CAPÍTULO 43

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-Sí. - sonreí.

-Te amo Grace, eres la madre de mis hijos y siempre te voy a amar, cuando no te sientas cómoda con algo dímelo ¿si? - acarició mi mejilla, asentí.

-Yo también te amo. - deposité un beso en sus labios, me dio hambre, me levanté de él.

-¿A dónde vas?

-Tengo hambre, ya vuelvo ¿quieres algo?

-No gracias.

-Ok.

Salí de la habitación, ahora si podía estar en ropa interior por toda la casa, bajé a la cocina, tomé pan y le puse mermelada de fresa, subí nuevamente con mi sándwich de mermelada y me senté al lado de Adam, él acostó su cabeza en mi regazo.

-¿Mi pequeña tiene hambre? - preguntó.

-Sí, el bebé me hace tener mucha hambre, será igual de comelón que su papá.

-Que su mamá querrás decir, comías mucho.

-Estaba embarazada cuando comencé a comer mucho pero aún no lo sabíamos, no puedes quejarte, como por dos.

-Come todo lo que quieras mi amor, debes alimentarte bien y alimentar a nuestro bebé. - besó mi vientre.

-Apenas y se nota mi barriga.

-Dentro de poco será más notable y todos se darán cuenta del embarazo.

-Sí.

-Deberás tener más cuidado por los reporteros.

-Lo sé, ¿no hay manera de que no me molesten? Tengo miedo de que pase lo de la última vez.

-Puedo hablar con alguna revista y organizar una sesión de fotos para dar a conocer el embarazo y una vez que se den cuenta no molestarán.

-¿Estás seguro de que quieres que se enteren?

-Claro que sí amor, quiero que se enteren que eres la madre de mis hijos, mi mujer, que todo el mundo se dé cuenta que eres la mujer que amo y amaré siempre.

-Te amo Adam.

-Y yo a ti Grace.

Continuamos hablando durante un rato más hasta que comenzó a oscurecer, estaba cansada y tenía sueño, bostecé.

-Ha sido mucho por el día de hoy señorita, ya es hora de dormir.

-Todavía no estoy cansada. - bostecé.

-Se nota.

Me levanté y fui al baño, me preparé para dormir, cuando salí del baño Adam entró y me acosté en la cama, me cubrí con la cobija, una vez listo, Adam se subió a la cama y me abrazó atrayéndome hasta él, puso sus manos sobre mi vientre y comenzó a acariciarlo.

-Buenas noches cariño.

-Buenas noches amor.

Lo besé suavemente y me acomodé para que siguiera acariciando mi barriga, los ojos me pesaban y lentamente me quedé dormida. Sentí claridad en los ojos y lentamente los fui abriendo, tenía asco, me senté en la cama, eran las seis de la mañana, Adam estaba dormido, respiré hondo para que se me pasara pero lo único que pude conseguir fueron las ganas de vomitar que me hicieron levantarme corriendo directamente a la taza, Adam se despertó cuando me escuchó y se levantó corriendo, tomó mi cabello y comenzó a acariciar mi espalda de forma circular, hasta que terminé de vomitar.

-¿Estás bien?

-Sí cariño, gracias.

-No tienes que agradecer, el bebé es de los dos, por lo tanto, estaremos juntos en cada etapa del embarazo.

-Te amo.

-Y yo a ti.

Me lavé los dientes y nos acostamos en la cama, aún era un poco temprano, Adam me abrazó y depositó un beso en mi frente.

-¿Quieres que te traiga algo? - preguntó.

-No gracias, el estómago me quedó un poco revuelto.

-Pobrecita. - comenzó a acariciar mi estómago, me acerqué a él y recargué mi cabeza sobre su pecho para relajarme un poco. - duerme, aún es temprano.

Me acomodé nuevamente, Adam nos cubrió con la cobija y lentamente nos fuimos quedando dormidos. Sentí que alguien se movía y abrí los ojos, Adam se estaba levantando, ya eran las nueve.

-¿A dónde vas? - pregunté.

-A ducharme, descansa otro rato.

-Estoy bien. - se acercó y me besó suavemente. - Voy contigo. - sonrió pícaramente.

Me levanté despacio de la cama y fuimos a la ducha, nos duchamos mientras teníamos una larga sesión de besos, salimos después de media hora, nos vestimos y bajamos a la cocina, preparamos el desayuno juntos y nos sentamos a desayunar.

-Extraño a los peques.

-Yo también, la casa está sola, hasta me atrevería a decir que extrañar a la bola de pelos. - me reí, pues Coco se fue con los peques, siempre los acompaña a todas partes, solo cuando van a la escuela se queda aquí en casa.

-Yo creo que coco también te extraña.

-Bola de pelos. - me reí - Sigue desayunando que se enfría.

-Sí señor. - le dije con tono militar haciéndolo reír.

-Me encantan tus labios.

-¿Sí? - le pregunté sonriendo.

-Sí, antes de que nos besáramos por primera vez no sabes cuanto había deseado poder besarlos y cuando fuimos al club nocturno que estuvimos a punto de besarnos quise probar tus labios pero no pude, hasta que nos besamos en la empresa.

