–Te amo pequeña.
–Yo te amo más. – le di un beso, salí de la oficina y tomé mis cosas, fui directo al elevador, unos minutos después ya estaba sobre la camioneta, la encendí y arranqué directamente a la escuela de los peques, cuando llegué me bajé y los peques me vieron.
–¡MAMI! – gritaron corriendo hacia mí, cuando llegaron, me abrazaron y correspondí a su abrazo, me agaché y les di beso a cada uno.
–¿Cómo les fue pequeños?
–Muy bien mami. – dijo Evan.
–Sí mami, la maestra fue buena con nosotros y los niños dejaron de molestarnos. – dijo Ethan.
–Que bueno peques.
–Sí, nos dijeron que teníamos una mamá muy guapa. – dijo Evan.
–Que lindos, ya es tarde, vamos a casa antes de que papi llegue.
–¿Podemos comer helado? – preguntó Ethan.
–¿Van a comerse toda la comida? – les pregunté.
–Sí. – dijo Evan.
–Sí, nos comeremos todo. – dijo Ethan.
–Está bien.
–¡YUPI! – gritaron ambos.
Fuimos a la heladería y les compré helados, salimos directo a la camioneta, les quité sus mochilas y las subí a la cajuela, los ayudé a subir a la camioneta y abroché sus cinturones y me subí.
–¿Listos? – pregunté.
–Sí.
–Sí.
–Entonces vamos a casa.
–¡YUPI!
Conduje hasta casa, los ayudé a bajar y bajé las mochilas.
–Nosotros te ayudamos mami. – dijo Evan.
–Ustedes coman su helado, yo las llevo, no se vayan a ensuciar los uniformes.
–Ok mami – dijeron ambos
Entramos a casa y dejé las mochilas de los niños en su habitación y bajé a la sala donde estaban sentados los niños, estaban hablando en susurros y un poco asustados.
–¿Qué pasa niños? – les pregunté.
–Nada. – contestaron asustados, sin mirarme, me paré frente a ellos.
–Niños.
–Fue su culpa. – dijo Ethan apuntado a Evan.
–No es cierto, es suya. – dijo Evan apuntando a su hermano.
–¿Qué pasó? – se pararon frente a mí con sus manitas atrás y sus cabecitas mirando al suelo, ambos tenían el suéter del uniforme sucio de helado.
–Es que queríamos el control de la televisión y corrimos por el pero chocamos y ensuciamos nuestros uniformes con el helado. – dijo Ethan.
–Y también la alfombra. – dijo Evan.
–Peques, no deben correr así, ¿qué tal si se hubieran caído y golpeado con la mesa de centro? Se pueden lastimar.
–Lo sentimos mami. – dijeron ambos.
–Está bien, quítense los suéteres y dénmelos para lavarlos.
–Sí mami. – dijo Ethan.
Se quitaron los suéteres y me los entregaron, les dije que fueran a cambiarse y ambos subieron a la planta alta, limpié la alfombra de la sala y puse los suéteres en la lavadora, los dejé lavándose mientras preparaba la comida, los niños bajaron con sus tareas y se sentaron en la barra de la cocina para hacerlas conmigo.
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MIS PEQUEÑOS FAVORITOS
RomancePrimer libro de la saga "Pequeños" Grace Miller, una chica linda de 24 años, ha estado sola desde la muerte de su padre, vivía con su madre y su pareja pero era como si estuviera sola, hasta que un día tuvo que huir de ese infierno, Grace continuó c...