Capítulo 33-Furia y culpa.

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𝓙𝓾𝓹𝓲𝓽𝓮𝓻.

—Querida, ¿te gustaría una copa? —pregunta Eleonor ofreciéndome un Manhattan.

—Claro, por qué no. Gracias.

Recibo el cóctel y doy un sorbo degustando la mezcla del whiskey con el vermut rojo. Observo a Aaron a mi lado en el gran sofá blanco, en su mano izquierda sostiene un vaso de agua mientras que su mano derecha se mantiene en mi muslo, sus ojos de vez en cuando se dirigen a Mark, dedicándole miradas frías y atenta a cada movimiento.

Coloco mi mano sobre la suya y doy caricias distraídamente. 

—¿Cómo se conocieron? —pregunta Mark mirándonos para luego llevarse el vaso con whiskey a la boca.

—¿Cómo contestar a esa pregunta? —le sonrío a Aaron y vuelvo a mirar a Mark—. Se supone que, en Las Vegas, como hace dos meses. Y digo se supone, ya que años atrás ya nos habíamos conocido solo que no nos acordábamos o por lo menos yo no lo hacía, y en Las Vegas nos encontramos.

—De hecho, antes de Las Vegas fue en el estacionamiento—me sonríe.

—Un momento, creo que hice clic en mi cabeza—Charlie entrecierra los ojos observándonos y luego suelta una leve risa—. ¿Júpiter es esa chica de la que hablabas constantemente? Recuerdo que podías pasar un día entero contándome sobre ella y todo lo que hacían en ese verano—Aaron niega con la cabeza mientras sonríe. Charlie me mira divertido—. Decía que eras la chica más bonita que había visto en su vida y se sentía mal porqué eras menor que él.

Inevitablemente doy una risita, sintiendo el calor subir a mis mejillas.

—Y ahora es la mujer más hermosa que he visto en mi vida—dice Aaron mirándome.

—¿Cuántos años tienes, Júpiter? —se interesa Mark.

Aaron le da una mirada de advertencia sin apartar su mano de mi muslo y yo sin dejar de acariciar su mano. Los dos se miran el uno al otro, como si se estuvieran desafiándose. Pero Mark sonríe detrás de su vaso sin importarle nada.

—Amm, tengo veintiséis años.

—Vaya, solamente tres años menor que Aaron—dice sin apartar la mirada de Aaron mientras bebe de su whiskey—. Concuerdo con él, al decir que eres muy hermosa.

—Y a ti qué te importa—murmura fastidiado Aaron.

Me remuevo incómoda.

—Gracias.

Observo como Aaron se tensa y aprieta la mandíbula mirándolo con cierto enfado. Un silencio incómodo se forma en el ambiente hasta que Eleonor habla, tratando de romperlo, y yo la sigo hablando de un tema al alzar.

Observando detalladamente a Eleonor me doy cuenta de que sus gestos y expresiones son elegantes, pero no al exceso, es natural, al igual que Charlie, solo que él es un poco más reservado. También me doy cuenta de que, cada vez que Eleonor habla, Charlie la observa y escucha atentamente. Me recuerdan a mis padres, es como un amor que se siente cuando ellos están cerca, sin importar tantas palabras o atenciones.

—Aaron, ¿Cómo va el proyecto del señor Baker? —pregunta Charlie.

—Hasta el momento va todo bien, lo tendremos listo en un par de semanas.

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