-Y luego al señor Hoult se le ocurre decir "solo fue un beso".

-No sabía como reaccionarías, hasta que no te presentaste a trabajar fingiendo estar enferma.

-No puedes culparme, después de lo que dijiste no quería toparme contigo.

-Lo sé, tenía que explicarte pero no me dejaste, te fuiste casi corriendo.

-No me iba a quedar después de lo que dijiste.

-Lo sé, pero después de que te fuiste estuve pensando en el beso y me di cuenta que no quería pasar un día más sin ti, así que fui y te confesé lo que sentía.

-Yo estaba con el ánimo por los suelos y cuando me confesaste lo que sentías me alegraste completamente.

-Te amo pequeña.

-Y yo a ti mi amor.

Cuando terminamos de desayunar, lavé los trastes mientras Adam leía unos contratos en su oficina, cuando terminé, fui a la oficina y me senté frente al escritorio de Adam para verlo trabajar, me senté frente a él y cuando se dio cuenta que lo veía sonrió, levantó el rostro para verme.

-Tengo una idea. - dijo.

-¿Cuál?

-¿Le gustaría salir conmigo señorita Miller?

-¿Como una cita?

-Como una cita.

-¡Claro que sí!

-Bueno, iremos a comer.

-¡Genial!

Le di un beso y salí de la oficina feliz como una niña con un juguete nuevo, subí a la habitación y comencé a buscar que me pondría, escogí un vestido verde ajustado a mi cuerpo y tacones no tan altos, preparé todo, cuando la hora se acercaba, me vestí, me arregle el cabello y me puse un poco de maquillaje, Adam entró a la habitación.

-Wow, te ves preciosa.

-Gracias.

-Voy a vestirme antes de que se haga tarde.

-Te espero abajo.

-Ok.

Salí de la habitación y fui a la sala, me senté y esperé a Adam, quien bajó unos minutos después, se acercó a mí y me besó.

-¿Está lista señorita?

-Sí señor.

-Entonces vamos.

Salimos de la casa, Adam sacó el auto y me abrió la puerta, una vez arriba la cerró y rodeó el auto para subirse, arrancó directamente a un restaurante, cuando llegamos me ayudó a bajar y rodeó mi cintura con su brazo, era un restaurante al aire libre, todo era precioso, Adam pidió su reservación y nos llevaron a nuestra mesa, nos sentamos y la mesera nos entregó las cartas, cuando supimos que comeríamos ordenamos, el lugar era precioso.

-¿Qué te parece? - preguntó.

-Es precioso, gracias.

-No tienes que agradecer, te lo mereces, mereces esto y más. - le di un beso en la mejilla y recargué mi cabeza en su hombro.

-Las vacaciones casi terminarán.

-Lo sé, los enanos volverán a la escuela.

-¿Seguiremos la misma rutina para llevarlos y recogerlos?

-No amor, los primeros meses debes cuidarte más y los reporteros al ver tu barriga se acercarán a ti como avispas y no quiero que estés en riesgo tú o el bebé, así que será mejor que yo los lleve en la mañana y los recoja en la tarde y cuando salgas es mejor que te acompañemos para que no estés sola.

-Está bien.

-Te amo Grace ¿lo sabes no?

-Claro que lo sé mi amor yo también te amo como no te lo imaginas. - depositó un suave beso en mis labios.

-Tenemos que arreglar una habitación para el bebé, pero debemos escoger un buen lugar.

-Tiene que ser cerca de nosotros y un poco alejada de los niños para que no los despierte.

-Puede ser la que está enfrente de la nuestra, ahí los niños no alcanzaran a escuchar nada.

-Es buena opción, para comenzar a arreglarla debemos esperar a saber el sexo del bebé.

-Sí, dentro de unos meses más, por cierto la sesión de fotos se programó cuando tengas cuatro meses.

-Me parece perfecto. - Adam me miró y se rió.

-¿De qué te ríes?

-Recordé cuando fuiste al partido de los niños y comenzaste a gritar animándolos, todos se te quedaban viendo raro, pero a mí me pareció lindo.

-¿Te pareció lindo?

-Sí, dije tengo que invitarla a salir, al verte ahí gritando y brincoteando me enamoraste más de lo que ya estaba, eres una mujer preciosa.

-Lo amo señor Hoult.

-Yo la amo más señorita Miller.

-Los Hoult entraron a mi vida para cambiarla.

-Tú entraste a nuestra vida para cambiar a los Hoult y hiciste crecer a los Hoult. - tomó mi mano con la suya y depositó un beso en ella.

Llegó nuestra comida y comenzamos a comer, la comida era deliciosa, todo estuvo increíble, pero siempre es increíble cuando Adam está a mi lado.

-¿Quieres algo más? - preguntó cuando terminamos de comer.

-El bebé quiere pastel de chocolate.

-Entonces el bebé tendrá pastel de chocolate.

-Lo consientes demasiado.

-Mi familia se merece todo lo que pueda darles. - dijo y sonreímos, estuvimos un rato más en el restaurante hasta que atardeció y volvimos a casa.

Adam es demasiado consentidor, yo también quiero uno así, lo tiene todo


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