Júpiter [+18]

Capítulo 53-Venus.

𝓐𝓪𝓻𝓸𝓷.

-¿Y en qué fecha va a ser la boda?

-Pensamos que sería buena idea el veinticinco de noviembre, así Júpiter tiene tiempo de recuperarse después del nacimiento de Venus, y también tiempo para preparar todo.

-Yo me encargo de la despedida de soltero-Sebastian sonríe.

Doy un suspiro.

-Eres un caos, no sé si debería dejarte-apoyo mi sien en mis dedos mientras lo miro.

-No me importa, la voy a organizar de igual manera.

-¿Sabes qué? Mejor sigamos trabajando-me acomodo en mi silla y junto unos documentos antes de dejarlos a un lado.

Nos mantenemos en silencio mientras cada uno hace sus cosas, pasamos un par de horas así hasta que llega la hora de ir a juntarme con el señor Baker, Sebastian decide acompañarme, así que juntos nos dirigimos a nuestro destino.

Al llegar nos bajamos del auto y caminamos hasta la entrada de la mansión, esperamos unos minutos hasta que un auto se estaciona al lado del mío a unos metros y el señor Baker se acerca a nosotros.

-Señor James, señor Walsh-nos estrecha la mano.

-Señor Baker-saludamos.

-Debo decir, que me gusta como se ve por fuera-observa el exterior de la mansión.

-Estoy seguro de que por dentro le va a encantar-comento.

Abro las grandes puertas de entrada y comienzo a mostrarle todo el interior, destacando cada detalle y respondiendo cada duda de su parte. Nos demoramos un buen rato en recorrer todo el interior y al momento de dirigirnos al patio trasero, mi teléfono comienza a sonar con una llamada entrante.

Júpiter.

-Hola, cariño. ¿Suced...?

-Aaron, soy Jill.

-¿Jill? ¿Pasa algo? -pregunto preocupado.

-Sí, eh-su voz nerviosa y preocupada me hace fruncir el ceño y prestarle más atención. De fondo escucho a Júpiter gritar algo-... ¡No me presiones, nunca me ha pasado esto, estoy nerviosa! -le alega-... ¡Júpiter tiene contracciones! Vamos de camino a la clínica que me dijo Júpiter, Aaron.

Sebastian y el señor Baker se mantienen a mi lado, observándome.

-¿Qué...? -quedo unos segundos estático hasta que mi cerebro hace clic-. ¡Mierda! Voy para allá.

-Bien, bien, date prisa. No deja de pedir que estés aquí y cada vez me vuelvo más nerviosa. Carajo, me va a romper la mano.

Termina la llamada.

-¿Todo bien, amigo?

-No, no, o sea, digo sí... Venus ya va a nacer-digo desesperado y miro al señor Baker-. Ehh, lo siento, señor Baker. Pero me tengo que ir, mi hija va a nacer... Sebastian va a seguir mostrándole lo que falta.

-No te preocupes, muchacho, ve.

-Suerte, amigo-Sebastian sonríe.