Capítulo 55

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- Entonces... ¿Te estás quedando más tiempo en su casa que en tú casa? - Dice Karla mientras caminamos hacia la recepción del hospital.

- Básicamente, hasta ya tengo algo de mi ropa en su armario -

- Hm... - Ella sonríe con picardía pero yo me reí.

- ¿Y tú y Cameron? ¿Se siguen viendo? -

- Pues si... nos solemos juntar de vez en cuando -

- Yo noto cierto interés romántico por parte de ambos... - La empujé levemente y ella me devuelve el empujón riendo pero escuché pasos apresurados y cuando me di vuelta vi a dos enfermeras.

- Doctora Adams, necesitamos atención urgente para la paciente del accidente hace tres días - Dijo, de inmediato ubiqué a la paciente sabiendo de quien se trataba y corrí junto a ellos.

Cuando llegué, vi a la niña con el respirador y la máquina de pulsaciones estaba en línea.

Me acerqué rápido mientras sacaban a los padres y usé el desfibrilador.

- Recarga - Dije - Despejen - Apoyé las placas sobre el pecho de la niña y miré la pantalla pero no había cambios, lo intenté de nuevo pero nada.

Sabía que por el estado en el que había venido esto sería complicado, lo confirmé cuando casi muere en la operación... sabía que podía ocurrir en cualquier momento pero... jamás estaría lista para esto...

Mi primera muerte...

- Zaira... ya... ya no hay nada que podamos hacer... - Karla me mira con lástima y mira la pantalla - Hora de muerte... Dos y media p.m. -

Desconectan el cuerpo de la niña y la cubren con una manta blanca, el ambiente era pesado y sentía mis manos temblando, pero suspiré.

- Zaira esto es... -

- Está bien, Karla... lo entiendo, ya de por si sabía que su situación era complicada y delicada... yo... iré al baño - Dije sonriéndole.

Ella asiente sin decir más nada y yo salí de allí caminando tranquilamente, escuché cuando uno de los doctores que estuvo presente les decía a los padres lo ocurrido y sentí una opresión en el pecho cuando escuché a la madre llorar desconsoladamente.

- No puede ser... ¡Mi niña! ¡Mi pequeña no puede haber muerto! -

Agaché la cabeza apretando los labios y fui al baño, me limpié el rostro y suspiré tratando de calmarme.

Esto sucede... lo sabías desde que decidiste entrar a esta carrera... Nadie puede evitarlo cuando suceden estas cosas... Así que cálmate y ¡Déja de llorar... !

Me cubrí el rostro con ambas manos soltando varios sollozos y me agaché abrazando mis rodillas, me frustraba no haber podido hacer nada para salvarla y me frustraba también el hecho de estar llorando.

Traté de calmarme rápidamente y me lavé nuevamente el rostro, me puse algo de maquillaje que tenía en mi bolso que había dejado en los casilleros del baño y cuando ya estuve perfecta y sin un rastro de llanto, salí y cruzando una esquina me encontré con Karla.

- ¿Estás bien? - Pregunta y yo asentí sonriendo leve.

- Son cosas que pasan... y sé que no soy una Diosa como para evitarlo... - Dije agachando un poco la cabeza pero luego la miré sonriendo - Bueno, me iré a seguir trabajando, nos vemos luego -

Pasé por su lado y luego de alejarme unos cinco pasos, escucho su voz.

- Zaira... cálmate... - Dice, yo no volteé, sabía que notó mis manos temblando aún, era algo que aunque lo intentara no podía controlar.

- Estoy bien... Karla, no te preocupes -

Seguí mi camino hasta la recepción donde suspiré y agarré algunos archivos sobre otro paciente, un adolescente.

Fui hasta su habitación donde lo encontré con sus padres y su hermanita pequeña quien lo abrazaba preocupada, me pareció muy tierno aquello pero continué con mis trabajo que esto no se hace solo.

TÚ LO ERES TODO || 2 ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora