MIS PEQUEÑOS FAVORITOS

CAPÍTULO 24

–Ya tendremos más tiempo, no te preocupes por eso.

–Te amo.

–Yo te amo más, duerme un rato.

–Estoy bien, mejor hagamos algo.

–¿Quieres ver una película?

–No tengo ganas de llorar.

–Entonces hay que quedarnos así.

–Me parece perfecto.

–¿Te gustaría tener más hijos?

–Aún es muy pronto.

–Lo sé, pero en un futuro, conmigo. – en un futuro, me gusta como se escucha.

–Claro que sí, pero por ahora con los pequeños está bien.

–Sí, primero hay que disfrutarnos y después veremos a donde nos lleva la vida.

–Así es señor Hoult. – lo besé, me moví un poco y me quejé por otro cólico, Adam levantó mi camisa y bajó mi pantalón un poco, tomó el paño, me dio varios besos en mi abdomen bajo y volteó el paño por el lado caliente, lo colocó nuevamente y acomodó mi camisa, dejó sus manos sobre el paño para sostenerlo.

–¿Necesitas algo?

–No gracias.

–Mejor descansa un rato.

–Pero…

–Yo me quedaré aquí contigo, tú descansa.

–Está bien, pero solo porque sí tengo sueño. – se rió, me dio un beso en la frente, cerré los ojos y lentamente me fui quedando dormida. Desperté, Adam no estaba en la habitación, los cólicos habían cesado un poco, pero aún tenía, Adam entró a la habitación.

–Amor, voy por los niños.

–Es tarde, tengo que hacer de comer. – iba a moverme pero me atacó un cólico.

–Tranquila, ya está lista la comida.

–¿Por qué no me despertaste?

–Porque tenías que descansar.

–Estoy bien, es algo normal.

–Tú tranquila, ahora nos tienes a nosotros para cuidarte y consentirte. – dijo dándome un beso en la nariz.

–Gracias.

–No tienes nada que agradecer.

–Ve por los pequeños, se hace tarde.

–Ya voy. – me dio un beso y salió de la habitación, comencé a mirar mi celular, estaba tan concentrada que no escuché la puerta principal abrirse, hasta que escuché los pasitos de los niños, entraron corriendo a la habitación.

–¡MAMI! – gritaron y se subieron a la cama.

–Cuidado con mami enanos.

–Está bien, ¡Hola peques!

–Hola mami ¿cómo te sientes? – preguntó Evan.

–Papi dijo que estabas enferma. – dijo Ethan.

–Ya estoy mejor peques, no se preocupen.

Se acercaron uno por cada lado y me abrazaron, Adam se sentó en la orilla de la cama y acarició mi pierna, sonreí y él sonrió.

–Niños, vayan al comedor, mami y yo ahorita los alcanzamos.

–Oky.

–Oky.