CAPÍTULO 14

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Pasó un poco más de dos semanas, Adam y los peques venían aquí y comíamos juntos o iba a su casa para pasar el día juntos, con Adam, las cosas están mejor que nunca, hemos salido varias veces y los peques se quedan con su abuelo, es sábado, vamos directamente a su casa, hoy los peques tuvieron partido y sí, grité cuando los peques metieron gol pero esta vez no fui solo yo, también Adam gritó conmigo, Adam estacionó la camioneta.

–Llegamos. – dijo Adam, se bajó de la camioneta y abrió mi puerta, me ayudó a bajar y después ayudamos a los peques quienes corrieron directamente para jugar con Coco, Adam y yo nos quedamos atrás.

–Grace, creo que debemos decirles ya.

–Estoy de acuerdo.

–¿Segura?

–Sí.

–Entonces vamos. – dijo extendiendo su mano, la tomé y entrelazamos nuestras manos, entramos a la casa y Adam llamó a los pequeños, Adam y yo nos sentamos en un sillón y los peques se sentaron frente a nosotros.

–Peques, su papi y yo queremos hablar con ustedes sobre algo.

–¿Sobre qué? – preguntó Ethan.

–Pues verán enanos, ustedes saben que las personas se enamoran y tienen una relación.

–Sí. – dijo Evan.

–Pues su papi y yo comenzamos a salir y poco a poco nos fuimos enamorando.

–Así es enanos, Grace y yo nos enamoramos y tenemos una relación.

–¿Son novios? – preguntó Ethan.

–No, aún no. – le respondí.

–¿Pero van a ser? – pregunto Evan.

–Tal vez sí. – respondí y Adam me miró.

Los niños se quedaron callados observándonos, esto estaba poniéndome nerviosa, ¿y si no lo aceptan? Si no les agrada la idea de que su papá salga conmigo, los nervios estaban matándome y ellos no hacían nada, ni se movían, ni tenían una sola expresión en el rostro.

–¿Qué opinan enanos? – ambos sonrieron tenían una sonrisa gigante, se lanzaron sobre nosotros y nos abrazaron, parece que les gustó la idea.

–¡Sabíamos que esto pasaría! – gritó Ethan.

–¡Sí, desde la primera vez que los vimos juntos!

–¿Entonces no les molesta? – pregunté.

–¡Claro que no! – contestaron ambos.

–¿Por qué nos hicieron sufrir? – les dije.

–Porque era divertido ver sus rostros.

–Traviesos. – les dije y comencé a hacerles cosquillas hasta que no pudieron más.

–Enanos, vayan a ducharse y a cambiarse.

–Pero papi… – dijo Evan.

–Vayan a hacer lo que papi dice, mientras les prepararemos algo rico para comer.

–Ok.

–Ok.

Me dieron un beso y corrieron escaleras arriba, Adam y yo nos quedamos sentados, recargué mi cabeza en su hombro y él me rodeó con su brazo.

–Me alegro de que lo hayan aceptado.

–Yo también, ahora ya no tenemos que escondernos. – dijo y me besó.

–Tranquilo señor Hoult, tampoco es de que vayamos a estar besándonos a cada rato frente a ellos.

–Mmm, pero ya será diferente.

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