Capítulo 57-Tiempo de visita.

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𝓐𝓪𝓻𝓸𝓷.

—Aaron…—dicen suavemente cerca de mí.

Me remuevo un poco mientras abro los ojos y veo a Anne frente a mí, a su lado se encuentra Sebastian. Miro a mi alrededor, las paredes blancas, asientos de espera, pasillos y unas grandes puertas. Estoy en el hospital.

—Anne… ¿sucede algo? —froto mis ojos.

—Trasladaron a Júpiter a una habitación, puede recibir una visita por hoy. Deberías ir.

—¿Qué hora es?

—Las cinco en punto—responde él mientras coloca una mano en mi hombro—. Ellos van a estar bien, amigo. Solo nos queda apoyarlos y estar con ellos en todo momento.

No tengo palabras, solo logro asentir.

—Bien, gracias.

Me levanto y una enfermera me guía por pasillos que parecen interminables, hasta que por fin llegamos a una habitación con ventanal, en medio hay una camilla donde se encuentra Júpiter, a su lado hay una máquina de signos vitales y las bolsitas de suero y no sé qué.

—Ella va a estar inconsciente por hoy y puede que los días siguientes tampoco despierte o que tenga leves momentos de lucides—informa la enfermera.

Le doy un asentimiento de cabeza, trago saliva y me acerco a la camilla, la enfermera cierra la puerta dejándome solo con Júpiter. Mi mandíbula se tensa a la vez que mis ojos se humedecen al observarla. Tiene heridas por todo su rostro, vendas y parches. 

Acerco la silla que está en una esquina y me siento a su lado, acaricio muy suavemente su rostro, dejando un beso en su frente, y luego coloco mi mano sobre la suya mientras las lágrimas comienzan a correr y mis sollozos salen uno tras otro. 

Con mi otra mano acaricio la piel de su rostro y beso su mejilla mientras las lágrimas no paran, queriendo sentirla lo más cerca que puedo. 

—Te amo… Te amo con toda mi alma, por favor no me dejes. No me destruyas de esa manera, leona.

Me quedo hasta el último segundo del tiempo de visita con ella, sin soltar su mano en ningún momento, admirándola en todo el tiempo. Un tiempo en el que lloro silenciosamente junto a ella y deseo que despierte.       

Cuando la enfermera viene a avisarme que el tiempo de visita se terminó, me cuesta un montón dejarla, dejo besos por todo su rostro antes de soltar su mano y salir de la habitación.

Al salir del hospital me fijo en que el sol ya se está escondiendo, y mientras camino hacia mi auto recibo una llamada de Michael.

—Aaron, se pudo hacer una orden de arresto hacia Amber gracias a la grabación telefónica. 

—¿Rastrearon el número de teléfono?

—Así es, pero, lamentablemente, al llegar al lugar no había nadie, solo encontramos el teléfono. 

Aprieto mi puño con furia por la maldita loca.

—No puede ir a ningún lado, así que, no puede estar lejos.

—Exacto. Bueno, te aviso cualquier cosa.

—Igualmente.

Termina la llamada.

Me subo al auto y sin encender el motor me quedo unos segundos respirando profundamente para controlarme, pero de un momento a otro mis manos pican y golpeo el volante con fuerza dando un grito de frustración.

Cuando logro tranquilizarme comienzo a conducir a casa.

Al entrar a la casa veo a papá sentado cómodamente en el sofá con Venus en su pecho mientras le habla, y a mamá hablando por teléfono en el patio trasero.

Júpiter [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora