MIS PEQUEÑOS FAVORITOS

CAPÍTULO 8

Volví de mi almuerzo y Adam me dijo que los peques se habían ido con su abuelo y se quedarían con él hoy, me sentí un poco triste porque no me despedí de ellos, continué con mi trabajo, Adam me mandó llamar a su oficina para que lo ayudara con unos documentos, se me hizo un poco tarde, bueno muy tarde porque ya había oscurecido.

-Adam ya me tengo que ir.

-Yo te llevo.

-No gracias, no te preocupes.

-Grace, por mi culpa se te hizo tarde y se pasó el último bus.

-No te preocupes, una amiga vendrá por mí.

-¿Estás segura?

-Sí Adam, no te preocupes, ya me están esperando.

-Que te vaya bien.

-Buenas noches.

-Buenas noches.

Tomé mis cosas y salí de la oficina, no quise que me llevara, ya me ha llevado varias veces en la semana, no quiero molestarlo, además la semana que entra me entregan mi auto, salí de la empresa y comencé a caminar para ir a mi apartamento.

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Cuando menos pensé, llegué a una de las zonas más oscuras de la ciudad, vi una sombra, continué caminando y escuché la voz de un hombre.

-Hola preciosa. - no le contesté -¿No escuchas? - caminé un poco más rápido, mi corazón estaba por salirse, tenía miedo -¿Eres sorda o qué? - continué caminando, me tomó del brazo y me jaló hacia él.

-Suélteme por favor. - le dije con miedo y se rió.

-Tranquila preciosa, no te haré nada, solo nos divertiremos un poco. - dijo acariciando mi mejilla con su otra mano, comenzó a bajar su mano por mi cuello hasta llegar a la división de mis pechos.

-Por favor suélteme. - le dije sollozando.

-Nos divertiremos ya lo verás.

-Suélteme ¡Ayuda! - grité con todas mis fuerzas, sentí el impacto de su mano contra mi mejilla, el golpe fue fuerte y me causó una sensación de mareo, apretó su agarré, me pegó contra la pared.

-Será mejor que te calles y te portes bien porque si no lo haces tendré que lastimarte. - dijo con tono amenazante, las lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas, comenzó a tocarme, levantó mi vestido acariciando mi pierna y sus labios tocaban mi cuello, iba a abusar de mí, una vez pude escapar de la pareja de mi madre, pero de esta no me salvaría, tenía mucho miedo, mi cuerpo estaba temblando de miedo y no paraba de llorar, estaba aterrada.

-Por favor no me haga daño.

-¡Cállate! Eso depende de ti. - continuó tocándome, entonces recordé lo que había pasado hace unos años, la pareja de mi madre, cuando me estaba tocando, se vinieron a mi cabeza esas imágenes y por un momento creí ver su rostro pero volví a la realidad y vi que no era él, era otro hombre, pero fuera quien fuera, iba a abusar de mí, estaba muriendo de miedo, no podía hacer nada, estaba completamente helada.

-Por favor suélteme. - su mano impactó nuevamente en mi rostro, mi vista estaba empañada por las lágrimas.

-¡Me estás enfadando y eso no será bueno para ti!

-¡Suéltala! - dijo una voz que conocía, se acercó y pude ver que era Adam.

-¡No te metas!

-¡Te dije que la soltaras!