azotar este culo sobre mi regazo—me da un azote en mi nalga derecha y suelto un pequeño grito de la sorpresa y placer.

Júpiter [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora