Capítulo 40

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La película termina al igual que la comida, ninguno de los dos volvió a pronunciar palabra o mirarse siquiera.

Bueno... cuando yo lo veía, él a mi no...

Pero él se levanta mirando su celular.

- Es tarde... -

Lo es...

- Será mejor que me vaya... -

Quédate...

La palabra se atora en mi garganta y solo podía verlo agarrar su chaqueta y caminar hacia la puerta, pero, cuando tomó el pomo de esta... me moví en la cama hasta arrodillarme pero me senté en mis piernas.

- Hunter... -

Él me mira.

- ¿Qué sucede? - Pregunta, su tono de voz era algo distante y eso me hizo dudar, mi cuerpo ya no quiere moverse y me sentía muy nerviosa, cerré los ojos con fuerza mirando mis manos sobre mis muslos.

- Bésame... - Fue lo primero que pensé y lo primero en dejar mi boca antes de arrepentirme o pensarlo bien.

Nos quedamos en silencio y yo sentía mi corazón latiendo tan fuerte y rápido que hasta podría asegurar que en este silencio Hunter era capaz de oírlo.

- ¿Por qué lo haría? - Dice sorprendiéndome, abrí la boca pero la volví a cerrar.

Resoplé y abrí los ojos, afloje mis manos y las miré.

- Porque quiero que lo hagas... - Dije más segura de mi misma.

Podía ver sus pies uno apuntando hacia la puerta y el otro hacia mi, él no se movía y volvimos a quedarnos en silencio, hasta que vi su chaqueta caer al suelo y sus pasos yendo hacia mi, cuando levanté la cabeza él me toma por la cintura y la nuca atrayéndome a él y uniendo nuestros labios.

- ¡Hm! - Me sorprendí por un segundo pero luego cerré los ojos enrollando mis brazos en su cuello y atrayendolo hasta mi.

Lo había extrañado...

El beso era muy intenso, ambos habíamos deseado este momento desde hace tiempo... me daba cuenta justo ahora... lo necesitaba... lo único que necesitaba era a Hunter...

Él me hace levantarme sobre mis rodillas y me acerca aún más a él, nos separamos un segundo para tomar aire pero no agarramos casi nada cuando volvimos a besarnos.

- Zaira... - Murmura entre nuestros labios.

Agarré su camisa y lo jalé conmigo hasta que mi espalda tocó la cama y él se acomodó entre mis piernas y apoyando su peso en su brazo y rodillas.

No nos separamos hasta que realmente necesitamos aire y nos vimos obligados a hacerlo, juntamos nuestras frentes y nos mantuvimos con la respiración agitada, pero él apoya su frente en el hueco de mi cuello y supe que sonreía.

- Si que te encanta hacerme esperar, princesa... - Dice y yo sonreí levemente pero cerré los ojos.

- Lo siento... -

Él niega y me mira a los ojos, sujeta mi barbilla levemente y me hace levantar un poco la cabeza.

- Está bien... si al final puedo quedarme contigo... -

Roza nuevamente nuestros labios y esta vez fui yo la que los unió, él sonríe sobre mis labios pero me sigue el beso, no duramos mucho como el primero cuando yo me separé.

- Quédate... - Susurré cerca de él.

- Cuando quieras, princesa... -

Sonreí al igual que él, nos movimos para acomodarnos en la cama y pusimos otra película, luego él me rodea con un brazo y entrelazamos nuestras piernas, me acerqué a él quedando con mi cabeza sobre su pecho.

Rápidamente sentí con más fuerza su aroma y calidez, por lo que sonreí relajada y acomodandome mejor comencé a sentirme adormilada, él nos cubre con las mantas y besa mi frente antes de apagar la televisión y abrazarme mejor.

Luego de aquello solo recuerdo haberme quedado dormida.

TÚ LO ERES TODO || 2 ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora