Capítulo 39-Olvidar.

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𝓐𝓪𝓻𝓸𝓷.

Jodida mierda. 

Soy un gran idiota, un idiota por no haberme alejado de Amber, por haberme dejado manipular. Por haberla dañado. Nunca me lo va a perdonar, lo jodí.

Todo se fue a la mierda.

Dolió verla como lo abrazaba, como él la abrazaba y todo por mi maldita culpa. Ver como otro la hacía sonreír. Puede que esté pensando locuras, pero no me sorprendería que me odie y trate de olvidarme, probablemente no quiera verme en su vida.

No la puedo perder.

Ya la perdiste.

Entonces la voy a recuperar. No la puedo dejar.

Lo jodiste, idiota. Le rompiste el corazón.

Joder, le rompí el corazón... Merezco lo peor del mundo por haberle hecho eso, su corazón es como un diamante que hay que tratar con mucho cuidado, es lo más valioso del mundo... Ella es lo más valioso para mí. Es mi mundo. Le prometí que no le iba a romper el corazón y le falle.

Necesito hablar con ella, necesito explicarle lo que paso. 

Recuperar su confianza. Pero… ¿Cómo?

Llego a mi apartamento, me siento en el sofá mirando a la nada mientras pienso en ella, en lo nuestro, nuestros momentos juntos, en cómo conseguir hablar con ella y que me crea. 

Mi mirada se encuentra con el voluptuoso regalo en la esquina de la sala. El que le iba a regalar a Júpiter. Lo compre en esos días que estuvimos peleados luego del club nocturno. Se supone que le iba a dar una sorpresa y disculparme por todo para poder estar junto a ella de nuevo.

Cierro los ojos recordando momentos con ella, como en París cuando le regale ese collar con un colgante de luna, o la noche que llegamos a la casa en la playa y bailamos juntos, yo admirando cada gesto, cada detalle y cada mirada suya.

No sé qué voy a hacer si no logro arreglar este desastre.

Estoy cansado, apenas he dormido, me cuesta conciliar el sueño por más que trate no lo logro porque a penas cierro los ojos para dormir, ella se me viene a la mente, la mirada de decepción que me dio antes de salir de mi oficina ese día, sus lágrimas de dolor inundando sus hermosos ojos verdes.

Saco mi teléfono del bolsillo de mis pantalones y me meto en la galería de fotos.

Las fotos de París. Su sonrisa deslumbrante, sus verdosos ojos, esos labios que me gustaría estar besando... Estaba radiante en ese viaje. Deslizo mi dedo por la pantalla táctil cambiando la foto, aparece una que le saque mientras estaba distraída, ese día descubrió un pote de helado de chocolate en mi nevera y se lo empezó a comer, en la foto está frunciendo el ceño mientras trata de sacar helado con una cuchara, pero estaba demasiado duro y le costó.

La extraño.

Ya va a ser casi una semana sin ella y se siente como una eternidad. Una tortura.

¡Maldición! Todo mi cuerpo la extraña, quiero sentirla cerca de mí, que diga que me quiere, abrazarla y no soltarla nunca más, confesarle todos mis sentimientos y besarla. Quiero retroceder en el tiempo y hacer las cosas bien.

Júpiter [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora