Terminé mi día de trabajo el cual fue bastante cargado, suspiré cansada pero hoy me tocaba guardia nocturna así que tuve que quedarme a vigilar.
Me quedé cerca de los controles y la recepción mientras anotaba informes de algunos pacientes que me habían llamado un par de veces por algo que necesitaban.
Pero el que más ha llamado fue Hunter, y solo por cosas sin importancia.
Bufé y rodé los ojos cuando me llamó nuevamente, fui a su habitación y me fijé.
- ¿Ahora qué? - Pregunté cruzándome de brazos.
- Solo quería hablar contigo - Dice.
- ¿Si sabes que si me llamas tiene que ser algo en serio? -
- Si, pero como no me harás caso cuando salga de aquí prefiero aprovechar mi tiempo como paciente para verte más -
Rodé los ojos de nuevo, pero sentí mi corazón dando un vuelco y eso me hizo maldecir mentalmente.
- Te extrañé... ¿Lo sabías? -
Abrí los ojos un poco más grande pero me di vuelta.
- Si vuelves a llamarme por cualquier cosa, dejaré de venir aunque te esté sucediendo algo de verdad -
Salí cerrando la puerta detrás de mi y me toqué la mejilla la cual ardía y sabía que estaba sonrojada.
- Idiota... - Murmuré agachando mi cabeza un poco pero sonriendo mientras mordía mi labio.
Suspiré y volví a mi trabajo.
***
***
- Doctora Adams, al paciente de la doscientos cinco le toca radiografía - Me avisa una enfermera y yo asentí.
- Gracias, ahora voy -
Ella se aleja y yo termino de completar el informe de un paciente antes de ir a la habitación de Hunter y entrar, pero al hacerlo noté que estaba dormido.
Entré en silencio y primero me puse a verificar todo en las máquinas y anotarlas, pero por un momento lo miré de reojo viendo su rostro levemente inclinado hacia el lado contrario.
Me fijé en sus facciones marcadas, su corta barba que lo hacía verse más maduro que hace tiempo, su rostro calmado y sin preocupaciones aunque su cuerpo algo tenso.
Rápidamente regresé la vista a las máquinas cuando el suspira profundamente al momento de despertar, mira a todos lados pero se topa conmigo, pareció alterado por un segundo pero luego se calmó y dejó caer otra vez su cabeza en la almohada mientras me mira entrecerrando los ojos adormilado.
- Hey... - Su voz ronca me hizo cortar la respiración por un momento pero suspiré.
- Hey... - Le respondí, me di vuelta hacia él y revisé su estado físico como la dilatación de sus pupilas, las heridas en sus brazos y cuello.
Pero cuando estaba viendo sus ojos, me quedé viendo un momento el grisáceo de aquellos, más opacos de lo que solían ser, me alejé al reaccionar y saqué medio cuerpo por la entrada para decir que necesitaba ayuda para trasladar a Hunter.
- Debemos hacerte un control de radiografías así que vas a tener que moverte un poco - Dije.
Él asiente levemente.
Los enfermeros llegaron y lo movieron en la camilla hasta la sala de imágenes. Mi compañera, Sally y yo, al tener las imágenes y colocarlas en el panel, nos pusimos pensativas.
- Mejora bien, creo que en unos días podrás darle de alta - Dice ella.
- Pienso igual - Respondí.
- Aunque por las heridas de tortura y los golpes... la recuperación la vivirá como en el infierno - Apaga la luz del panel y caminamos hacia el cristal en donde vemos como colocan a Hunter nuevamente en la camilla para llevarlo.
- Así son las recuperaciones cuando el caso es de este tipo - Dije - Pero si... le dolerá hasta levantar la mano -
Ella asiente.
Ambas pensamos en silencio un momento mientras regresaban a Hunter a su habitación.
Yo mordí mi lengua un momento mientras me quedaba pensando pero luego me erguí y salí de allí.
Me estiré el cuello ya que estaba algo cansada y adolorida pero aún así seguí trabajando.
Creo que solo de eso se basó mi vida luego de convertirme en adulta, solo trabajo, aunque no digo que no me guste solo que... extraño ir de fiesta a veces.
- ¿Doctora Adams? - Me di vuelta y vi a Cameron y Fabrizio.
- Oh, hola - Dije saludando con una sonrisa amable - ¿Sucede algo? -
- Queríamos ver a Hunter ¿Es posible? -
Asentí.
- Si, hace unos momentos acabó de despertar - Dije.
- Excelente, gracias - Dicen ellos sonriendo aliviados.
- No es nada - Dije.
- Ahí estás - Karla aparece - Regresó la señora Reynolds - Dice.
Yo me reí un poco y ella rueda los ojos fastidiada.
- Bien, voy ahora - Dije.
Esa señora es como de esas viejas chismosas y religiosas, antes también machista pero cuando la atendí yo, a la fuerza porque los hombres estaban ocupados, ella ya simplemente quiso que yo la atendiera, porque si no soy yo, se niega a ser atendida.
- Estoy aquí - Dije separando las cortinas pero vi que aquella señora no estaba sola.
Sino que la acompañaba un hombre.
Bastante guapo a decir verdad. Bueno... en realidad es muy guapo, pareciera un modelo en lugar de un empresario.
- Que bien que llegas, mira, él es mi hijo Matías, es un empresario muy famoso - Dice ella.
Yo sonreí y asentí en la dirección de Matías.
- Un gusto - Él sonríe y asiente - Bueno, dígame ¿Qué sucedió? -
- Pues, mira hijita, me caí de las escaleras y me duele el tobillo - Dice.
- Hm... - Asentí comprendiendo y me acerqué a su pie, lo pude distinguir ya que cuando levanté la mantilla el derecho estaba muy inflamado.
Toqué la hinchadura con dos dedos en diferentes zonas y ella se queja un poco.
- Vamos a tener que hacerle una radiografía, es posible que se haya fracturado ¿Cuándo sucedió esto? -
- Hace unas horas - Dice Matías.
Asentí.
Moví la camilla con ayuda de enfermeros y la llevé nuevamente a la sala de imágenes donde al ver las radiografías vi que el hueso estaba roto.
Lo cual no me sorprende, al ser una señora ya mayor tiene los huesos más frágiles.
Agarré las imágenes y fui hacia ellos dos pero una enfermera corre hacia mi.
- Doctora Admas, necesitamos su ayuda en urgencias - Asentí.
Le entregué el informe y las radiografías a un compañero y le indiqué a que tenía que hacer, aunque ya lo supiera con solo ver las radiografías y el informe.
Corrí hacia el lugar de la emergencia viendo a un chico en una camilla necesitando cirugía urgente.
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TÚ LO ERES TODO || 2 ||
Romance|| Portada hecha por Haira_abde || || Segunda parte de "La popularidad no lo es todo" || Los años habían pasado y algunos sueños se hicieron realidad... pero no de la manera que hubieran deseado... y su reencuentro menos. Luego de un cansado día de...