Capítulo 9

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Resoplé cansada pero aliviada, el chico estuvo por morir pero lo había parado, ahora estaba estable y bien, salí a darle la noticia a la familia que esperaban angustiados fuera de la habitación.

- Estará bien, no tienen que preocuparse. Cuando se le pase el efecto de la anestesia despertará - Dije.

La familia sonríe y llora en alivio, la mamá cae al suelo de rodillas y sus otros hijos la abrazan.

- Gracias... muchas gracias... - Dice ella.

Yo asentí y me di vuelta para irme pero vi a Matías de brazos cruzados y sonriendo mientras miraba hacia nosotros.

- Eres muy buena - Dice.

- Gracias - Dije.

Pasé por su lado pero caminó conmigo.

- Oye, solo sé tu apellido ¿Cómo te llamas? -

- Zaira - Respondí.

- ¿Zaira? Que hermoso nombre... -

Yo me sorprendí un poco pero luego sonreí amablemente.

- Pues... Gracias... ahora si me disculpas, debo seguir trabajando - Dije.

- Si, lo siento, no quise interrumpir tu labor - Dice colocando las manos en sus bolsillos.

- No te preocupes - Dije.

- Solo una pregunta antes de que te vayas - Dice y yo asentí - ¿Puedo invitarte a comer mañana cuando salgas de trabajar? Para conocernos, si no te molesta -

No me sonaba mal una salida, de hecho, sonaba perfecto.

- Bien, mañana justo salgo a las ocho - Respondí haciéndolo sonreír de lado.

- Gradioso, entonces nos vemos mañana -

- Nos vemos, Matías -

Él sonríe de nuevo pero más amplio, yo me di vuelta y me fui. Karla me encuentra pero su mirada era clara, nos había escuchado y ahora sabe sobre la salida.

- No quiero que digas nada - Dije riendo mientras me alejaba con unos archivos sobre un paciente.

- Pero tendrás una cita - Dice - Con el hijo de la señora Reynolds -

- Pues si, pero por ahora solo nos conoceremos igual - Dije.

- Hm... aún así ten cuidado, su madre debió malcriarlo mucho - Dice.

- Si, lo tengo en mente -

- Bueno, tengo que irme - Dice y se aleja mientras yo me despido rápido y también me alejo.

Hace tanto tiempo que no salido con alguien. Espero que por lo menos sea divertido.

***

***

Llamé a Louis mientras iba hasta el baño.

- Hola, Louis. Hoy no hace falta que me busques... si, no... es que saldré con alguien que me está esperando ahora así que puedes irte a casa sin problemas, nos vemos mañana -

Colgué y me cambié rápidamente, me maquillé un poco para luego salir, pero me topé con la recepcionista.

- Oye, el paciente de la doscientos cinco te llama - Dice.

- ¿Ahora? Estoy apurada... -

Ella se encoge de hombros, yo suspiré, dejé mi bolso junto a ella y fui a la habitación de Hunter.

- ¿Qué sucede? - Pregunté algo fastidiada mientras entraba, pero al instante guardé silencio al ver su rostro pálido y con ojeras más marcadas.

Él tose pero parece dolerle al hacerlo, abre muy poco sus ojos para verme pero yo ya estaba a su lado con mi estetoscopio puesto escuchando su corazón y sus pulmones.

Toqué su frente mientras notaba como le costaba respirar.

Agarré rápidamente la medicina se la inyecté, con eso podrá respirar sin dificultad, lo traté rápidamente y a los pocos minutos dejó de toser y respiró normalmente.

Suspiró cansado pero luego me mira mejor hasta que sonríe adormilado.

- ¿Qué? - Pregunté con un tono de voz suave.

- Te ves más hermosa de lo normal - Murmura.

Yo sentí como el calor sube hasta mis mejillas pero me aparté de su lado suspirando.

- ¿A dónde vas así de arreglada? - Pregunta aún sonriendo.

- Hm... no creo que debas saberlo - Dije cruzándome de brazos.

Él abre un poco más los ojos y me insiste con la mirada pero yo sonreí.

- No digas que no te lo advertí - Dije para luego acercarme a la puerta - Tengo una cita y me está esperando -

Su sonrisa se borra casi al instante como supuse que iba a suceder, comienza a fingir que tose de nuevo y yo solté una pequeña risa.

- No te vayas... mejor quédate... estoy mal... - Dice quejoso como un niño.

- Le diré a una de mis compañeras que venga, aún hay gente aquí -

- No... - Se queja de nuevo.

- Lo siento, pero tengo que irme, adiós Hunter -

- ¿Me vas a dejar morir? -

- Solo tienes fiebre, y ni siquiera es tan alta, no te estás muriendo - Dije.

- Pero... -

- Adiós - Moví mi mano y luego salí de la habitación.

Fui a la recepción de nuevo, agarré mis cosas mientras me despedía de los demás y salía viendo a Matías esperándome recostado contra su vehículo del lado del copiloto mientras fumaba y miraba la hora.

- ¿Sabes que fumar mata? - Dije acercándome a él.

- Creí que me dejarías plantado - Dice.

- Lo siento, tuve un problema con un paciente - Dije sonriendo apenada.

Él me mira de pies a cabeza.

- Estás hermosa... - Dice sonriendo.

- Gracias -

- Bueno, es hora de irnos -

Él se separa del auto y lo rodea para subirse, me quedé un momento de pie por haber pensado que me abriría la puerta pero luego me subí mientras negaba con la cabeza.

Ni que fuera su obligación, además, también tengo manos.

Ya estando en el auto, él puso algo de música, la cual... en realidad no era mucho mi estilo, pero como era su auto y él fue quien me invitó, decidí no decir nada al respecto, solo me concentré en el camino.

TÚ LO ERES TODO || 2 ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora