Capítulo 10

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- ¿Y cuántos años tienes? - Pregunta mientras comíamos.

Era bastante bueno este lugar, me gustó su comida.

- veintisiete ¿Y tú? -

- Veintidós - Responde sonriendo.

- Wua, pensé que tendrías como veintinueve o treinta - Dije.

- ¿Ah si? - Asentí, él apoya sus hombros en la mesa y recarga la cabeza en sus manos entrelazadas - Pues tú te ves más joven -

Sonreí.

- Y dime... ¿Te gusta ser doctora? -

- Si, bastante. Mi sueño siempre fue salvar vidas y ahora que puedo... me siento bastante bien y... -

- Que bueno, se nota que sabes lo que haces - Dice interrumpiéndome, yo me quedé callada un segundo pero sonreí y asentí.

Supongo que sí debo de responder más corto.

- ¿Y a ti? ¿Te gusta ser empresario? -

- Pues... en realidad... me aburre un poco, pero no tengo de otra - Dice.

Asentí y cuando abrí la boca para hablar, él continúa.

- Si no lo hago no tendré donde más trabajar y viviré en la calle - Dice.

- Pero hay bastantes solicitudes de empleos - Dije.

- Pero nada llama mi atención, ser empresario fue lo único que consideré como posible para mi y de mi altura -

¿De su altura? Hm... este hombre...

Mejor no juzgo muy rápido, es preferible seguir conociéndolo antes de saber si es bueno o no.

Él continúa hablando mientras terminamos de comer, aunque de vez en cuando me deja hablar o me alaga, no es tan malo a decir verdad. Hasta pagó la comida de ambos aunque yo insistí en que podría pagar mi parte.

Salimos del lugar sonriendo y riendo ya por algo que había dicho.

- Te llevo a casa, vamos - Dice sonriendo y vuelve a subirse al auto.

Yo abrí la puerta e hice lo mismo, él volvió a poner su música y seguimos charlando hasta estar frente a mi casa.

- Gracias por llevarme a comer, fue lindo - Dije.

- Si quieres mañana te llevo a almorzar ¿Estás de acuerdo? -

- Bien, mi almuerzo es a las doce - Dije.

Él asiente.

- Nos vemos, Zaira -

- Nos vemos, Matías -

Salí del auto y entré a mi casa, estaba bastante cansada así que fui directo a mi habitación a ducharme, cambiarme y así dormir plácidamente.

***

***

Entré a la habitación de Hunter, él seguía durmiendo y es entendible ya que era bastante temprano. Me acerqué y apoyé mi mano en su frente notando el cambio de temperatura, cuando despierte usaré el termómetro para algo más exacto.

Hice los controles habituales notando que todo estaba bien por lo que salí de allí a revisar lo demás. Poco a poco el hospital estuvo más activo pero en ese momento siento a Karla jalándome y metiéndome a una de las habitaciones.

- Oye esto se ve mal, pero si quieres... no hay problema - Dije en broma y ella ríe.

- Cuéntame ¿Qué sucedió ayer? - Dice.

- Pues nada, cenamos y nos conocimos más, no fue ni tan bueno pero tampoco fue malo -

- ¿Cómo? - Pregunta confundida.

- Es que... interrumpía y hablaba mucho, pero no quiero tachar lo de una sin más, hoy almorzaremos juntos y creo que está bien - Dije.

- Hm... está bien, pero sabes que por cualquier cosa estoy yo -

Asentí sonriente.

- Si lo sé, gracias -

- Bueno, vamos que hay trabajo -

Ambas salimos de la habitación y luego nos separamos para hacer lo que cada una debía hacer, pero luego fui nuevamente a la habitación de Hunter para corroborar que estuviera despierto y lo estaba.

- Hola - Dije entrando y agarrando el termómetro.

- Hey... ¿Cómo estuvo tu cita? - Dice fingiendo amargura, yo le puse el termómetro en la boca y lo hice cerrarla.

- Ya no te incumbe - Dije y apoyé dos dedos en su pecho haciendo un poco de presión - ¿Duele? -

- Un poco - Murmura mientras sostiene aún así el termómetro en su boca y haciendo una leve mueca.

- ¿En la escala del uno al diez? -

- Cuatro - Responde.

Yo asentí, fui agarrando algunas cosas, me senté a un lado de la camilla y le quité las gasas de sus heridas, él hizo algunas muecas con varias de aquellas heridas que aún no terminaban de cicatrizar.

Analicé y miré bien el estado de estas para luego volver limpiarlas un poco y ponerle las gasas y el vendaje, nuevas, en la mayoría, ya que las demás estaban en mejor estado y se curarían bien.

- Creo que en una semana ya estarás mejor y podrás recuperarte en tu casa - Dije sacándole el termómetro de la boca y mirándolo. Mejoró, ya no tiene más fiebre.

- ¿No puedo hacer la recuperación aquí? Me cuidarías mejor - Dice.

Sonreí con sarcasmo pero me levanté, guardé todo nuevamente en su lugar.

- Estarás más cómodo en tu casa pero si necesitas ayuda solo llama a emergencias o a tus amigos, Fabrizio y Cameron, seguro ayudarán a su Capitán en riesgo - Dije con ironía en eso último y él ríe levemente.

- Si quisiera que alguien me ayude... preferiría que fueras tú, porque eres a la única a la que le confiaría mi vida ciegamente... Princesa... -

Me sobresalté un poco por sus palabras y volví a sentir el ardor en mis mejillas pero me di vuelta.

- T..Tengo que irme - Me aclaré la garganta maldiciendo por el tartamudeo pero salí rápidamente.

Resoplé pesadamente pero caminé alejándome de aquella habitación.

TÚ LO ERES TODO || 2 ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora