Capítulo 25-Cambio de planes.

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𝓐𝓪𝓻𝓸𝓷.

—Recházalo—le digo a Paul, mi asistente.

—Pero es un buen proyecto—me mira como si estuviera loco.

—Son demasiadas las cosas que pide para la fecha en que lo quiere. Tengo proyectos más importantes, como el del señor Baker.

—Esta bien—suspira anotando en el IPad—. Su madre llamó, dijo que para que tenía teléfono si no respondía las llamadas—agarro mi teléfono confirmando, tres llamadas de ella—, también dijo que debería ir a visitarla, porqué hace mucho que no va y lo extraña.

Hace dos meses fue la última vez que la vi.

—Luego la llamaré y la visitare dentro de una o dos semanas.

—Por cierto, la señorita Harris pidió una reunión con usted en media hora.

—Joder—murmuro—. Dile que estoy ocupado o que salí. Invéntale cualquier cosa a Amber.

Asiente con la cabeza y escribe en el IPad.

—En realidad, sí voy a salir, así que, dile eso. Voy a ir a visitar a alguien.

Ordeno los documentos tirados sobre mi mesa y enrolló el plano del proyecto que pertenece al del señor Baker.

—Últimamente ya no lo veo tan adicto al trabajo como antes—comenta Paul.

—Sí, bueno, las prioridades cambian y trabajar mucho ya me estaba haciendo mal, supongo.

—¿Hay una chica? —sonríe.

Me quedo en silencio.

—Sí, hay cierta rubia de ojos verdes que me cautiva. Una verdadera maravilla a decir verdad.

—Por fin encontró a alguien que le haga pensar en algo más que no sea trabajo—dice emocionado—. Pero, ¿qué pasó con esa chica de la que tanto me hablaba? La de su adolescencia y que nunca volvió a ver.

Esbozo una sonrisa mientras lo pienso.

—Es gracioso, ¿sabes? —hago una pausa—. Esa chica que conocí a mis dieciséis años y que pasamos casi todo ese verano juntos, sin saber el nombre del otro, la chica que no ha salido de mi mente desde ese entonces. Esa misma chica es la que te mencione hace un rato.

Acaricio mi labio inferior mientras los recuerdos de esa época me inundan.

—Mi rubia de ojos verdes—concluyo.

Paul me mira sorprendido.

—O sea que se reencontró con ella y ahora sabe como se llama—dice él mirándome desde el asiento al otro lado de mi escritorio—. ¿Y ella lo recuerda?

—No estoy seguro de si me recuerde. Pero se lo recordaré en su debido momento, quiero esperar un poco más para ver si me recuerda.

—Es a ella a quien va a visitar ahora, ¿cierto?

—Exacto. Voy a llevarle el almuerzo, en este momento debe estar en su oficina.

Júpiter [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora