MIS PEQUEÑOS FAVORITOS

CAPÍTULO 12

Como aún no pudieron arreglar la fuga de gas, los peques no pudieron ir a la escuela, es lunes, Adam tenía trabajo importante y los peques no se quedaban quietos, así que los traje conmigo a almorzar, salimos a una cafetería que está al lado de la empresa donde hay almuerzos para niños y también juegos. Nos sentamos, la mesera vino rápido a atendernos y tomó nuestra orden.

–Grace ¿podemos ir a jugar? – preguntó Ethan.

–Sí cariño, pero regresen para almorzar.

–Sí. – contestó Evan.

Me dieron un beso en la mejilla y corrieron a los juegos, yo me quedé sentada para vigilarlos, se acercó un hombre y se paró frente a mí.

–Buenas tardes señorita.

–Buenas tardes.

–Mi nombre es Cameron.

–Mucho gusto Cameron, me llamo Grace. – dije buscando a los niños con la mirada, los peques vieron a Cameron y se acercaron rápidamente.
      
–El gusto es mío, es usted muy linda, desde lejos la vi y me acerqué porque no vi que tuviera compañía. 

–No está sola, pero gracias por su amabilidad. – dijo Evan.

–Ella está con nosotros y a papi no creo que le guste verlo cerca de ella. – dijo Ethan y ambos le sonrieron.

–A sus hijos no les hace mucha gracia que me acerque a usted, lo siento por molestarlos.

–No se preocupe. – le dije.

–Que tengan buena tarde.

–Igualmente. – salió casi corriendo de ahí.

Cameron se fue y los pequeños lo siguieron con la mirada, se sentaron y me sonrieron, les levanté una ceja a ambos.

–No hicimos nada. – dijo Ethan.

–Solo le hicimos caso a papá. – dijo Ethan.

–¿Qué les dijo su papá?

–Que te cuidáramos y que no dejáramos que los hombres se te acercaran mucho.

–Y dijo que si era necesario utilizáramos nuestro apellido.    
     
–Bueno, pues tendré que agradecerle a su padre.

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Trajeron nuestro almuerzo y comenzamos a comer, cuando terminamos, pagué y salimos de la cafetería, tomé a los niños de las manos y comenzamos a caminar a la empresa, de un momento a otro nos rodeó un grupo de personas con cámaras y comenzaron los flashes, los niños estaban asustados, pegué sus cabecitas a mí, los reporteros comenzaron a lanzar preguntas, escuchaba las voces de todos al mismo tiempo, todas las preguntas, veía flashes por todos lados, tenía miedo por los niños, traté de salir de ahí para sacar a los niños pero no me dejaban salir, traté de salir repetidas veces pero no podía, comenzaron a abrirse paso entre la gente y vi a Adam, entró y nos cubrió para salir de ahí, la seguridad de la empresa salió y nos abrieron paso hasta llegar a la empresa, entramos y fuimos directamente a el elevador, los peques estaban asustados, sus ojitos veían a todos lados, se abrazaron a mí y cuando llegamos al último piso fuimos a la oficina de Adam, llevé a los niños al sillón y me puse de cuclillas frente a ellos.

–¿Están bien pequeños? – no contestaron nada, rompieron en llanto, me senté entre ellos y los abracé – Tranquilos, ya están a salvo, todo está bien – acaricié sus cabecitas y así hasta que se quedaron dormidos.

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Adam se acercó y me ayudó a acostarlos en el sillón, me quité mi chamarra y los cubrí a los dos. – Ya están más tranquilos.