CAPÍTULO 44

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Tengo cuatro meses de embarazo, todo va muy bien, los peques ya volvieron a la escuela, estoy terminando la comida, Adam y los peques no tardan en llegar, hoy tendremos la sesión de fotos, será en la noche, la tomarán en los jardines de la empresa y quieren que sea de noche para que luzcan más las fotos, mi barriga ya está lo suficientemente hinchada como para notarse, Adam y los niños me cuidan demasiado, no quieren que haga nada y me enojo pero al final terminan por contentarme, terminé la comida y la dejé en la estufa, escuché la puerta principal abrirse, salí y entraron los niños corriendo, Adam detrás de ellos.

–Cuidado con mami. – dijo Adam.

–¡Hola mis amores! – les dije.

–¡Hola mami! – contestaron mientras me abrazaban.

–Hola bebé. – dijo Evan cerca de mi vientre.

–¿Cómo está el bebé mami? – preguntó Ethan.

–Muy bien, contento de que sus hermanitos ya hayan llegado de la escuela, pero vayan a cambiarse y a lavarse las manos que ya va a estar la comida.

–Ok.

–Ok. – besaron mi vientre y fueron a su habitación.

–¿Cómo está la mujer más bella del mundo? – dijo Adam abrazándome por la cintura.

–Muy bien gracias.

–¿Y este pequeñín cómo está? – puso sus manos sobre mi vientre.

–Muy bien y feliz.

–Que bueno. – se agachó a la altura de mi vientre.

–¿Cómo te portaste con mami hoy bebé? – levantó mi camisa y depositó un beso en mi vientre.

–Se portó perfectamente, no hizo que mami se sintiera mal, solo me cansé un poquito y me dormí.

–Me alegra escuchar eso.

–Voy a la cocina a servir la comida.

–Te acompaño.

Se levantó y rodeó mi cintura con su brazo, fuimos a la cocina, Adam me ayudó a servir y llevamos todo al comedor, los niños llegaron y nos sentamos a comer.

–¿Cómo les fue en la escuela? – pregunté.

–Muy bien, hoy jugamos fútbol y ganamos por cinco goles. – dijo Evan.

–Sí, además nuestra maestra no nos dejó tarea a Evan y a mí porque terminamos nuestros trabajos. – dijo Ethan.

–¡Que bueno, esos son mis peques!

–Son muy inteligentes, por eso ayudarán al bebé cuando tenga tarea. – les dijo Adam.

–¡Sí! – exclamaron ambos.

–¿Y cómo te fue en la empresa cariño?

–Muy bien, todo va mejor que nunca, hay nuevos inversionistas.

–¡Me alegro!

–¿Y tú que hiciste mami? – preguntó Evan.

–Limpié la casa y el bebé tuvo mucha hambre todo el día, se le antojó un helado, entonces fui a la heladería que está aquí cerca.

–El bebé es muy comelón. – dijo Ethan.

–Sí, como su papá. – les dije bajito y nos reímos a excepción de Adam.

–No es gracioso. – dijo.

–No claro que no. – le dije y me reí.

–No lo es. – dijo, me acerqué a Adam y le besé la mejilla, después la otra y al final los labios, sonrió.

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