Júpiter [+18]

Capítulo 46-Positivo.

Maratón 1/2

𝓙𝓾𝓹𝓲𝓽𝓮𝓻.

—¿Y…? —Lory me mira expectante.

Trago grueso y respiro profundamente después de pasar el estado de shock que me invadió, dando una pesada respiración hablo:

—Positivo.

—¡Ahh! ¡Estas embarazada! —exclama alegre y me abraza.

—Estoy embarazada—susurro aún sin creerlo.

Carajo, estoy embarazada… Embarazada de Aaron. Y me entero en un maldito crucero, lejos de todos, sin poder decírselo a él primero y poder ver su reacción, todo es muy inesperado. ¿Y si no se lo toma bien? ¿Y si no quiere hijos? ¿Y si ya no me ama? Miles de interrogantes me invaden.

—Ay, no, cariño, no llores—limpia mis lágrimas con sus dedos mientras me mira con una expresión suave.

—Es que… Dios, todavía no lo creo… Estoy embarazada… De Aaron—sonrío tapando mi boca con una mano mientras las lágrimas siguen corriendo suavemente.

Voy a ser madre.

Me siento en la orilla de la cama con la prueba de embarazo en mi mano derecha, me quedo en esa posición por un par de minutos para luego girar mi cabeza observando el teléfono sobre la cama hasta que me decido a tomarlo.

—Voy a salir para encontrar señal—le digo a Lory antes de salir sin esperar respuesta.

Necesito contárselo, pero no estoy segura de sí deba ser en este momento, tal vez deba esperar. Mientras tanto necesito contárselo a alguien.

Camino a paso acelerado hasta llegar a la cima del crucero y me acerco a la barandilla con el teléfono en mi mano, inhalando y exhalando repetidas veces para calmarme mientras me muevo para tratar de encontrar señal. Cuando por fin encuentro señal pulso para llamar. Al segundo pitido contesta.

—¿Júpiter?

—Louis… ¿Cómo éstas?

La línea se queda en silencio durante unos segundos y pienso que se fue la señal, pero al alejar el teléfono de mi oreja y observarlo veo que sigue en línea, yo muerdo mi labio inferior nerviosa esperando respuesta.

—Suéltalo, te conozco, amor.

—Estoy embarazada.

Otro silencio de varios segundos que parecen eternos.

—¡No me lo creo, voy a ser tío! ¡Carajo! No sabes cuanto te amo—exclama eufórico.

Suelto el aire que tenía retenido y doy una risita.

—Doy por hecho que es de Aaron… ¿Lo sabe?

—No… O sea, sí es de él, pero no lo sabe, te llame primero a ti. 

—¡Soy el primero! —reímos juntos—. ¿Planeas contarle?

—Amm, sí, aunque no ahora, o sea creo que no le voy a contar a nadie por ahora. Solo tú lo sabes.

—Bien, no le voy a contar a nadie. ¿Cuándo te enteraste?