Júpiter [+18]

Capítulo 42-La carta.

𝓐𝓪𝓻𝓸𝓷.

Siento la luz del sol entrando por la ventana, pero no abro los ojos, respiro profundamente y una sonrisa se instala en mi rostro inevitablemente al recordar la noche anterior y saber que está a mi lado.

Pude dormir bien después de tantos días. Es algo reconfortante.

Me giro sobre la cama estirando el brazo para poder abrazarla y al instante solamente siento las sábanas arrugadas. Muevo mi mano buscándola, pero nada. 

Mi ceño se frunce instantáneamente y abro los ojos levantando la cabeza para ver si está en la habitación, y al no ver nada, llamo con voz somnolienta:

—¿Júpiter?

Me levanto frotándome los ojos mientras camino hacia el baño, a lo mejor se encuentra ahí. Al abrir la puerta y mirar dentro lo encuentro vacío.

Mi ceño se frunce aún más.

¿Se fue?

Regreso a la habitación y me siento en la orilla de la cama, justo en el lado que ella durmió. 

Al recorrer la habitación con la vista me encuentro con un papel doblado sobre la mesita de noche. Lo agarro y lo desdoblo.

Una carta.

Apoyo mis antebrazos en mis muslos y comienzo a leerla con un extraño presentimiento.

Aaron:

Si te digo la verdad no sé ni cómo empezar, hay tantas formas, tantas maneras de escribir en esta carta todo lo que pienso y siento, pero no quiero que sea cualquier carta, quiero que sea especial. Nunca había escrito una carta. Te debes estar preguntando por qué no estoy ahí, en dónde estoy. Cuando leas esta carta, probablemente, yo esté en un crucero de lujo vuelta al mundo junto a Thor. Suena loco, ¿no? Hace unos días reserve los pasajes, quiero alejarme de todo por un tiempo, liberarme de todo y sanar. Necesito esto. No te diré cuanto tiempo voy a estar viajando porque, en realidad, no se lo dije a nadie y ni yo misma estoy segura de cuánto tiempo.

Desvío la vista unos momentos mientras aprieto los labios. Se fue… Y no sé por cuanto tiempo. 

Vuelvo mi vista a la carta y sigo leyendo.

Sé que te vas a sentir enojado, triste o incluso culpable. Te conozco, Aaron James. Esta fue una decisión mía, quiero que lo comprendas, que me entiendas. 

Lo que pasó me dolió demasiado, lo admito, me sentí usada, pero no puedo dejar que me hunda. En parte ese es el punto de este viaje. Sé que ayer me explicaste todo, pero cuando compre los boletos para el crucero me sentía así. 

Sería egoísta de mi parte si te dijera que me esperes, por eso te pido que sigas adelante, que disfrutes tu vida y… Conozcas a alguien, tal vez. No quiero que te estanques por mí y que te prives de hacer cosas, quiero que salgas y seas feliz. Dios, deseo que seas feliz. ¿Te puedes creer que ya estoy llorando? Últimamente estoy muy llorona creo, tienes suerte de no tener que aguantar mis lloriqueos, castaño, aunque conociéndote me aguantarías y me mimarías todo el tiempo hasta que deje de llorar y te pida helado de chocolate (posiblemente también de naranja) y veamos películas juntos. Obviamente el sexo entra en todo eso, seria impropio de nosotros no tener sexo. Somos insaciables. 

Cambiando un poco el tema; quiero que sepas que el tiempo que pasamos juntos fue el mejor de todos, me sentí diferente, va a sonar estúpido y cursi, pero sentí esa conexión que no había sentido con ninguna otra persona, esa conexión de la que hablan las personas al estar con alguien especial. Fue inefable. Eres especial, ¿lo sabías?